Gales debuta con un triunfo pleno de sentimiento

Hay detalles en la liturgia colectiva del f¨²tbol que alertan sobre el estado febril de algunos equipos. La celebraci¨®n de los dos goles que logr¨® Gales, y que le dieron la victoria en su regreso a una gran competici¨®n tras 58 a?os de abstinencia, ofrecen informaci¨®n sobre un grupo de futbolistas enardecido que festej¨® los tantos en sendas mastod¨®nticas pi?as humanas. Toda la m¨ªstica de la camiseta roja y la bandera verdiblanca con el drag¨®n gal¨¦s se ha volcado hist¨®ricamente en el rugby, el deporte nacional. Ahora llega el f¨²tbol para mover tambi¨¦n masas y sentimientos. Mayoritaria en la grada de Burdeos, la afici¨®n galesa enton¨® con orgullo durante varios pasajes del partido La tierra de mis padres y festej¨® con alborozo una victoria que Eslovaquia encareci¨® hasta llevar a algunos de sus rivales, por ejemplo a Gareth Bale, hasta la extenuaci¨®n.

El madridista no gobern¨® el partido, pero ofreci¨® lo suficiente como para decantarlo. Golpe¨® a los diez minutos con un gol que desactiv¨® la mejor puesta en escena de los eslovacos, que debieron de haberse adelantado con una maradoniana jugada de Hamsik que sac¨® bajo palos Ben Davis. Gales se activ¨®, esforzada para extraer rendimiento de un dibujo que liberaba a Bale en defensa y exig¨ªa un esfuerzo descomunal a Ramsey y Williams, que se alineaban en los flancos y sobre todo a Allen y Edwards, los dos hiperactivos mediocentros.

Se evidenci¨® entonces que Gales sufr¨ªa menos cuanto m¨¢s lejos de su ¨¢rea defend¨ªa, pero el plan de Eslovaqu¨ªa consist¨ªa justamente en obligarles a todo lo contrario. A partir del toque, de los apoyos, de una cierta cadencia parsimoniosa que solo romp¨ªa la verticalidad de Hamsik, creci¨® el equipo que dirige Jan Kozak.

Gales no estaba, por supuesto, para frusler¨ªas y siempre estuvo ojo avizor. Bale, primero, y despu¨¦s Ramsey pudieron llevar con la testa la ventaja hasta dos goles de diferencia. Hubiera sido demasiado. Empat¨® Eslovaquia al cuarto de hora de la segunda parte porque el joven Ondrej Duda marc¨® cuando no hac¨ªa un minuto que hab¨ªa pisado el c¨¦sped y penaliz¨® la marcha atr¨¢s que hab¨ªa embocado Gales.

Chris Coleman percibi¨® que el equipo se le ca¨ªa y maniobr¨® con acierto. Entr¨® Joe Ledley, un barbado mast¨ªn que opera cotidianamente en la medular del Crystal Palace. Hace un mes se parti¨® el peron¨¦, este s¨¢bado estaba de corto d¨¢ndolo todo en una de esas citas que so?aron generaciones de futbolistas galeses. Como para perd¨¦rselo. Salt¨® al campo, auxili¨® a sus compa?eros para que dieran veinte pasos hacia delante y fabric¨® el gol que entre Ramsey y la r¨²brica de Robson-Kanu, otro futbolista que hab¨ªa entrado de refresco, volvi¨® a situar a Eslovaquia en el remolque.

¡°Ha sido algo hist¨®rico, una tarde memorable¡±, resumi¨® Bale

El partido regres¨® al estadio anterior. Gales recul¨® y se encontr¨® con un remate al palo de Nemec, que remat¨® con oficio de delantero un tibio centro lateral. Se aprest¨® a sufrir el equipo de Coleman y quiz¨¢s encontr¨® en el sentimiento la gasolina para guardar el triunfo ante una dign¨ªsima selecci¨®n de Eslovaquia, que deber¨¢ rectificar el pr¨®ximo mi¨¦rcoles ante Rusia, un d¨ªa antes de que Gales exponga tanta pasi¨®n como atesora ante Inglaterra

¡°Ha sido algo hist¨®rico, una tarde memorable¡±, resumi¨® Bale, que ya mira al frente: ¡°Es s¨®lo el inicio. Ya pensamos en Inglaterra¡±.