Arturo Casado: ¡°A¨²n se entrena en Espa?a como en los tiempos del dopaje¡±
Para el atleta campe¨®n de Europa y doctor en Ciencias del Deporte, la clave del cambio es el entrenamiento
Los atletas occidentales en estos d¨ªas de descubrimientos se quejan de la injusticia que supone que ellos trabajen, se sacrifiquen, se entrenen como mulos mientras sus colegas rusos se pegan la gran vida antes de robarles las medallas gracias al dopaje. ¡°Pero esto no es as¨ª¡±, precisa Arturo Casado, campe¨®n de Europa de 1.500m en 2010. ¡°No podemos decir que los que se dopan se entrenan menos que los atletas limpios. Al contrario, los dopados se entrenan mucho m¨¢s y con m¨¢s intensidad porque el dopaje les permite justamente eso, recuperarse mejor entre sesi¨®n y sesi¨®n, acumular m¨¢s cargas de trabajo. Esa es su ventaja¡±.
Arturo Casado, atleta, entrenador y profesor, es, desde el 20 de mayo, el d¨ªa en que ley¨® su tesis, doctor en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte. Sobre su pasi¨®n, el atletismo, arroja una mirada a veces triste, a veces esperanzada y casi optimista, siempre cargada de curiosidad e ilusi¨®n. ¡°Esta es mi vida, soy atleta. He estado en Kenia, en Sud¨¢frica, en Alemania, hablo con australianos, con neozelandeses, he corrido descalzo y me he lesionado, me he equivocado y de cada error he aprendido, y esa es la ¨²nica forma de avanzar, de sentirse vivo. He practicado el m¨¦todo cient¨ªfico, ensayo-error, conmigo mismo, y creo que las cosas se pueden cambiar, se pueden hacer mejor¡±.
Su tesis ¡ªRendimiento excelente en las carreras de larga distancia: Estudio comparado de corredores kenianos y espa?oles de alto rendimiento¡ª son 277 p¨¢ginas, muchos n¨²meros y, sobre todo, una historia, la del atletismo keniano y sus atletas, que le fascina.
Cuenta Casado, madrile?o de 33 a?os, la historia colonial de Kenia, el Valle del Rift, el para¨ªso del atletismo de fondo; cuenta c¨®mo los misioneros y el Ej¨¦rcito brit¨¢nicos crearon clubes de atletismo, el deporte del imperio, para asimilar a la poblaci¨®n, sumergirla en su forma de ver la vida, y cuenta c¨®mo, 50 a?os despu¨¦s de la independencia, el atletismo es la principal fuerza econ¨®mica del pa¨ªs, la ¨²nica esperanza de futuro de miles de sus habitantes.
¡°De ni?os van corriendo a la escuela, cinco, 10 kil¨®metros diarios, y descalzos. Los kenianos desarrollan ya en la ni?ez su capacidad b¨¢sica, y la t¨¦cnica de carrera. Saben ya c¨®mo pisar para no hacerse da?o y de la manera m¨¢s eficiente¡±, dice Casado, que llev¨® a cabo una encuesta con decenas de atletas kenianos durante su estancia de varios meses en Iten hace unos a?os, en la ciudad en la que cientos de atletas salen todas las ma?anas a entrenar como en un escaparate detr¨¢s del que decenas de m¨¢nagers blancos observan y eligen. ¡°Despu¨¦s, pueden entrenarse muy bien, convirtiendo casi cada salida en una prueba de eliminaci¨®n, carreras de 40 kil¨®metros que solo los mejores resisten. El resto del d¨ªa se alimentan frugalmente, descansan, contemplan c¨®mo pasa el tiempo y duermen, y sue?an en c¨®mo ser¨¢ cuando corriendo hayan ganado suficiente dinero para tener familia y vivir su vida apacible¡±.
El m¨¦todo keniano, que no es una filosof¨ªa sino una forma de vida modelada por las circunstancias econ¨®micas, sociales, hist¨®ricas y geogr¨¢ficas, no puede ser trasladado a Espa?a, donde, sin embargo, la gran tradici¨®n atl¨¦tica es la del fondo y el medio fondo, desde Mariano Haro, Javier ?lvarez Salgado o Jorge Gonz¨¢lez Amo. Despu¨¦s llegaron las grandes figuras, Gonz¨¢lez, Abascal, Cacho. ¡°Y entrenadores que adaptaron sus m¨¦todos a las nuevas circunstancias de atletas que de un d¨ªa para otro eran hombres nuevos y que aceptaban y pod¨ªan con todas las cargas que les pusieran, 180 kil¨®metros a la semana para un mediofondista, sesiones dobles y cuatro d¨ªas de series¡±, dice Casado. ¡°Y ah¨ª radica, creo yo, nuestro problema actual. En Espa?a se sigue entrenando como en los tiempos del dopaje, con demasiada intensidad cuando ya no hay la misma capacidad de asimilaci¨®n y recuperaci¨®n, y los atletas no lo soportamos. Por eso hay tantas lesiones y el rendimiento no es el que se espera. Por eso los j¨®venes se queman. Yo, que he visto c¨®mo entrenaba a mi lado mi compa?ero Alberto Garc¨ªa, tambi¨¦n he sido una v¨ªctima de ello¡±.
La nueva verdad
Aparte de ?frica, a Casado le inspira la historia del atletismo escandinavo, australiano y neozeland¨¦s, otras formas de vida, otras culturas, m¨¢s cercanas a la espa?ola. Habla de sus entrenadores de hace 60 a?os, de Arthur Lydiard, de Percy Cerutty, y de sus atletas, Herb Elliot, Peter Snell, de los campos de entrenamiento en Suecia¡ ¡°Ellos son la inspiraci¨®n, pero la nueva verdad son los entrenamientos polarizados y los entrenamientos de fuerza, que es lo que hago con mis atletas¡±, dice. ¡°Hay que entrenar en carrera un 80% suave y un 20% muy fuerte, resistencia y velocidad, que luego se transferir¨¢n. Y ahora se entrena mucho en la zona media alta, la que destroza. Y la fuerza hay que entrenarla con pesas a mucha velocidad y muy bien hecha¡¡±.
Aunque no ha vuelto a competir a gran nivel desde su Europeo de 2010, Casado, que no ha tenido un a?o sin lesionarse desde entonces, lo que llama la herencia del entrenamiento recibido, se toca la cicatriz de su ¨²ltimo percance y dice que volver¨¢, que sigue siendo atleta, que no dejar¨¢ de intentarlo aunque tambi¨¦n d¨¦ clases y estudie y entrene a otro en Taranc¨®n (Cuenca). ¡°Me niego a dejar que una lesi¨®n me retire¡±, dice.
La reinvenci¨®n de Arturo Casado
Nacido en Madrid en 1983, empez¨® a entrenarse en el barrio de Moratalaz.
Campe¨®n de Europa de 1.500 en 2010, en Barcelona, y quinto clasificado en la misma prueba en los Mundiales de 2005.
En 2011 viaj¨® a Kenia para entrenarse en el Centro de Alto Rendimiento de Lornah Kiplagat, en Iten.
Vive en Taranc¨®n (Cuenca), donde sigue entren¨¢ndose y prepara a Carlos Alonso y Mauri Castillo.
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