Atasco suizo ante el orden rumano
Tablas en un entretenido partido en el que los helv¨¦ticos tuvieron el bal¨®n y su rival explot¨® los espacios
Firmaron tablas Suiza y Ruman¨ªa y les salen las cuentas, que a veces acaban siendo de la lechera. Los primeros, a la espera de enfrentarse a Francia, sospechan que con los cuatro puntos que suman les bastar¨¢ para entrar en los octavos de final al menos como uno de los mejores terceros. Los rumanos apuntan a un postrero triunfo sobre Albania para entran en ese cuadro final.
Ruman¨ªa es valiente y proletaria. No teme lanzarse al ataque, le gusta hacerlo en veloces transiciones y atr¨¢s trabaja como si no hubiera ma?ana. Lo hizo contra Francia y volvi¨® a mostrar esos valores ante Suiza. No necesitan el bal¨®n los rumanos ni para llegar al ¨¢rea rival ni para sentir que carece del control del partido. Ante el anfitri¨®n solo les derrib¨® la genialidad de Payet. Suiza no tiene esa categor¨ªa y padeci¨® un calvario hasta llevar el partido a su terreno. Con la igualdad se fue a la ducha con un sabor agridulce porque qued¨® sensaci¨®n de que ten¨ªa argumentos para ganar.
A Suiza le doli¨® no marcar primero. No porque el partido cambiase de ruta sino justamente por todo lo contrario. Porque sinti¨® adem¨¢s que todo lo que expon¨ªa no le llegaba ni para sacar un punto. Tuvo el gol por mediaci¨®n de Seferovic, no lo encontr¨® el ex jugador de la Real Sociedad y le castig¨® Rumania en un penalti tan evitable como evidente porque Lichtsteiner agarr¨® ante el ¨¢rbitro a Chipciu, una de las cuatro novedades rumanas respecto al once del primer partido.
Suiza palideci¨® y Ruman¨ªa pudo hacer sangre si poco despu¨¦s Sapunaru emboca un bal¨®n que qued¨® suelto en el ¨¢rea tras una falta lateral. Lo envi¨® al palo y desat¨® la furia suiza, que con el mestizaje se ha desprovisto de aquel aire g¨¦lido que acompa?¨® a sus futbolistas durante d¨¦cadas.
Siempre debi¨® mirar el retrovisor porque el rival no dej¨® de amenazar con una respuesta, pero Suiza fue insistente, jam¨¢s decay¨®, nunca se dej¨® vencer por la falta de punter¨ªa. Debi¨® empatar antes del descanso. Dzemaili dej¨® pasar la opci¨®n de hacerlo con un remate franco de cabeza al que imprimi¨® una mala direcci¨®n y retras¨® la igualdad hasta que al poco de iniciarse la segunda parte encontr¨® premio tras el rechace de un saque de esquina al que respondi¨® Mehmedi con un zurdazo a la red.
Suiza palideci¨® tras recibir el gol y Sapunaru pudo marcar el segundo al enviar un remate al palo?
A Suiza le falt¨® finura, a Ruman¨ªa le sobr¨® tosquedad. Pero el partido gan¨® en ritmo a medida que descont¨® minutos. Sufrieron entonces los rumanos, que se aprestaron a un final de partido ag¨®nico. Dejaron de asustar, perdieron las referencias ofensivas y el partido camin¨® en un ¨²nico sentido, el de la meta defendida por Tatarusanu.
Para entonces ya no estaba en el campo Seferovic, al que se podr¨ªa achacar que no aprovech¨® sus ocasiones. Su sustituto, Embolo, ni las tuvo. No mejor¨® el cambio a Suiza, que busc¨® una ¨²ltima maniobra con Shaqiri por dentro y Lichtsteiner, que ya estaba acalambrado, como interior. Quiz¨¢s debi¨® haber transitado antes hacia la mediapunta el fornido jugador del Stoke para sembrar discordia entre el orden rumano. Tampoco parece que atraviese su mejor momento.
Shaqiri no brill¨®, pero el partido, agradable de presenciar, dej¨® en el escaparate alguna actuaci¨®n individual sobresaliente. Xhaka, el nuevo mediocentro del Arsenal, pilot¨® a su selecci¨®n con capacidad para mezclar tanto en largo como en corto; en Rumania descoll¨® Chiriches, un central que apenas juega en el N¨¢poles y que saca el bal¨®n de atr¨¢s erguido y sin descomponerse, con un punto de sobrado riesgo. Justo lo que necesitar¨¢ su equipo si quiere cerrar su pase a octavos el pr¨®ximo domingo ante Albania. Y un poco de talento.
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