Conte restaura el viejo r¨¦gimen en Italia
El t¨¦cnico logra la adhesi¨®n de una plantilla que celebra la superaci¨®n del f¨²tbol de toque que predicaba Prandelli. Dicen que el 'catenaccio' es la ¨²nica alternativa a la falta de talento
El primer gol de Italia en la Eurocopa tuvo consecuencias sangrientas. Zaza abraz¨® con tanta vehemencia a su seleccionador, Antonio Conte, que cuando acab¨® la celebraci¨®n el t¨¦cnico descubri¨® una hemorragia nasal. La providencia suele ser generosa con los l¨ªderes como Conte, tan h¨¢bil desenvolvi¨¦ndose en el escenario del vestuario como ejecutando la doctrina de los antiguos maestros del catenaccio. Ayer, tras conseguir clasificarse para octavos, el t¨¦cnico, a quien apodan Generalissimo, se present¨® en la sala de conferencias del estadio municipal de Toulouse apelando al estado de emergencia. Adem¨¢s de sangre hay crisis. ¡°Este grupo, y yo me incluyo¡±, avis¨®, ¡°siente el orgullo y la responsabilidad de representar a un pa¨ªs en un momento dif¨ªcil desde todo punto de vista¡±.
Dice Arrigo Sacchi que el f¨²tbol italiano nutre su ideario de la cultura medieval de la supervivencia mediante la fortificaci¨®n, arraigada en la sociedad de su pa¨ªs desde la ca¨ªda del Imperio Romano. Si la teor¨ªa es tan veros¨ªmil como parece, Conte restaur¨® el viejo r¨¦gimen tras suceder a Cesare Prandelli, que puso el ¨¦nfasis en la necesidad de elaborar m¨¢s el juego, seg¨²n las ¨²ltimas corrientes espa?olas y alemanas. Once partidos invictos y la clasificaci¨®n para octavos de la Eurocopa (dos victorias sin encajar goles contra B¨¦lgica y Suecia) consagran la visi¨®n primitiva. Conte se reafirma como el caudillo de una plantilla cuidadosamente seleccionada por compartir la misma fe.
¡°La gente no ten¨ªa una buena opini¨®n de Italia¡±, dijo Gianluigi Buffon, el viernes, despu¨¦s de jugar 90 minutos contra Suecia sin recibir ni un remate; ¡°y la gente ten¨ªa raz¨®n. Porque nosotros no somos un equipo talentoso. Nosotros tenemos nuestros l¨ªmites. Y nuestra fuerza consiste en reconocer esos l¨ªmites¡±.
Buffon sugiri¨® que la posesi¨®n de bal¨®n que pregon¨® Prandelli entre 2010 y 2014 fue un error que justific¨® las cr¨ªticas de la vieja escuela. El capit¨¢n comparte con Conte el sentimiento de seguridad que proporciona la construcci¨®n de un reducto defensivo con cinco marcadores y tres centrocampistas f¨ªsicamente resistentes que solo quieren la pelota cuando la roban para contragolpear.
Conta argumenta el cambio de paradigma en la dura realidad del f¨²tbol italiano y sus jugadores multiplican el discurso. ¡°Somos muy humildes¡±, advierte Chiellini, ¡°muy conscientes de nuestro potencial". Barzagli, otro de los pilares ideol¨®gicos del grupo, se ufana del juego del equipo: ¡°Italia ha demostrado que conserva su tradici¨®n futbol¨ªstica de siempre; incluso en los momentos en que dudamos de nosotros mismos¡±.
Las condiciones resultan tan pobres, insisten, que no tienen m¨¢s alternativa que implementar el tradicional modelo de subsistencia. A la crisis econ¨®mica se suma la carest¨ªa de la cantera. ¡°Yo no dije que en el f¨²tbol italiano falten jugadores de calidad¡±, se?ala Conte. ¡°Pero esto es un hecho. No me he levantado una ma?ana para descubrir que esto es as¨ª. En el f¨²tbol italiano atravesamos un periodo que seguramente no es muy feliz; encontramos dificultades para que emerjan talentos. Dicho esto debemos hacerlo lo mejor posible. Yo he llamado 23 jugadores que, antes que futbolistas son verdaderos hombres¡±.
El aspecto fiero, la formidable cabeza hollada por cuencas donde brillan los jillos azules, contrast¨® con la voz entrecortada de mezzosoprano cuando exhort¨® a la italianit¨¢ a dejar de acudir a los estadios como acude la gente sin patria, meros aficionados al f¨²tbol, tal como hicieron en Toulouse, en donde fueron mayor¨ªa las masas de hinchas suecos vestidos de amarillo.
¡°Quiero que haya felicidad, que haya alegr¨ªa, que haya entusiasmo¡±, insisti¨®, como subido al balc¨®n. ¡°Quiero transmitir nuestra pasi¨®n a los aficionados de Italia. Y a prop¨®sito, pido que vengan a nuestros partidos con una camisetita azul. Ni siquiera pido la camiseta oficial, ni la camiseta del equipo. Conque sea de color azul es suficiente. Pido que proyecten una imagen bella porque ahora veo a los otros con estas camisetas, todas amarillas, bell¨ªsimas¡ Para nuestros jugadores ser¨ªa bonito ver estas camisetas azules. Porque hoy nuestros aficionados han venido por miles pero se les ha visto dispersos. Quisiera que todos se sientan comprometidos con esta selecci¨®n y tambi¨¦n un poco responsables de todo lo que suceder¨¢¡±.
Una vez convocado el pueblo, Conte se repleg¨® al cuartel de Montpellier donde le complace entrenarse a salvo de miradas extra?as, rodeado de alambradas de p¨²a y guardias tirando de mastines.
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