Muguruza, adi¨®s en un visto y no visto

En cada turno de descanso, con el rostro todo el rato a disgusto, la mirada se le perd¨ªa durante unos instantes y cuando la mente le devolv¨ªa a la Tierra, se dec¨ªa: no, no y no. Contra todo pron¨®stico, de forma fulminante, Garbi?e Muguruza se despidi¨® de Wimbledon en la segunda ronda del grande brit¨¢nico. La hispano-venezolana cay¨® frente a la eslovaca Jana Cepelova (6-2 y 6-3, despu¨¦s de 59 minutos) y constat¨® ese t¨®pico vital que dice que lo dif¨ªcil no es tanto llegar, sino quedarse. Porque ella, dos del mundo, efectivamente ha llegado, pero tambi¨¦n padece el v¨¦rtigo de la altura.

Si el a?o pasado?alcanz¨® la final del All England Tennis Club y hace unas semanas triunfaba en Par¨ªs, donde logr¨® el primer grande de su carrera en Roland Garros, su andadura en la hierba de Londres fue esta vez de lo m¨¢s breve, truncada casi a las primeras de cambio. Fue, en sentido estricto, un topetazo de magnas dimensiones. La ca¨ªda supone un golpe tanto num¨¦rico (la p¨¦rdida de 1.230 puntos y, por tanto, en riesgo su segunda plaza en el ranking) como est¨¦tico, porque la proyecci¨®n exterior queda da?ada, ese deseo de transmitir que comenzaba a ser una jugadora dominante y estable, ajena a los vaivenes del tenis femenino.

¡°No ten¨ªa energ¨ªa, estaba apagada¡±, expuso tras dejar la pista, con los ojos vidriosos y la voz nasal, la prueba de un resfriado palpable. ¡°Hoy era un d¨ªa en el que ten¨ªa que estar atenta, viva, porque ella tiene un juego muy diferente. Se me han juntado las dos cosas; a m¨ª me faltaba fuerza y ella estaba jugando como quer¨ªa. Hay que aprender de esto¡±, reflexionaba. Y de repente, en un abrir y cerrar de ojos, cuando a¨²n quedaba un largo trecho hasta el final del torneo y, en teor¨ªa, muy buenas tardes que saborear, la gran esperanza del tenis espa?ol en Londres se esfum¨®.

Contra la 124 del mundo

Sencillamente, ayer Muguruza no estuvo. La inercia meteorol¨®gica de Londres, de un calorcito agradable a una brisa que obligaba a la chaqueta, le arrastr¨®. Mal feeling desde el inicio, demasiadas concesiones y demasiada imprecisi¨®n en el juego. Lo que por la ma?ana era verde y p¨²rpura, los colores que engalanan todo Wimbledon, se transform¨® a media tarde en el tono gris¨¢ceo que habitualmente ti?e la capital inglesa. Mal color. Malos golpes. Mal partido. Y el peor desenlace posible, con la an¨®nima Cepelova (124 del mundo) triunfal y ella con cara de muy pocos amigos.

El arranque (0-3 en contra) ya cogi¨® a todo el mundo a contrapi¨¦. Esto se arregla, pens¨® el tendido. Pero no. Fue a peor. M¨¢s tierra de por medio (1-5) y un ligero arre¨®n (3-5) que no le permiti¨® entrar de nuevo en el partido. Cepelova, con poquito que perder, se frot¨® las manos e invirti¨® el cuento, porque jug¨® como hasta hace no tanto Muguruza les jugaba a las primeras espadas, a la gran Serena Williams. Con descaro y una confianza insultante. A la eslovaca le sali¨® absolutamente todo y la hispano-venezolana cay¨® una y otra vez en el error (22 no forzados).

La importancia de dosificar

El segundo parcial fue una prolongaci¨®n del primero, con distancias insalvables (0-4 y 1-5) y la subcampeona del a?o pasado si cabe m¨¢s bloqueada, sin respuesta. En ning¨²n momento ofreci¨® indicios de poder alterar la din¨¢mica de la tarde. ¡°Vine a Wimbledon diciendo ¡®Garbi?e, olv¨ªdate, porque no tienes por qu¨¦ llegar a lar final¡±, se?al¨® Muguruza, que en su estreno del lunes ya hab¨ªa sufrido de m¨¢s, en un peliagudo ante la italiana Camila Giorgi.

¡°Perder siempre es una decepci¨®n y m¨¢s en un Grand Slam, pero nada de depres, porque no merece la pena. Es un d¨ªa que no me ha salido. Me ha faltado chispa, porque estaba agotada y nada m¨¢s. Pero eso se recupera, se recupera¡±, incidi¨®. Pero, ?cambiar¨ªa algo? ¡°No creo que haya hecho nada mal. Creo que me he entrenado a tope y me he preparado al m¨¢ximo para venir a tope aqu¨ª, de la mejor forma. Quiz¨¢ haya que cuidar un poco m¨¢s los d¨ªas de descanso, porque tienes muchas ganas y hay que saber compensar, pero no cambiar¨ªa nada¡±, zanj¨®.

As¨ª que, de sopet¨®n, Garbi?e se inclin¨® y dijo adi¨®s. As¨ª de fr¨ªo, de repentino; as¨ª de contundente. De Par¨ªs a Londres, todo un mundo en solo tres semanas. La cara y la cruz. Incomprensible a veces esto del tenis.