Froome, Contador y Nairo, favoritos de un Tour que comienza con miedo
Las estrechas carreteras, el viento y la lluvia han generado un estado de angustia y estr¨¦s en el pelot¨®n
Los b¨¢rbaros son los ingleses a los que los normandos, b¨¢rbaros y vikingos antes que ellos, invadieron y dulcificaron hace 900 a?os, y que regresan al continente al mando de Chris Froome con ¨¢nimo de conquista y un coraz¨®n como emblema, impreso en relieve en el tubo frontal de su bicicleta. Aqu¨ª llegamos, anuncia, estos son mis poderes y deja caer que como la ¨²ltima semana no es lo suyo, en vez de ganar el Tour en la monta?a lo ganar¨¢ en el llano ya el primer d¨ªa con sus Sky, que desembarcan feroces. La voz se corre, y el miedo y el recuerdo de 2015, una rotonda y un dique de Holanda en el que Nairo Quintana, al que m¨¢s respetan, perdi¨® el Tour.
Los normandos gritan ?el mundo al rev¨¦s!, ?nos invaden desde nuestra colonia!, y los llevan de paseo en Jeep a las cinco playas del desembarco azotadas y revueltas para seguir ense?¨¢ndoles historia que quiz¨¢s les entre en la cabeza. El Tour comienza el s¨¢bado con la traves¨ªa de Normand¨ªa de norte a sur, donde angustiados los ciclistas esperan viento, lluvia, rotondas, islotes, ca¨ªdas y llaman b¨¢rbaros a los organizadores, que gozan del espect¨¢culo, 198 pobres chavales en bicicleta por carreteras estrechas condenados y piensan en las im¨¢genes espectaculares de sus trompazos en prime time en las televisiones de medio mundo. ¡°Mi ¨²ltimo Tour ser¨¢ una carrera para disfrutar; bueno, disfrutar¨¦ a partir del lunes, cuando nos vayamos de la Normand¨ªa b¨¢rbara, donde las etapas van a ser bastante h¨¦ticas¡±, advierte, muy culto en ingl¨¦s ¨Chabla de hectic etapas, febriles, atacadas por la fiebre que consume-- y casi asustado, Fabian Cancellara, el hombre que conquist¨® varias veces el Infierno del Norte sobre barro y contra viento y sobre adoquines terribles, y teme el inicio del Tour.
Le hacen eco al fabuloso suizo sus compa?eros de equipo Haimar Zubeldia y Markel Irizar, dos vascos grandes y poderosos tambi¨¦n que han aprovechado estos d¨ªas para dormir lo m¨¢s posible, porque lo que viene les quita el sue?o. ¡°Vienen los d¨ªas del estr¨¦s¡±, dice Irizar, y habla del placer morboso de los que trazan el Tour de hacerlo ir por carreteras estrechas, y de los directores que a grito de pinganillo les obligan a todos a ir delante, donde no se cabe. ¡°De aqu¨ª saldremos 20 menos, v¨ªctimas de ca¨ªdas¡±.
¡°Si no quitas la radio a los directores no se puede hacer nada¡±, dice, casi bromeando, Alberto Contador, quien, como los otros favoritos, est¨¢ obligado a pasarse medio Tour en cabeza rodeado de media docena de los suyos por si los percances; y como Contador, Froome, Quintana, los escaladores franceses y Richie Porte, del que nadie habla pero ha perdido tanto peso que no tiene culo, y sue?a. Siete u ocho nombres grandes con seis o siete del equipo son 50 corredores ensordecidos por los gritos de sus directores que les acucian a ponerse delante, a limar ¨Cpasar rozando con los lados del manillar por huecos m¨ªnimos--, a no dejarse comer la posici¨®n. ¡°Y la tecnolog¨ªa nos lleva a velocidades grandes que todo lo ponen en riesgo¡±, dice Nairo, que no tiene miedo a nadie y lima y roza y pasa y se hace respetar en cabeza pagando su peaje de tensi¨®n y estr¨¦s que consumen como la fiebre. ¡°Ni las carreteras por las que vamos ni nuestra capacidad de guiar las bicicletas est¨¢n hechas para estas velocidades, pero esperamos poder librarnos¡±.
Terminada Normand¨ªa, cerrados su par¨¦ntesis b¨¢rbaro y su planicie, la pr¨®xima semana los supervivientes comenzar¨¢n el Tour en el que las diferencias las creen los ataques, las malas defensas, las monta?as, el baile de Froome, quien a veces habla como Lance Armstrong, el maldito, como si el maillot amarillo le contagiara sinsentidos a la cabeza, grandezas ilusorias que le hacen olvidar lo que es, un ciclista sin m¨¢s. ¡°Quiero ser un ejemplo para mi hijo Kellan, que est¨¢ orgulloso de su padre¡±, dice con tono grandioso Froome en las revistas, y habla de Kellan, su hijo de seis meses por quien jura que nunca har¨¢ trampas.
Aunque en Normand¨ªa Froome haya afirmado que ha modificado su preparaci¨®n en el Teide para llegar m¨¢s fuerte a la ¨²ltima semana, sus d¨ªas malos. Como Armstrong ganaba los suyos tambi¨¦n, y como Contador y como Indurain y como todos los grandes, Froome ha ganado sus dos Tours marcando diferencias en la primera oportunidad, normalmente la primera llegada en alto o, cuando los Tours acad¨¦micos de Indurain, la primera contrarreloj larga. Despu¨¦s, se impone la tarea de agrandar un poco el primer golpe y finalmente, de defender lo conseguido, y ser¨¢ dif¨ªcil que cambie su estrategia.
Nairo, quiz¨¢s el mejor escalador de la ¨¦poca y que en los dos Tours de Froome fue el ¨²ltimo que le aguant¨® y lleg¨® hasta el desmayo en el Ventoux en 2013, dice que se ha entrenado para resistir el primer golpe, que espera en los Pirineos y saluda que los Alpes m¨¢s duros y su Joux Plane sobre Morzine cierren el baile; Contador cree m¨¢s en su capacidad para remontar en la dur¨ªsima ¨²ltima semana, desde el Ventoux y su contrarreloj encadenada al d¨ªa siguiente, y en el trabajo de los escaladores franceses, que perturbar¨¢n el orden imperial que se espera imponga Froome, el coraz¨®n abriendo camino, con sus skys Landa, Henao, Poels, Nieve, Tomas, Kiryienka¡, que, se suponen, habr¨¢n sobrevivido en Normand¨ªa, donde el Tour se puede acabar para unos cuantos.
Alberto Contador, la experiencia y la sabidur¨ªa
Alberto Contador el Tour lo lleva en la sangre, como si hubiera nacido ya aprendido, y la experiencia tumultuosa acumulada en sus ocho participaciones anteriores ¡ªvictoria en su casi debut, descalificaci¨®n por dopaje de su tercer triunfo, ca¨ªdas, un abandono¡ª es un a?adido suplementario a su sabidur¨ªa de la carrera. Cuando los dem¨¢s est¨¢n a¨²n dibujando su plan A, el chico de Pinto, de 33 a?os, ya tiene en la cabeza un plan B y un plan C que pasan siempre por ataques sorpresa y lejanos en etapas inesperadas. Reconoce, sin embargo, que lo normal es que el Tour se decida m¨¢s por piernas que por estrategia.
Nairo Quintana, el optimismo de la raz¨®n y la fe
Dif¨ªcil no creer como Nairo Quintana en el destino. El colombiano qued¨® segundo a los 23 a?os de su primer Tour y segundo de nuevo en el segundo, dos a?os m¨¢s tarde, detr¨¢s siempre de Froome. Con frialdad racional te?ida de optimismo y de una fe tremenda en su capacidad, el l¨ªder del Movistar sac¨® sus conclusiones de cada carrera, que convirti¨® en leyes para la siguiente. De ser segundo en 2015 decidi¨® que la raz¨®n hab¨ªa sido un error en Holanda, entre viento y agua. Prometi¨® no volverlo a cometer. Es el m¨¢s temido de entre los favoritos porque siempre es el m¨¢s fuerte la tercera semana, la de los Alpes, su macizo.
Chris Froome y el equipo m¨¢s temido
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