¡®Partita del secolo¡¯
Este s¨¢bado hay un Italia-Alemania. Si yo fuese usted, u otro cualquiera, incluso si yo fuese s¨®lo yo, me har¨ªa a la idea de que ya es la final
Este s¨¢bado hay un Italia-Alemania. Si yo fuese usted, u otro cualquiera, incluso si yo fuese s¨®lo yo, me har¨ªa a la idea de que ya es la final, y cancelar¨ªa todos los planes para verla. Estamos a¨²n en cuartos, s¨ª, pero la vida es as¨ª; muchas veces las cosas importantes ocurren antes de tiempo, de improviso, cuando nadie est¨¢ preparado para recibirla. Recuerdo c¨®mo Manuel Fraga a veces llegaba a las inauguraciones media hora antes y cortaba la cinta en solitario, sin las autoridades locales, que a¨²n se estaban vistiendo. Una ma?ana se present¨® en Boiro y firm¨® en el libro de oro, y despu¨¦s inaugur¨® el dep¨®sito de residuos de una cantera, un ¨¢rea de ocio, un punto limpio, el muelle, la lonja, el instituto, una piscina y el polideportivo. Todo en media ma?ana. Una parte de los invitados lleg¨® tarde a todo. Inaugurar as¨ª, con elegancia y velocidad, al primer toque, casi equival¨ªa a f¨²tbol. S¨®lo ha vuelto a hacer parecido, en un cap¨ªtulo de Los Simpson, el alcalde de Springfield, que sin bajarse del coche dec¨ªa ¡°con orgullo inauguro esta escuela, estadio deportivo o atracci¨®n¡±, y arrancaba.
La fase inicial de la Eurocopa trastoc¨® muchos designios, y de pronto, lo bonito ya no pod¨ªa quedar para el final. Cay¨® en el medio, incluso casi al principio. No estemos tristes. El efecto de que algunos planes saliesen mal, como la eliminaci¨®n de Espa?a, es que ahora tenemos un Italia-Alemania. El f¨²tbol es una actividad tan extra?a que en ciertas ocasiones las tristezas nos dan una alegr¨ªa. Hablamos de un partido ancestral, que al acabar se deposita en la memoria de la gente y no se marchita. Son como milagros hechos a mano.
M¨¦xico 70 fue quiz¨¢ el momento m¨¢s incandescente, aunque despu¨¦s vinieron Espa?a 82 y Alemania 06. La historia es conocida. Algunos no hab¨ªamos nacido, pero la vivimos igual, porque ese mundial todav¨ªa no ha acabado. Alemania e Italia se jugaban el pase a la final, y los azzurra tomaron ventaja con un gol de Boninsegna en el minuto 8. Dominaron el partido, y en el minuto 90 marc¨® Karl-Heinz Schnellinger. La pr¨®rroga empez¨® a arder y se desat¨® la locura. Gerd M¨¹ller anot¨® el 2-1 en el minuto 94. En el 98, Burgnich igual¨® el marcador, y Luigi Riva en el 104 coloc¨® a los italianos 2-3. Pero la locura no ten¨ªa remedio, y en el minuto 110 de nuevo empat¨® M¨¹ller. En el 111, Gianni Rivera anot¨® el 3-4. Lo que sucedi¨® d¨ªas despu¨¦s, con Pel¨¦, Jairzinho, Tost?o o Rivellino destrozando a los italianos, s¨®lo fue la final. En cambio, el Alemania-Italia se conoce como ¡°la partita del secolo¡±.
Las grandes competiciones siempre se reservan instantes vagamente secretos, que son en realidad en los que se ganan los t¨ªtulos. No basta con imponerse en la final. Antes de llegar a ese momento, hay una intervenci¨®n discreta y heroica, como el gol de Carles Puyol en Sud¨¢frica. Permanezca atento, el ¨²ltimo partido de la Eurocopa podr¨ªa jugarse este s¨¢bado bajo seud¨®nimo de ¡°cuartos de final¡±.
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