Todos los colores para Sagan
Victoria del campe¨®n del mundo en la primera llegada en cuesta, donde Alberto Contador, que volvi¨® a caerse en Normand¨ªa, cede 48s a Froome y Nairo


A los aficionados al Tour de colores brillantes y calor sudoroso de julio y a los poetas, la lluvia fina, ? oscura, les melancoliza. Pero a los ciclistas, que desde la ventana del autob¨²s miran la vida con cierta indiferencia, y solo calculan si el d¨ªa en la carretera va a ser duro, muy duro o dur¨ªsimo, la lluvia no les dice nada. Temen m¨¢s al viento, temen m¨¢s a los golpes de calor, temen a los nervios de los novatos, a los que est¨¢n en Babia y provocan ca¨ªdas.
Bajo la lluvia fina que refresca, Alberto Contador lleg¨® tarde a Cherburgo, donde, nada m¨¢s pisar, uno entiende por qu¨¦ su nombre rima con paraguas e, inevitablemente, con la belleza fr¨ªa de Catherine Deneuve. Herido de nuevo, de nuevo ca¨ªdo, el chico de Pinto maldijo derrotado y dej¨® casi un minuto a sus dos rivales, Chris Froome y Nairo Quintana, que tiraron de codos y potencia para pelear con los m¨¢s r¨¢pidos, y al cruzar la l¨ªnea de meta no se santiguaron como la v¨ªspera ni suspiraron al decir ¡°una menos¡±. No ten¨ªan fuerzas para lo primero, pues las hab¨ªan dejado en la ¨²ltima cuesta, una subida de casi un kil¨®metro que asaltaron a la velocidad de quien pierde el tren y corre loco por el and¨¦n, ni aliento para abrir la boca para hablar, solo para jadear.
Y el que gan¨®, el extraordinario Peter Sagan, ni siquiera levant¨® los brazos en triunfo tras adelantar a los desafiantes vencidos, el franc¨¦s Alaphilippe, que se desesper¨® y la emprendi¨® a golpes con el manillar con las fuerzas que al parecer le sobraron, y Alejandro Valverde, que se dio un gusto por el equipo. Muchos pensaron que Sagan, tan luminoso con su maillot de campe¨®n del mundo arco¨ªris y de fondo el oc¨¦ano gris, lo hizo por falta de fuerzas tambi¨¦n, pero ¨¦l, en su grandeza, con la modestia del sabio despistados, lo aclar¨®: ¡°No levant¨¦ los brazos porque no sab¨ªa que hab¨ªa ganado; pens¨¦ que a¨²n quedaban corredores fugados¡±.
Con Contador disminuido, pues todos son conscientes de que en el Tour nadie mejora de nada, todos empeoran seg¨²n el organismo se desgasta, la carrera se enfila directa al duelo Froome-Nairo que desean muchos aficionados y que pese a las apariencias ¡ªen los dos Tours victoriosos del brit¨¢nico, el colombiano fue segundo¡ª nunca se ha producido en el Tour. En 2013, Nairo pele¨® con el tercero por terminar segundo, sabiendo que Froome, al que tent¨® en el Ventoux, era inaccesible; en 2015, el amago de duelo se acab¨® en la primera subida, la de la Pierre Saint Martin; el resto del Tour fue un trabajo de paciencia de ambos: uno para defender tranquilo con su equipo; otro, para encontrar el momento de atacar y remontar, que solo lleg¨® en la ¨²ltima monta?a, Alpe d¡¯Huez.
¡°Pero nosotros no queremos un mano a mano¡±, dice Eusebio Unzue, del Movistar de Nairo. ¡°No queremos que Contador se quede fuera de la lucha. Le necesitamos a ¨¦l y a su equipo para hacer una carrera m¨¢s abierta¡±.
No solo parece perderse la posibilidad de un Tinkoff que piense a lo grande, tambi¨¦n el Tour perdi¨® el domingo a uno de los outsiders, el australiano Richie Porte, que pinch¨® a cinco kil¨®metros de la meta, cuando justamente su equipo, el BMC, otro que lleva ganadores de etapa y hombres de general, trabajaba denodado para su llegador veloz, Greg van Avermaet. Fue un d¨ªa desastroso para el conjunto suizo: Porte perdi¨® 1m 45s y Van Avermaet acab¨® octavo. ¡°Pero no podemos hacer nada¡±, dice su director, Yvon Ledanois. ¡°Sagan es magn¨ªfico, es el campe¨®n del mundo. Era normal que ganara¡±.
Froome sonriente
Solo Contador y los que le acompa?aron en la ca¨ªda pudieron hablar, despu¨¦s, de etapa nerviosa. ¡°Quitando el final, no fue para tanto¡±, dice Mikel Landa, que debuta en el Tour y ayuda a Froome, plet¨®rico y sonriente. ¡°No hay tantos nervios ni peligro como otros a?os, quiz¨¢s porque ahora hay m¨¢s equipos con escaladores¡±, dice Imanol Erviti, el gran navarro que ayuda al escalador Nairo, y le protege como Tosatto hace con Contador, como si fuera su madre.
Sagan va a su aire, al ritmo de su melena bien oculta bajo el casco como si se transformara en m¨²sica, y apenas necesita m¨¢s gregario que alguno que le lleve el chubasquero al coche y le traiga agua de vuelta, y tambi¨¦n uno r¨¢pido que le abra paso y le coloque bien en el final, donde ¨¦l se ocupa solo de los rivales.
En el podio, Sagan, por primera vez de amarillo Tour, fue el rey de los colores. Y dijo: ¡°No me preocupa perder el amarillo, debajo tengo el verde de los puntos, y si lo pierdo, debajo tengo el arco¨ªris¡±.
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