Las monta?as esperan a Nairo

En la plaza de Tunja, la ciudad de Nairo Quintana, desfila una unidad militar, y la m¨²sica que marca el paso no es de cornetas o de metales imperiales, sino de humildes y alegres marimbas, incongruentes con la gravedad de su oficio, pero no contradictorias con su eficacia armada.

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Cuando se entrena por sus carreteras, Nairo no para de hablar, de re¨ªr, de contar chistes y an¨¦cdotas, alegre como una marimba, pero en el Tour se le ve siempre delante, serio, mudo, el aire grave de corneta marcial. De Nairo, de su madurez en los primeros puestos del pelot¨®n y del respeto que despierta entre sus compa?eros en bicicleta, hablan los directores rivales, y los corredores. Llegan hoy las primeras monta?as, peque?as, puertos cortos y empinados en el Cantal, que comienzan a asomar nada m¨¢s pasar el pueblo de Poulidor, y los dos favoritos del Tour, el colombiano y Chris Froome, est¨¢n igualados a tiempo en la general. Y todos hablan de Nairo, como cansados de volver a contar historias del ingl¨¦s que gan¨® los Tours del 13 y del 15, como deseosos de encumbrar a una nueva figura, a un escarabajo de 26 a?os que lleva ya a?os anunciando su ambici¨®n sin l¨ªmite.

¡°Nairo est¨¢ m¨¢s fuerte que Froome¡±, dice tajante Beppe Martinelli, el director del Astana de Aru y Nibali. ¡°Ha crecido m¨¢s a¨²n, y por primera vez tiene un equipo grande y compacto a su alrededor¡±. Y esta opini¨®n se huele mayoritaria entre los que no se juegan mucho o, como el Astana, correr¨¢n esperando a ver qu¨¦ queda despu¨¦s de que el Sky de Froome y el Movistar de Nairo hayan librado su batalla.

Yo voy a lo m¨ªo y Froome se preocupar¨¢ de lo suyo. Y en el pelot¨®n no hablo demasiado"

En el Tour, con peque?os detalles se escriben tesis. Hay quien ha visto que la cadencia de Froome es este a?o menor que otros y que incluso se ha puesto de pie en la Dauphin¨¦ para atacar en monta?a, se?ales de que no est¨¢ tan bien, dicen. De Nairo admiran no solo su tranquilidad en la cabeza del pelot¨®n las etapas llanas, donde tantas energ¨ªas consume el estr¨¦s a los que no se sienten seguros, y analizan la subida del domingo en Cherburgo como si fuera el Alpe d'Huez, subrayando c¨®mo Froome empez¨® delante y perdi¨® puestos en los ¨²ltimos metros, mientras Nairo, que confes¨® que a 400 metros pensaba que se tendr¨ªa que abrir, en lugar de eso progres¨® tremendo.

¡°No me he fijado en esos detalles¡±, dice Nairo, que, atravesando estos d¨ªas pueblos llamados Descartes o Richelieu, ha descubierto que la inteligencia consiste en no decir lo que se piensa, sino en pensar lo que se dice. ¡°Yo voy a lo m¨ªo y Froome se preocupar¨¢ de lo suyo. Y en el pelot¨®n no hablo demasiado, no me sale hablar, estoy siempre en carrera. Me transformo, quiero estar siempre delante, y me molesta que mis compa?eros vayan atr¨¢s, y ya lo saben, y hacemos cierta qu¨ªmica y cierta forma de correr por la que evitamos hacer conversaciones largas y salirnos de carrera¡­ Si eres un l¨ªder siempre tienes que estar en lo que tienes que estar¡±.

Jos¨¦ Luis Arrieta, el director del Movistar, dice simplemente que los cambios de Froome los que se habla tanto no significan nada, y que Nairo est¨¢ como tiene que estar, muy bien, y donde tiene que estar. Y Nico Portal, el director del Sky, no solo dice que son detalles sin importancia los que achacan a su Froome, sino que a?ade que, adem¨¢s, no hay razones para pensar que Nairo est¨¦ igual o mejor que su ingl¨¦s. "No han corrido juntos en junio", dice, "y lo que hizo Nairo en la Ruta del Sur, sin rivales, no me vale. Ni siquiera que ganara la contrarreloj indica mucho".

Nairo est¨¢ m¨¢s fuerte que Froome¡±

Beppe Martinelli, el director del Astana de Aru y Nibali

La etapa del mi¨¦rcoles, la del Macizo Central, pasa por el Puy Mary y el Perthus, los puertos que vieron caer heridos a Vinok¨²rov, Wiggins y Van den Broeck hace cinco a?os, no muy lejos de donde un coche atropell¨® a Flecha y Johnny Hoogerland. "No creo que haga diferencias entre los mejores", dice Portal. "Simplemente ser¨¢ un d¨ªa muy duro, de transici¨®n hacia el calor y los Pirineos del fin de semana, donde ya empezar¨¢ el Tour en serio".

En Boyac¨¢, la regi¨®n de Nairo, los insurgentes de Sim¨®n Bol¨ªvar infligieron sus peores derrotas al ej¨¦rcito colonial espa?ol. Todos los ni?os lo estudian en la escuela. Todos llevan ese orgullo en la sangre. "El Tour es una batalla. Por herencia desde hace m¨¢s de 200 a?os llevamos en la sangre la gen¨¦tica luchadora, organizada y estrat¨¦gica. Y para muchas cosas buenas y muchas cosas malas tenemos estrategias en la vida cotidiana tambi¨¦n, y en carrera, por supuesto", dice Nairo. Y los Pirineos, el primer campo de batalla, se acercan.