?ltima batalla para la Generaci¨®n Dorada del baloncesto argentino
Cuatro de los l¨ªderes del equipo m¨¢s glorioso de la historia albiceleste estar¨¢n en R¨ªo. La lejana ilusi¨®n de una medalla se funde con otro objetivo: apuntalar a sus sucesores
La Generaci¨®n Dorada del baloncesto argentino naci¨® el 4 de septiembre de 2002, poco antes de la medianoche de Buenos Aires. Hacia el final del programa pol¨ªtico-econ¨®mico Periodistas, que emit¨ªa por entonces el canal Am¨¦rica TV, el economista y conductor Marcelo Zlotogwiazda se apresuraba a despedirse hablando a c¨¢mara pero mirando de reojo un monitor que se hab¨ªa hecho colocar a un costado. En lugar de convocar al espectador a ver el siguiente contenido de la se?al, aflor¨® su coraz¨®n de ex basquetbolista: "La verdad, cambien ya de canal y no se lo pierdan. Argentina le est¨¢ por ganar al Dream Team".
El 87-80 con que se sald¨® ese encuentro de la segunda ronda del Mundial de Indian¨¢polis marc¨® un hito en la historia del deporte global: despu¨¦s de 58 partidos, 5 t¨ªtulos y 10 a?os sin derrotas, ca¨ªa una selecci¨®n de los Estados Unidos compuesta por jugadores de la NBA. En su casa. Contra un pa¨ªs que pocos jugadores de ese plantel norteamericano podr¨ªa ubicar en el mapa. Un pa¨ªs que ese a?o solo era noticia por la dolorosa crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y social que sufr¨ªa. Por el ¨¦xodo de sus profesionales, incluidos los deportistas, que pugnaban por conseguir un pasaporte europeo para emigrar y poder vivir de su actividad ante la debacle financiera local. Un pa¨ªs que ven¨ªa de sufrir un fracaso estrepitoso en la Copa del Mundo de F¨²tbol de Corea-Jap¨®n. Argentina era candidata, y se fue en primera ronda.
En medio de la depresi¨®n general, la sorpresiva caricia al ego -condimentada con el sabor especial de haber vencido a un equipo s¨ªmbolo del todopoderoso pa¨ªs norteamericano- hizo que Emanuel Gin¨®bili, Andr¨¦s Nocioni y Luis Scola emergieran de la nada como ignotos superh¨¦roes, capaces de derrotar a todos los males argentinos a fuerza de triples, dobles y volcadas (mates en Espa?a, clavadas en M¨¦xico). Ese a?o quedar¨ªan a un paso de la consagraci¨®n, al perder la final del torneo con Yugoslavia en tiempo suplementario, tras un cierre pol¨¦mico. A nadie -a diferencia de lo que sucede hoy con el f¨²tbol- le import¨® demasiado esa derrota. El regreso fue triunfal: una caravana los acompa?¨® desde el aeropuerto de Ezeiza hasta el encuentro con las autoridades pol¨ªticas de turno.
Dos a?os despu¨¦s llegar¨ªa la gloria eterna. La conquista de los Juegos de Atenas incluy¨® una nueva victoria sobre EEUU, donde sobresal¨ªan Tim Duncan, Allen Iverson, Dwyane Wade y un joven LeBron James. Fue el pico m¨¢s alto en cuanto a logros y justificar¨¢ por siempre el apodo de "Generaci¨®n Dorada". Una medalla de bronce en Beijing 2008 y dos semifinales m¨¢s, una en el Mundial de 2006 -derrota por un punto ante Espa?a, luego campeona de ese torneo- y otra en los JJOO de Londres 2012 -ca¨ªda ante EEUU-, mantuvieron al equipo en la cima del ranking de la Federaci¨®n Internacional de Baloncesto (FIBA) durante seis a?os.
Pero "la Generaci¨®n Dorada no existe m¨¢s". La sentencia, lapidaria, no la firma una persona m¨¢s: Scola es el capit¨¢n del equipo que ¨¦l mismo da por desaparecido. Es el m¨¢ximo goleador de la historia de la selecci¨®n argentina de baloncesto, con 2.342 puntos en 141 partidos jugados. Es el ¨²nico que tiene en su haber el subcampeonato mundial de 2002, la medalla dorada de Atenas 2004, la de bronce de Beijing 2008 y otras ocho preseas en torneos globales o continentales con la camiseta de su pa¨ªs. Y tambi¨¦n es el abanderado de los 213 deportistas argentinos que el 5 de agosto desfilar¨¢n en el estadio Maracan¨¢, durante la ceremonia inaugural de los Juegos de R¨ªo 2016.
En realidad, su punto de vista no es nuevo. Scola no tiene pelos en la lengua y lo ha repetido varias veces en los ¨²ltimos cuatro a?os. Es una mezcla de realidad -s¨®lo quedan cuatro jugadores de la gesta de Atenas- con un intento de sacarse presi¨®n de encima. Es que buena parte de la sociedad argentina ha tomado a este conjunto como s¨ªmbolo de ¨¦xito y ejemplo a seguir, muchas veces en contraposici¨®n con el siempre criticado equipo de f¨²tbol, al que se le exige ser campe¨®n, o nada. Pero esto es as¨ª desde antes de las tres finales consecutivas que la Argentina de Lionel Messi ha perdido en el deporte de 11 jugadores.
Por eso este es tiempo de renovaci¨®n. Conscientes de ello, pero tambi¨¦n confiados en que tienen resto para dar una batalla m¨¢s, los "dorados" Gin¨®bili (39 a?os), Scola (36), Nocioni (36) y Carlos Delfino (33) se enfrentan a su cuarta cita ol¨ªmpica al mando de un grupo de j¨®venes entre los que sobresalen Facundo Campazzo, una de las mayores explosiones de la ¨²ltima temporada de la Liga ACB espa?ola; Nicol¨¢s Laprov¨ªttola, que lleg¨® a la misma competencia a mitad de temporada y brill¨® en el Estudiantes de Madrid; Nicol¨¢s Brussino, flamante jugador de los Dallas Mavericks en la NBA; y Patricio Garino, reci¨¦n graduado en la universidad de George Washington y nuevo compa?ero de Gin¨®bili en San Antonio Supurs.
Adem¨¢s, el entrenador Sergio Hern¨¢ndez -el "Oveja", el mismo que gan¨® el bronce de 2008- eligi¨® al experimentado Leonardo Mainoldi, de gran trayectoria en el baloncesto espa?ol (Valencia, Fuenlabrada, Laboral Kutxa entre otros); Marcos Del¨ªa, el techo del equipo con 210 cent¨ªmetros; la joven promesa Gabriel Deck, un alero de 2 metros; y la sorpresa de la lista, debutante absoluto en torneos internacionales, el pivote de 2,08 m. Roberto Acu?a.
Es dif¨ªcil predecir hasta d¨®nde puede llegar Argentina en R¨ªo, e incluso determinar sus aspiraciones. No son favoritos a medalla, pero tampoco ser¨ªa una gran sorpresa que llegasen a competir seriamente por una. No llegar a los cuartos de final podr¨ªa ser tomado como una despedida indigna para los cuatro pr¨®ceres, pero les ha tocado lidiar con un grupo donde hay tres aspirantes claros al podio: Espa?a, Lituania y Brasil. Entonces, para superar la fase inicial las expectativas del equipo pasan por vencer a Nigeria y a una de las hist¨®ricas canteras globales en este juego, Croacia. Una vez entre los mejores ocho, los cruces de cuartos de final determinar¨ªan hasta d¨®nde pueden so?ar.
Para Manu Gin¨®bili, el mejor argentino de la historia de este deporte, so?ar con una medalla no es descabellado. Desde su condici¨®n de cu¨¢druple campe¨®n de la NBA y a dos d¨¦cadas de su primera experiencia en una selecci¨®n, el futuro compa?ero de Pau Gasol en San Antonio Spurs asegura que se siente "un nene". Incluso ha utilizado su blog personal para relatar semana a semana c¨®mo avanza la preparaci¨®n. Y, de paso, dejar constancia del paso del tiempo. Una foto de 1996, la primera vez que comparti¨® equipo y cuarto de hotel con Scola, fue recreada y publicada en manuginobili.com.En la imagen queda en evidencia el contrapeso entre la m¨¢s fresca juventud, que ya ha quedado lejos, y el presente de su envidiable madurez, plena de t¨ªtulos, reconocimiento y un desaf¨ªo m¨¢s: R¨ªo 2016.
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