?Por qu¨¦ Guatemala es una potencia mundial en marcha atl¨¦tica?
De 21 guatemaltecos en R¨ªo de Janeiro, ocho competir¨¢n en marcha. Genes, monta?as y trabajo son sus secretos
Erick Barrondo, h¨¦roe en Guatemala desde que obtuvo la plata en marcha atl¨¦tica en las olimpiadas de Londres, llegaba al mundo el 14 de junio de 1991. Barrondo ignoraba entonces que ya hab¨ªa una apuesta nacional por buscar gente como ¨¦l; por armar un grupo fuerte en marcha atl¨¦tica como el que ahora, con el medallista y siete atletas m¨¢s, pule su preparaci¨®n para los juegos de R¨ªo de Janeiro.
Con un biotipo ideal, de estatura baja y resistencia aer¨®bica desarrollada de manera natural en las monta?as, el equipo de marchistas de Guatemala consolida la apuesta que dirigentes deportivos hicieron en este pa¨ªs desde los a?os 80 por las disciplinas de fondo, hasta convertirse en una potencia continental y verse de t¨² a t¨² en las pruebas globales.
Barrondo, un sencillo hijo de agricultor en los territorios poqomchi¡¯, donde habitan los quetzales, es el referente m¨¢ximo del auge de la marcha en Guatemala, pero otros nombres lo precedieron en a?os recientes y otros lo siguen a ¨¦l en las categor¨ªas juveniles. Los buenos resultados en marcha atl¨¦tica mantienen entusiasmados al pa¨ªs en torno a un deporte que, aunque lejos de ser de pr¨¢ctica masiva, le ha generado orgullo internacional y ha ido gan¨¢ndose a pulso fuentes de financiamiento p¨²blicas y privadas.
Lo comentaba este mi¨¦rcoles Azucena Morales, t¨¦cnica del Comit¨¦ Ol¨ªmpico de Guatemala, mientras vigilaba en las tierras altas de Quetzaltenango los ¨²ltimos entrenamientos de las tres mujeres marchistas que forman parte del equipo que competir¨¢ en R¨ªo, como parte de la delegaci¨®n total de 21 deportistas. Barrondo y los otros cuatro varones, mientras, depuraban en M¨¦xico los detalles finales que podr¨ªan resultar claves para repetir en un podio, como sue?an los guatemaltecos.
¡°La medalla de ?rick fue fundamental para coronar un trabajo de muchos a?os, de procesos largos¡±, explica Morales por tel¨¦fono antes de responder por qu¨¦ la marcha: por qu¨¦ es precisamente este deporte el que ha logrado despuntar en Guatemala. La respuesta hay que buscarla en la planificaci¨®n y los arduos entrenamientos, pero tambi¨¦n en la cotidianeidad de aldeas como la de Barrondo o en la sangre ind¨ªgena de los descendientes de los mayas.
¡°Es el fenotipo de los guatemaltecos, que somos de contextura peque?a y muchos habitantes de tierras altas, con fibras m¨¢s rojas que blancas (gl¨®bulos rojos que transportan el ox¨ªgeno de la sangre a los m¨²sculos), con una muy buena capacidad aer¨®bica, ideal para pruebas de fondo¡±, contesta Azucena. Un d¨ªa antes, un estudio cient¨ªfico publicado por la revista especializada eLife certific¨® que las guatemaltecas son las mujeres de menor estatura en el mundo (149,8 cm en promedio), mientras que los varones guatemaltecos (con un promedio de 163,4 cm) solo superan en el mundo a los naturales de otros 11 pa¨ªses.
Esa fue precisamente la fortaleza que vieron desde los a?os 80, cuenta Juan de Dios Reyes, miembro de la directiva de la Federaci¨®n Nacional de Atletismo de Guatemala. ¡°Aqu¨ª ser¨¢ muy dif¨ªcil encontrar a alguien de 1,90 para que d¨¦ un salto alto de 2,40¡±, explica desde Ciudad de Guatemala, antes de asegurar que el punto de inflexi¨®n para la marcha fue la marca mundial que impuso en 1999 Julio Ren¨¦ Mart¨ªnez en los 20 km.
Aunque hay marchistas altos que sacan ventaja de su zancada larga, los bajitos se ven obligados a dar pasos cortos con mayor frecuencia y eso permite reducir o disimular la ¡°fase de vuelo¡±. Esta, explica Azucena, es el instante en que ambos pies est¨¢n en el aire, lo cual es amonestable en una disciplina que exige todo lo contrario, contacto permanente con el suelo. ¡°Ese es nuestro secreto, que no es secreto para nadie¡±, bromea.
El resto de la f¨®rmula la componen los entrenadores importados para perfeccionar la disciplina en los marchistas de ¨¦lite, como parte de los esfuerzos federativos. El mexicano Jos¨¦ Alvarado, el cubano Rigoberto Medina (t¨¦cnico de Barrondo en su gesta en Londres) y ahora el polaco Bohdan Bulakowski se han sumado a los planes de la Federaci¨®n guatemalteca, que destina unos $500.000 anuales para los marchistas de la m¨¢xima categor¨ªa y ve un considerable aumento de patrocinios de empresas privadas.
Adem¨¢s, el apoyo del p¨²blico crece tambi¨¦n. Ya se cuentan por miles, seg¨²n Reyes, los asistentes a los eventos de atletismo en el estadio capitalino Mateo Flores, cerca de una obra vial y un parque que ahora llevan el nombre de su medallista ol¨ªmpico. Ya pocos se burlan de esa forma cadenciosa de andar de los marchistas, los nuevos referentes y los portadores de la ilusi¨®n de nuevos logros en R¨ªo.
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