Garc¨ªa Bragado: ¡°Mi victoria en el atletismo es haber sido honesto¡±
Con casi 47 a?os, el m¨¢s veterano de los deportistas ol¨ªmpicos espa?oles disputar¨¢ en R¨ªo sus s¨¦ptimos Juegos
Varias semanas antes de los Juegos de R¨ªo, Chuso Garc¨ªa Bragado sufri¨® una lesi¨®n que en otros tiempos, en sus comienzos en el atletismo tan lejanos, le habr¨ªan supuesto unos cuantos meses de baja. "En 2016, sin embargo, me hicieron un poco de pegamento con c¨¦lulas madre extra¨ªdas de mi plasma y en dos semanas ya pod¨ªa volver a marchar", dice el m¨¢s veterano de los deportistas ol¨ªmpicos espa?oles, quien con casi 47 a?os disputar¨¢ en R¨ªo sus s¨¦ptimos Juegos.
Pregunta. ?Se acuerda de c¨®mo comenz¨® con el atletismo, hace tanto?
Respuesta. Yo estudiaba en el colegio Tajamar, en Madrid, y me enganch¨¦ a esto de la marcha cuando vi a Miguel ?ngel Prieto ganar una medalla en el Europeo de Stuttgart del 86. Ten¨ªa 16 a?os y estudiaba Formaci¨®n Profesional, y le dije a L¨¢zaro Linares, el jefe del atletismo del colegio, que quer¨ªa empezar a hacer marcha. Cuando vio que ten¨ªa maneras, me puso en manos de un marchador que ten¨ªan all¨ª, Carlos Montes, que trabajaba en la F¨¢brica de Moneda, junto al Pirul¨ª, y viv¨ªa en Conde de Casal, y sub¨ªamos a entrenar al Retiro, cerca de su casa, aunque tambi¨¦n busc¨¢bamos d¨®nde se mov¨ªan los marchadores. Y uno de los lugares m¨¢s habituales era la Senda del Rey, que ten¨ªa un camino de casi un kil¨®metro¡ La Casa de Campo era el lugar para entrenar el fin de semana, porque entonces se mov¨ªa mucho tr¨¢fico por ah¨ª, no era lo que es hoy. Y tampoco entonces la actividad f¨ªsica estaba tan extendida, no hab¨ªa esta ebullici¨®n de ahora, y no era normal ver a gente corriendo por los parques o por la calle.
He tenido fama de ser muy respond¨®n, siempre me he cuestionado todo. Es mi forma de ser"
P. Era el siglo pasado, no lo olvide¡
R. ?Y tanto! No solo los h¨¢bitos, la tecnolog¨ªa del entrenamiento ha cambiado un mont¨®n tambi¨¦n. Cuando empec¨¦ a entrenar con Alberto Jim¨¦nez, me trajeron de Nueva York un puls¨ªmetro tan grande como un microondas, y comp¨¢relos con los de ahora, que son como un botoncito con bluetooth, vamos¡
P. ?A los 46, c¨®mo se lleva mentalmente el tener tanto pasado y al mismo tiempo seguir estando en activo, haber vivido tanto?
R. En algunas cosas no me he adaptado a tanta velocidad. Cosas como las redes sociales que tanto encantan a los j¨®venes, que para m¨ª han venido impuestas no como una elecci¨®n m¨ªa¡ Pero siempre me ha gustado mirar en perspectiva y analizar cosas como la evoluci¨®n del entrenamiento, posiblemente porque desde que me puse en alto rendimiento ya cuestionaba c¨®mo se hac¨ªan muchas cosas. Estaba siempre ah¨ª, como un mito, el concepto de Josep Mar¨ªn: hay que irse a Font Romeu y no bajar de ah¨ª en todo el verano. Y yo dec¨ªa, joer, Francia es muy aburrido, yo prefiero vivir en Madrid, donde me distraigo yendo al cine despu¨¦s de entrenar, por ejemplo. Esa es mi forma. Y como siempre he tenido fama de ser muy respond¨®n, siempre me he cuestionado todo. He sido muy adaptable, mientras otra gente ha sido muy de pi?¨®n fijo.
P. ?Eso es lo que le permite mantenerse vivo? Otros vivir¨ªan del recuerdo¡
R. Exactamente, cuestiono la forma de entrenar y creo mucho que es el propio atleta el que tiene que marcar c¨®mo lo quiere hacer. Muchos te¨®ricos del entrenamiento me ponen como ejemplo de entrenar por sensaciones, que no es entrenar como te da la gana sino que en funci¨®n de c¨®mo te encuentras metes m¨¢s o menos carga de trabajo. Y eso no es contrario a tener tu propia disciplina de entrenamiento.
A partir de los 40 el cuerpo te marca, te pega el baj¨®n hormonal y ya no recupera igual"
P. ?Qu¨¦ desea? ?Batir r¨¦cords de longevidad? ?Demostrar que la edad no es un l¨ªmite? ?Seguir siendo Chuso?
R. La verdad es que nunca me he planteado esto como un concepto de longevidad, porque a lo mejor, en mi caso, yo he integrado mucho el entrenamiento en mi vida. Ves otros chicos que su vida ha estado circunscrita a un centro de alto rendimiento, y, claro, toda la vida en un Centro de Alto Rendimiento no puedes estar, as¨ª que supongo que cuando se vuelvan a su pueblo les ser¨¢ muy dif¨ªcil organizarse su disciplina de entrenamiento, porque siempre ha estado ligada a un CAR. En mi caso, como yo nunca he estado en un CAR, lo he integrado en mi familia y en mis rutinas, y, eso, el que mi familia supiera que yo antes que nada era un marchador, supongo que facilit¨® mucho mi relaci¨®n con Montse, mi compa?era y mi entrenadora. Ella me aceptaba como era. En lo ¨²nico que me ha cambiado ha sido en la forma de vestir, y a mejor. Antes era m¨¢s dejado, me pon¨ªa cualquier cosa. Pero, por ejemplo, ahora ella est¨¢ entrenando a otros, a July Takacs en Guadix, y ha entendido que yo estas semanas me organizo mejor solo y me ha dejado a mi aire.
P. Ning¨²n espa?ol ha llegado s siete Juegos. ?C¨®mo ha podido, siendo una persona normal, convertirte en un ser excepcional?
R. Ha habido dos circunstancias. Tuve la suerte de coger un momento hist¨®rico, Barcelona 92, con 22 a?os, y su Plan ADO creado por Ferrer Salat y todas las administraciones unidas, el gran instrumento del salto del deporte espa?ol. Luego, tuve la fortuna de que cuando sufr¨ªa lesiones hubiera una t¨¦cnica eficiente para curarlas, como han sido mis operaciones de cadera. En 2006, con 36 a?os, pensaba que era el final de mi carrera deportiva, pero di con el doctor Manel Rivas que trat¨® mi cadera como quien trata una caries con su t¨¦cnica. Y me dije, ya que me han hecho este apa?o, habr¨¢ que amortizarlo. Me regal¨® una segunda juventud. Y se demostr¨®: saqu¨¦ medalla en un Europeo (plata en Gotemburgo), consegu¨ª mis mejores resultados en unos Juegos (cuarto en Pek¨ªn)¡ Pero desde los 40, desde el Europeo de Barcelona 2010, el cuerpo te marca, te pega el baj¨®n hormonal y ya no recupera igual. Y tu vida entra en otras din¨¢micas que tienes que intentar compatibilizar. Afortunadamente, esto de haberme actualizado como si fuera un sistema operativo me ha permitido seguir rindiendo bajando las cargas de trabajo, pero l¨®gicamente bajando tambi¨¦n mucho las expectativas de mis resultados.. Y ahora, el pegamento de c¨¦lulas madres me ha permitido recuperarme en pocas semanas de una lesi¨®n que en otros tiempos me habr¨ªa obligado decir hasta aqu¨ª hemos llegado.
Que haya dopaje dentro de tu propia selecci¨®n decepciona mucho. Son compa?eros a los que has admirado"
P. En sus 25 a?os en la elite mundial, aunque usted siga como si nada, la marcha ha sufrido muchos vaivenes. En Espa?a ha habido de todo, y pese a la decepci¨®n Paquillo la marcha sigue siendo la gran potencia con Miguel ?ngel L¨®pez, favorito en R¨ªo, y los que vienen. Y los rusos y su dopaje, y aun sabiendo c¨®mo iban sigui¨® compitiendo contra ellos.
R. Hablando de los rusos, que son los que en esto del dopaje han ido siempre muy por delante y cada vez tenemos m¨¢s informaci¨®n, siempre he dicho en las competiciones que el resultado depend¨ªa mucho de c¨®mo rindieran. Si no rinden, tengo m¨¢s posibilidades de estar delante. Pero cuando ganan y alteran totalmente la competici¨®n, hay atletas que pueden quedarse frustrados diciendo '?qu¨¦ hacer?' '?qu¨¦ puedo hacer si he entrenado todo lo que he podido y me han pegado un repaso impresionante, como si hubieran ido por un atajo?' Lamentablemente, algunos atletas siendo espa?oles han dado ese paso, como Paquillo, que en un momento dado, no s¨¦ cu¨¢ndo, decide cruzar esa l¨ªnea y busca productos prohibidos para mejorar su rendimiento y poder estar al nivel de los rusos. Al final, con el tiempo, estamos descubriendo que estos atajos no eran el buen camino.
P. ?Y a usted no le desmoralizaba?
R. Me desmoraliz¨® m¨¢s ver que hab¨ªa atletas de mi pa¨ªs en el lado oscuro. Que haya dopaje dentro de tu propia selecci¨®n decepciona mucho. Son compa?eros a los que has admirado. Y llega un momento en que te cuestionas si merece la pena hacer lo que haces, levantarte y rendir y entrenar pensando que si van todos dopados no tengo ninguna opci¨®n. De ello sales cuando te preguntas, ?pero en el fondo por qu¨¦ lo hago? Porque me gusta. Pues muy bien, lo hago por eso, y eso vale mucho m¨¢s que ganar una medalla. Claro que quiero ganar una medalla, y todos, pero en el fondo eres consciente de que lo haces porque te gusta.
P. ?Pero no piensa, por ejemplo, que podr¨ªa haber sido campe¨®n ol¨ªmpico sin los rusos y su vida habr¨ªa sido otra?
R. Bueno, podr¨ªa seguramente haber subido a un podio ol¨ªmpico, y mi vida habr¨ªa cambiado. Pero la vida son muchas circunstancias, no solo la medalla. Estoy al final de mi carrera y me voy con la certeza moral, y la victoria moral o virtual, de que yo he puesto todo de mi parte para ganar una medalla ol¨ªmpica de forma honesta. Tambi¨¦n podr¨ªa haber cruzado la l¨ªnea, pero quer¨ªa retirarme as¨ª, con la certeza de que puse todo de mi parte honradamente para poder haber cumplido con una medalla ol¨ªmpica. Mi victoria es haber sido honesto. Lo hago por la satisfacci¨®n personal, por la satisfacci¨®n que le das a todo el entorno que te ha ayudado, que en el fondo est¨¢n para eso, para hacer deportistas que puedan pelear por buenos resultados y no defraudar a la sociedad. Lo que nos est¨¢ marcando de lo que pasa ahora, de la limpia rusa y de otros, es que los que van por el buen camino, los m¨¢s saludables, al final podr¨¢n tener su chance en un atletismo m¨¢s verdadero.
A los 50 me gustar¨ªa volvier a correr la marat¨®n de Nueva York como a los 40"
P. Le llega tarde¡
R. S¨ª, efectivamente, pero imag¨ªnese los tiempos en que hab¨ªa el Tel¨®n de Acero, y los dos bloques¡ Los pa¨ªses vend¨ªan sus medallas como pol¨ªtica de estado, y todo era m¨¢s exagerado: la RDA, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que en los Juegos solo quer¨ªan vender la superioridad de su sistema mediante la superioridad de sus atletas, su propaganda.
P. ?Podr¨ªa consider¨¢rsele a usted una encarnaci¨®n de los ideales ol¨ªmpicos por la cantidad de a?os que lleva y por tu trayectoria en un deporte minoritario, casi por amor al arte?
R. Posiblemente. El haberlo podido llevar tantos a?os se debe a la serie de circunstancias que me lo han permitido y a las renuncias vitales que he hecho, porque ahora podr¨ªa vivir tan lindamente con una cl¨ªnica de podolog¨ªa y dedicado a los callos de mis clientes en vez de entrenar¡ He sido consciente de que si daba el paso renunciaba a eso. Mi opci¨®n ha sido seguir en este mundillo y si eso es el esp¨ªritu ol¨ªmpico y lo represento, yo, encantado de hacerlo¡ Siempre todo lo que he querido hacer en mi vida ha sido algo que me permitiera seguir d¨¢ndole prioridad a la competici¨®n.
P. ?Piensa ya en los Juegos de Tokio? Los octavos con 50 a?os¡
R. A los 50 me gustar¨ªa seguir sano con los achaques propios de la edad y poder demostrarlo volviendo a correr la marat¨®n de Nueva York, como hice a los 40. A Susana Feitor, una marchadora portuguesa tambi¨¦n muy longeva, se lo dije as¨ª, que hab¨ªa ido a Nueva York solo por correr la marat¨®n, y ella me dijo, 'hombre, un deportista verdadero', y a m¨ª me encant¨®, me pareci¨® un piropo. En Tokio, como marchador, ya no me veo. Va a ser una climatolog¨ªa muy dura y agresiva, para gente joven. El Mundial de Qatar 2019 me llama m¨¢s la atenci¨®n, porque me evoca una pel¨ªcula que para m¨ª es inolvidable, Lawrence de Arabia, el mito del desierto. Aunque Lawrence se movi¨® m¨¢s por la otra costa, me llama la atenci¨®n ver c¨®mo se puede gestionar esas temperaturas con una gota de agua, algo casi inhumano. Luego, a lo mejor, vas y no hace tanto calor y est¨¢ todo regulado artificialmente, con aspersores y eso¡ Y eso indica c¨®mo ha cambiado el mundo desde que empec¨¦. Antes todo era en Europa y ahora se va a lugares ex¨®ticos, Europa ya no influye nada. Y puede que para entonces hasta sea abuelo.
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