¡°Dibuj¨¦ el logotipo de Barcelona 92 en blanco y negro¡±
El dise?ador recuerda, casi 30 a?os despu¨¦s de su creaci¨®n m¨¢s conocida, c¨®mo gest¨® la idea
Gan¨® despu¨¦s de haber perdido, como si fuera un deportista de ¨¦lite: a Josep Maria Trias (Barcelona, 1948) lo hab¨ªan invitado en 1983 a presentar una idea de logo para la candidatura ol¨ªmpica de su ciudad. Qued¨® segundo, pero cuando Barcelona se alz¨® finalmente con la sede tres a?os m¨¢s tarde, los organizadores de los Juegos volvieron a acordarse de ¨¦l para que les propusiera, junto a otros cinco dise?adores, la imagen definitiva de las primeras olimpiadas celebradas en Espa?a. Y no val¨ªa repetir: la imagen de una candidatura nunca coincide con la de los Juegos.
Ya retirado, Trias recuerda de aquellos tiempos la sinton¨ªa entre todas las administraciones y las prisas: "Pasaron muy pocos meses desde que se designa a la ciudad y se decide el logo, hab¨ªa urgencia para que se empezaran a hacer los contratos con las multinacionales". Eran los tiempos del "?estudias o dise?as?" y Barcelona sacaba pecho de ese fuerte.
"La decisi¨®n fue muy democr¨¢tica", asegura. La organizaci¨®n de los Juegos reuni¨® a uno o dos representantes de todas las organizaciones que ten¨ªan que ver con el dise?o, la est¨¦tica, la imagen, y de ah¨ª surge un jurado de una treintena de personas que invita a seis dise?adores, la mayor¨ªa de Barcelona, y que les da unas pautas de lo que esperan de la imagen de los Juegos. "Nos pidieron que fuera mediterr¨¢nea, abierta, y que se evitaran los localismos, que hubiera una aportaci¨®n creativa, de dise?o".
Ning¨²n logotipo anterior, aunque admirase en especial el de M¨²nich 72, le inspir¨® en lo m¨¢s m¨ªnimo. Se reafirm¨® en su idea de que no proced¨ªa basarse en s¨ªmbolos nacionalistas, como hab¨ªan hecho Mosc¨² o Los ?ngeles. Cogi¨® unos cuantos folios DIN A4, papel cebolla, un rotulador Edding negro y otro, de la marca Pantone, gris muy oscuro. "Si en aquella ¨¦poca hab¨ªa ya alg¨²n Macintosh en Barcelona, no se usaba a¨²n mucho", recuerda.?"Ten¨ªa que hacer algo que desde el mismo punto de partida fuera totalmente distinto. De esa decisi¨®n, y la tom¨¦ a toda velocidad, sali¨® el trazo manual".?
En tres brochazos lleg¨® el logo-atleta: un trazo, a modo de cabeza, otro, de brazos, y un tercero simulando las piernas. "Mi equipo me dijo que parec¨ªa que saltaba o bailaba. Yo les dije que tanto en un caso como otro, me val¨ªa". La clave, para Trias, estaba en su decisi¨®n de adjudicar "todo el valor del s¨ªmbolo" al ser humano: "Por primera vez en la historia de los juegos ol¨ªmpicos modernos se usar¨ªa un logo con figura antropom¨®rfica. Quer¨ªa algo humanizado, por el objeto y por haberlo dibujado a mano, y adem¨¢s din¨¢mico. Ah, tambi¨¦n quer¨ªa que fuera asexuado". Ninguno de estos conceptos era una exigencia del comit¨¦ de selecci¨®n.
Quer¨ªa algo humanizado, por el objeto y por haberlo dibujado a mano, y adem¨¢s din¨¢mico. Ah, tambi¨¦n quer¨ªa que fuera asexuado"
Eso s¨ª, la primera versi¨®n del logo naci¨® sin una gota de color. "El primer logo de Barcelona que dibuj¨¦ era en blanco y negro. Yo aprend¨ª de un maestro que los logotipos antes de darlos por terminados hay que dibujarlos siempre as¨ª. Cuando tienes fijado el s¨ªmbolo, es cuando puedes incorporar el cromatismo, que a?ade otra capa de significado. El color lo que hace es fijar en un contexto determinado lo que ya dice el s¨ªmbolo".
Ya con los tonos incorporados, aquellos azul, rojo y amarillo brillantes y saturados, lleg¨® el d¨ªa de la verdad: "El jurado requer¨ªa presentar los cartones con los dibujos y que los defendi¨¦ramos en persona ante un jurado. Nos presentamos all¨ª y se te pon¨ªan de corbata en aquella sala con m¨¢s de treinta personas que te preguntaban por tu trabajo". Por delante de ¨¦l pas¨® la competencia. "Tuve la suerte de ser el ¨²ltimo en presentarlo, porque eso me daba dos pistas: o no les hab¨ªa importado un pepino lo que les presentaba o, al contrario, les interesaba mucho. Los anteriores estuvieron de dos a cinco minutos dentro; yo estuve m¨¢s de media hora respondiendo a preguntas".
Las m¨¢s insistentes, precisamente, incid¨ªan en la elecci¨®n de los colores. "?Qu¨¦ habr¨ªan pensado si hubiera presentado un logotipo solo rojo, o solo azul? Los colores, y m¨¢s en aquella ¨¦poca, estaban muy marcados pol¨ªticamente". Tambi¨¦n se le tild¨® de "demasiado mironiano". "?Y no lo ten¨ªamos en mente! M¨¢s que a Mir¨®, yo dir¨ªa que mis trazos se parec¨ªan a los dibujos de Picasso para el Col¡¤legi de Arquitectes de Barcelona".
La elecci¨®n no lo hizo rico. La concesi¨®n del logotipo estaba dotada con tres millones de pesetas (18.000 euros). "Cuando se lo dije al dise?ador de Atlanta, que me llam¨® para pregunt¨¢rmelo, se llev¨® las manos a la cabeza". Por suerte, el pago por el desarrollo de la imagen posterior s¨ª le permiti¨® cubrir los costes del equipo de 12 grafistas vinculados a la empresa.
A¨²n hoy, Trias, autor tambi¨¦n del logo de TV3 o de la se?alizaci¨®n del Metro de Barcelona, se pregunta qu¨¦ colores quer¨ªan que pusi¨¦ramos que no fueran el azul, rojo y amarillo: "?Acaso un marr¨®n oscuro, verdoso?", comenta con sorna. Su admirado Otl Aicher, el creador de la imagen de M¨²nich, cen¨® con ¨¦l en Par¨ªs unos d¨ªas antes de presentar a todo el mundo la imagen y le dijo: "Tu logotipo solo podr¨ªa haber salido del Mediterr¨¢neo". Objetivo cumplido.
Alternativa a Cobi
La organizaci¨®n de Barcelona 92 cre¨® dos comit¨¦s separados: uno para la imagen corporativa y otro para la mascota, pero invit¨® a los dise?adores propuestos para las mascotas a presentar propuestas de logotipo y a los de logotipos a lanzar ideas para mascotas. Josep Maria Trias se lo pens¨® un momento. "Se me ocurri¨® que el propio s¨ªmbolo del logo, aprovechando que era humano, generase un personaje articulable, pero en Quod [su estudio] dijimos: 'Vamos a centramos en el logo, y dejemos que Mariscal, Peret, Fernando Amat... hagan sus cosas. Vayamos con la intenci¨®n de repartir el protagonismo".
En aquella fase inicial no tuvo contacto con Mariscal ("su ¨¢mbito era distinto del m¨ªo, el del c¨®mic"), pero cuando se elige a Cobi como mascota, empezaron a reunirse. Su primera reacci¨®n ante la mascota no fue muy entusiasta, pero le interes¨®: "Cuando vi a Cobi me pareci¨® sobre todo que romp¨ªa con lo que se hab¨ªa hecho hasta el momento. Junto a mi logotipo, est¨¢bamos ante un par de propuestas gr¨¢ficas que iban a identificar a Barcelona de manera muy rupturista".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.