La ola de Ledecky provoca n¨¢useas
La estadounidense dice que casi vomita para ganar el oro en 200m libre ante la sueca Sjostrom, que confiesa que se ayud¨® del remolino de su rival para ahorrar energ¨ªa


La din¨¢mica de fluidos es materia de estudio entre los entrenadores y biomec¨¢nicos ligados a la nataci¨®n. Gracias a esta ciencia muchos nadadores han aprendido que, peg¨¢ndose a la calle donde se desplaza un competidor, si son capaces de colocarse en el ¨¢ngulo y a la distancia justas, el remolino que genera el avance del otro les engancha como la ola a la tabla de surf, en una corriente muy sutil y muy beneficiosa. L¨®gicamente, el de las piscinas constituye un arrastre imperceptible. Pero, ?acaso las carreras no se ganan por cent¨¦simas de segundo? La nataci¨®n ense?a que la diferencia entre unos y otros, en general, suele ser microsc¨®pica. Una de esas excepciones a la regla es Katie Ledecky, que gana por varios cuerpos. Al menos as¨ª fue hasta que, en la final de 200 metros libre de este martes, la sueca Sarah Sjostrom se le subi¨® a la ola.
Los 200 metros libre siempre funcionaron como cruce de caminos entre las diferentes especialidades del programa. Es la distancia en la que suelen medirse nadadores que compiten en mundos apartados. All¨ª confluyeron la fondista Ledecky y la velocista Sjostrom en un intento por conquistar un territorio de enorme prestigio. El que se asigna a los nadadores capaces de ser r¨¢pidos durante m¨¢s tiempo. Solo los mejores lo consiguen. La ganadora, como casi siempre, fue Ledecky. Pero esta vez se top¨® con una criatura casi tan singular como ella.
Sjostrom ha dedicado su vida a la mariposa. Posee los r¨¦cords mundiales de 100 y 50 metros. A sus 23 a?os, y con tres Juegos en su historial, es toda una experta. Su triunfo en los 100 mariposa de Rio, en donde ha logrado la mejor marca de la historia, fue una de las exhibiciones m¨¢s memorables que ha dejado este concurso. La superioridad de Sjostrom trasluc¨ªa con vehemencia a partir de su poderosa patada ondulatoria, ¨²nica por ritmo y fuerza, elemento definitivo de su propulsi¨®n. Sjostrom tiene su cadera firmemente atada a una musculatura grande y larga que mueve como nadie. Tan fuerte se debi¨® ver que quiso traspasar la frontera para visitar a Ledecky.
Cuando las dos se pusieron mano a mano, una en la calle cuatro y la otra en la cinco, en el pen¨²ltimo viraje, con 100 metros por delante, los aficionados que pagaron la entrada gritaron como si sintieran que el dinero hab¨ªa estado bien empleado. Las gradas entonaban un continuo sarav¨¢ carioca ante la visi¨®n de espuma y rabia. Entre el 100 y el 150 metros Sjostrom lanz¨® un ataque en toda regla que puso a Ledecky en una situaci¨®n inaudita: obligada a replicar. El tiempo de la sueca en ese largo fue de 29,09s segundos. La estadounidense lo hizo en 29,12s. Por primera vez, mandaba otra.
Detallista como buena nadadora de pruebas cortas, Sjostrom calcul¨® que su reserva de energ¨ªa se le agotar¨ªa antes de tiempo y actu¨®. Observ¨® que Ledecky iba bastante pegada a la corchera y busc¨® el contacto con la turbulencia.
¡°En el tercer largo me encontr¨¦ m¨¢s cerca de lo que pensaba de alcanzarla¡±, record¨®. ¡°Nunca cre¨ª que pudiera aproximarme tanto. Realmente me sorprendi¨®. Pero sab¨ªa que no me quedar¨ªa m¨¢s por dar en los ¨²ltimos 50. Estaba exhausta. As¨ª es que creo que tuve suerte de coger la ola de Katie para que me ayudara en los ¨²ltimos 50. Al salir del ¨²ltimo viraje me sub¨ª a su ola para tener un poco de velocidad extra gratis¡±.
¡°Es lo que llamamos efecto v¨®rtex¡±, apunt¨® Sjostrom, sonriente, ¡°pero no sabr¨ªa explicarlo muy bien¡±.
Anf¨ªtrite montada en el carro de Poseid¨®n. La sueca Sjostrom subida a horcajadas en la ola que provocaba la frecuencia arrebatadora de brazadas y batido de piernas de Ledecky que, en su intento desesperado por no dejarse atrapar, atrajo hacia s¨ª el peligro.
A falta de 25 metros Sjostrom hizo un ¨²ltimo esfuerzo, abandon¨® el surfeo, barren¨®, y se coloc¨® por delante. Ledecky no la vio pero la sinti¨®, como quien percibe un borbot¨®n. ¡°No ten¨ªa ni idea d¨®nde estaba Sarah¡±, explic¨® luego, ¡°porque respiro hacia la izquierda y ella ven¨ªa por la derecha. Procur¨¦ que no verla fuese una ventaja para concentrarme en mi ritmo y as¨ª acelerar sin distracciones. Pero fue muy duro¡±.
Tan duro, que, en el paroxismo del esfuerzo, Ledecky experiment¨® la clase de contracci¨®n repulsiva que anticipa la arcada. ¡°Estuve muy cerca de vomitar cuando quedaban 25 metros¡±, cont¨®. ¡°Pero no es la primera que me ocurr¨ªa. Me ha sucedido cientos de veces en los entrenamientos. As¨ª es que me las apa?¨¦ para abrirme camino y alcanzar la pared. Creo que fue divertido¡±.
Ledecky cubri¨® el ¨²ltimo 50 en 29,18s para colgarse el oro con una marca de 1m 53,73s. Sjostrom hizo el ¨²ltimo larg¨® m¨¢s r¨¢pido, en 29,13s, pero no le alcanz¨® para terminar antes y par¨® el cron¨®metro en 1m 54,08s.
Le comentaron a Bruce Gemmell, el entrenador, que su ni?a hab¨ªa confesado que casi vomitaba. El t¨¦cnico se ufan¨®: ¡°Cuando nos juntamos con nadadores hombres del equipo nacional en oto?o, en invierno y antes de las competiciones, a veces salen de la piscina y le dicen: ¡®?Katie! ?Cre¨ª que iba a vomitar!¡¯. Y ella les responde: ¡®Yo me siento as¨ª tres veces por semana¡¯. Esto no es sorprendente. Su preparaci¨®n es tremenda. ?Pero hasta el momento nunca ha vomitado!¡±.
Sjostrom se lo tom¨® con filosof¨ªa. ¡°Yo¡±, dijo, ¡°soy m¨¢s nadadora de mariposa que de libre, y de 100 metros antes que 200. El 200 es m¨¢s f¨¢cil para Ledecky. Para m¨ª, ¨¦sta es la distancia larga. Es una de las pruebas m¨¢s duras que puedes nadar porque es un sprint largo. No puedes guardarte energ¨ªa. Lo tienes que dar todo desde el metro uno. Los 200 libre siempre han sido mi peor carrera. Nunca he querido nadarlos. Pero esta temporada decid¨ª apuntarme y me ha ido bastante bien¡±.
La p¨¢lida Katie Ledecky, no tan p¨¢lida fuera del agua como sumergida junto a Sjostrom, se colg¨® su segundo oro en R¨ªo. Una verdadera haza?a, dada la dificultad de ser tan veloz para una fondista como ella, convertida en la primera mujer desde la australiana Shane Gould, en 1972, en obtener el oro en 200m y 400m. Cuando alguien le pregunt¨® qu¨¦ se sent¨ªa ante la perspectiva de colgarse otros dos en 800m libre y en el relevo de 4x200m, sonri¨® apenas esbozando una curva moderada con sus labios finos: ¡°Estoy muy excitada¡±.
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