Belmonte vs Groves: una lecci¨®n de estrategia

Analizar una final como esta, en la que adem¨¢s conoces personalmente a la protagonista, no es f¨¢cil, se mezclan los datos con las emociones, la realidad se exagera y la vida, para alguien que ha subsistido siempre gracias a la nataci¨®n, se vuelve m¨¢s f¨¢cil.

La fr¨ªa diferencia de una medalla de oro, solo tres cent¨¦simas, no explica todo el trabajo que ha habido detr¨¢s, estos cuatro a?os por parte de Mireia y su entrenador Fred Vergnoux. Adem¨¢s de todos aquellos que han colaborado en este ¨¦xito, en particular su fisioterapeuta M¨®nica Solana (que la recuper¨® de su inoportuna lesi¨®n) y el equipo que trabaja dando apoyo cient¨ªfico en el CAR de Sierra Nevada (Blanca de la Fuente y Javier Arg¨¹elles) y en el CAR de Sant Cugat, junto con todo lo que han podido hacer desde la Real Federaci¨®n Espa?ola de Nataci¨®n (RFEN) o las entidades y marcas que patrocinan a Mireia.

Pero vayamos al grano, ?por qu¨¦ nuestra nadadora gan¨® a la australiana? ?Qu¨¦ ha sucedido para acumular esa exigua diferencia? Si analizamos algunos aspectos b¨¢sicos de Mireia, con la ayuda de las c¨¢maras subacu¨¢ticas utilizadas por la televisi¨®n que retrasmite la competici¨®n, observamos que realiz¨® diez batidos subacu¨¢ticos en la salida, siete en el primer y segundo virajes y diez en el ¨²ltimo. En la superficie la acci¨®n de los brazos es fundamental y dar m¨¢s batidos puede ayudar a preservar la energ¨ªa que gastan los brazos ciclo tras ciclo, especialmente al final del ¨²ltimo largo. Alguien puede pensar que no respirar aumenta la fatiga, pero cuando lo has entrenado siempre as¨ª, ya no se nota tanto. Es algo que los espaldistas o bracistas hacen desde hace a?os y nadie duda de su utilidad. Este arsenal subacu¨¢tico lo acompa?¨® de 20, 23, 24 y 24 brazadas cada largo. Observando con detalle su t¨¦cnica bajo el agua en el centro de la piscina, se puede reconocer otro detalle: Mireia utiliza una coordinaci¨®n especial la mayor parte de la prueba, cada ciclo da un batido potente y otro relajado, pero en el ¨²ltimo largo es capaz de cambiar y realizar dos batidos potentes por ciclo, especialmente los ¨²ltimos 30 metros.

Si comparamos su rendimiento con Groves, observamos una p¨¦rdida de tiempo inicial en la salida de 36 cent¨¦simas, algo normal tal como ha ocurrido en los d¨ªas anteriores, aunque menor. Algo parecido ocurri¨® en los primeros 25m d¨®nde la diferencia fue de 62, pero ya 20 menos que el d¨ªa anterior en las semifinales. En los 50m ya se confirm¨® que las intenciones de nuestra nadadora eran diferentes pues de un segundo y medio, el d¨ªa anterior, pas¨® en la final con menos de un segundo de diferencia. Los tiempos de paso fueron reduci¨¦ndose paulatinamente hasta que se inici¨® el ¨²ltimo viraje, a los 145m, d¨®nde Mireia alcanz¨® a Groves. Esta diferencia fue aumentando hasta los 175m, d¨®nde ya Mireia se adelantaba por 36 cent¨¦simas. Pero en ese momento la australiana respondi¨® de 175 a 185m, reduciendo esa diferencia a solo 6, lo que puso en vilo a todo un pa¨ªs. Pero Mireia respondi¨®, gracias a ese potente segundo batido adicional, que tan bien le funcion¨® cuando rompi¨® la barrera de los dos minutos en piscina corta, y volvi¨® a aumentar la diferencia a 20 cent¨¦simas. Los ¨²ltimos 5m ya son historia. El esfuerzo anterior pudo desorganizar su aproximaci¨®n y por ello realiz¨® una llegada de infarto, realizada como solo una nadadora como ella puede hacer, tocando cuanto antes la pared, por medio de una brazada corta que funcion¨® perfectamente.

Las claves de esta victoria fueron un segundo y tercer viraje m¨¢s r¨¢pidos que Groves y una velocidad de nado superior en el segundo y tercer largo, siendo similar en el primer y ¨²ltimo largo. La evoluci¨®n de las frecuencias de ciclo de brazada revela cu¨¢ndo atacaron ambas nadadoras: segundo veinticinco del tercer largo Mireia y el segundo veinticinco del ¨²ltimo largo la australiana.

Todo ello se encuadr¨® en una estrategia dirigida por su entrenador Fred Vergnoux, art¨ªfice de los extraordinarios resultados de Mireia, en que todos los detalles, antes de la prueba, estaban medidos al mil¨ªmetro a lo largo de toda la jornada, junto con la t¨¢ctica a utilizar en la competici¨®n. Eso fue posible gracias a Mireia, una nadadora capaz de seguir las instrucciones especificadas y adem¨¢s utilizar su instinto ganador, clave en su merecida medalla de oro.