Carolina Rodr¨ªguez culmina su ¨²ltima haza?a con un diploma ol¨ªmpico
La gimnasta espa?ola, de 30 a?os, la finalista m¨¢s veterana, pone el broche a su carrera con una octava posici¨®n en la final individual
Tiene 30 a?os y en R¨ªo se ha convertido en la gimnasta m¨¢s veterana en una final de unos Juegos en r¨ªtmica. La aventura ol¨ªmpica de Carolina Rodr¨ªguez comenz¨® en Atenas 2004, donde compiti¨® en conjunto, y desde entonces su carrera ha sido un camino laber¨ªntico en el que ha pasado de todo. Pas¨® a competir en individual, fue apartada del equipo espa?ol, se retir¨®, le hicieron hasta un homenaje, volvi¨®, se clasific¨® para Londres, donde fue 14? y en R¨ªo ha alcanzado su mejor resultado en individual en su madurez f¨ªsica: octavo puesto y diploma ol¨ªmpico, el broche perfecto con el que ha cerrado su ¨²ltima haza?a.
La clasificaci¨®n y el puesto en la final son el reflejo de la regularidad de Carolina. Solo una ca¨ªda en la ¨²ltima rotaci¨®n, cuando no pudo evitar que la cinta se fuera al suelo, empa?¨® su gran actuaci¨®n. 17.616 en aro, 17.683 en pelota, 17.700 en mazas, 16.950 en cinta. Un total de 69.949. El oro fue para la rusa Margarita Mamum ?(76.483), la plata para su compatriota Yana?Kudryavtseva ?(75.608) y el bronce para la ucrania Rizatdinova Ganna (75.583).?
"Siempre ha tenido grandes condiciones, sobre todo su expresividad, que llama la atenci¨®n. Los jueces alucinan con esa manera de moverse y transmitir. Compet¨ª con ella en campeonatos de Espa?a y desde los 10 a?os la gente sal¨ªa a verla por esa expresividad. Se met¨ªa al p¨²blico en el?bolsillo", recuerda desde R¨ªo Isabel Pag¨¢n, su compa?era en el conjunto de Atenas, con 18 a?os, y ahora directora t¨¦cnica de la federaci¨®n. El lenguaje gestual que desde peque?a aprendi¨® para comunicarse con sus padres, sordomudos, potenci¨® esa virtud expresiva. La tenacidad de su personalidad se ha esculpido a golpe de dificultades y momentos duros, como cuando perdi¨® a su hermano en un accidente de tr¨¢fico.?
"Siempre ha sido una ni?a con car¨¢cter especial", a?ade Pag¨¢n. "En Atenas era risue?a y muy alegre, buena compa?era de equipo. Ahora en individual noto su madurez, noto el cambio de responsabilidad con el equipo t¨¦cnico". Moldear ese car¨¢cter perfeccionista, vehemente, ha sido una de las tareas de su entrenadora, Ruth Fern¨¢ndez, desde que era una ni?a. Un t¨¢ndem sin el que el ¨¦xito de Carolina no tendr¨ªa explicaci¨®n. Ella fue quien en 2007 la motiv¨® para que volviera a la competici¨®n cuando anunci¨® su retirada y se fue a Le¨®n, su ciudad, donde ya se quedar¨ªa para entrenarse.?
?El caso de Carolina guarda paralelismo con el de Almudena Cid, que compiti¨® con 28 a?os en sus ¨²ltimos Juegos. "La pionera fue Cid, que en 2008 se retir¨® y consigui¨® estar en cuatro finales ol¨ªmpicas", puntualiza Iratxe Aurrekoetxea, la entrenadora de Cid entonces. "La ventaja es la gran experiencia, se conocen a s¨ª mismas. El inconveniente es que hay que medir su carga de trabajo, son cuerpos m¨¢s desgastados y hay que llegar a la competici¨®n cuid¨¢ndolos".
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