La tibia e inacabable lucha contra el racismo en el f¨²tbol espa?ol
El episodio de los gritos simiescos a I?aki Williams en Gij¨®n se puede zanjar con una leve sanci¨®n econ¨®mica al Sporting
Latente, como si aguardase agazapado para mostrarse con inquietante periodicidad, el racismo vuelve a golpear al f¨²tbol espa?ol. Carlos Clos G¨®mez, ¨¢rbitro del duelo celebrado el pasado domingo en Gij¨®n entre Sporting y Athletic, suspendi¨® el encuentro durante un minuto porque desde uno de los fondos del estadio se escucharon, seg¨²n detall¨® en el acta del partido, ¡°sonidos imitando la onomatopeya del mono dirigidos al jugador I?aki Williams¡±. Clos comunic¨® la incidencia al delegado de campo para que a trav¨¦s de megafon¨ªa se pidiese que cesaran. As¨ª ocurri¨®, pero brotaron entonces los silbidos hacia el futbolista desde el mismo minoritario sector de la afici¨®n local. El Sporting emiti¨® ayer a trav¨¦s de sus canales de comunicaci¨®n un v¨ªdeo en el que varios de sus futbolistas hacen un llamamiento para que no se repitan estos comportamientos y conden¨® en un comunicado ¡°cualquier tipo de acto de racismo, xenofobia o conducta violenta¡±.
El cuadro asturiano espera una sanci¨®n, pero los precedentes muestran una actitud laxa de los diversos estamentos hacia las conductas racistas. Hace diez a?os ya del episodio de La Romareda en el que Samuel Eto¡¯o sacudi¨® conciencias cuando quiso abandonar el campo tras una situaci¨®n id¨¦ntica a la sufrida ahora por Williams. Entonces el ¨¢rbitro Esquinas Torres tambi¨¦n detuvo el partido y entre ¨¦l y el t¨¦cnico Frank Rijkaard le convencieron para seguir sobre el c¨¦sped. El Zaragoza recibi¨® una multa de 9.000 euros.
La ley obliga desde 2007 a que en Espa?a exista una entidad que controle este tipo de situaciones. As¨ª ocurri¨® durante un tiempo, se celebraron reuniones, se realizaron informes. A partir de 2010 el Observatorio contra el Racismo, que depend¨ªa del Consejo Superior de Deportes, languideci¨® sin convocarse hasta que se reactiv¨® una iniciativa similar tras los acontecimientos de Madrid R¨ªo a finales de 2014, cuando una reyerta en Madrid cost¨® la vida a un seguidor del Deportivo a manos de otros del Atl¨¦tico. ¡°Quiz¨¢s se interpret¨® que nuestro f¨²tbol estaba a salvo de problemas de violencia, xenofobia o racismo¡±, apunt¨® entonces Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. Poco antes el presidente de aquel observatorio, Javier Dur¨¢n, hab¨ªa lamentado la oportunidad perdida. ¡°Pudimos estudiar la posible vinculaci¨®n entre f¨²tbol y movimientos racistas y xen¨®fobos. Lo cierto es que no era c¨®modo vincular un espect¨¢culo a esas realidades que est¨¢n ah¨ª¡±.
Las alarmas ya hab¨ªan vuelto a sonar. El madridista Marcelo lo advirti¨® tras un partido contra el Atl¨¦tico en febrero de 2014. Tres meses despu¨¦s al Villarreal le impusieron una sanci¨®n de 12.000 euros tras el lanzamiento de un pl¨¢tano por parte de uno de sus aficionados a Dani Alves, que ya hab¨ªa sufrido vejaciones similares en el campo del Espanyol. El club levantino prohibi¨® al espectador volver a entrar en su estadio, pero el Consejo Superior de Deportes clam¨® contra la tibieza en la sanci¨®n del Comit¨¦ de Competici¨®n. Una semana despu¨¦s fue el entonces levantinista Pape Diop el que en un partido contra el Atl¨¦tico respondi¨® con un baile al coro simiesco que le acompa?¨® cuando iba a lanzar un c¨®rner. ¡°Esto tiene que acabar¡±, pidi¨® despu¨¦s, pero casi tambi¨¦n de inmediato una c¨¢mara de televisi¨®n capt¨® a una aficionada del Llagostera realizando gestos simiescos hacia Mamadou Kon¨¦ en un partido con el Racing de Santander.
El efecto emulaci¨®n existe, pero tambi¨¦n funciona el rigor y la constataci¨®n de que hay un problema que atajar. ¡°No hay jugador negro que no haya sufrido nunca insultos racistas¡±, apunt¨® hace unos meses Tommy N¡¯Kono el ex guardameta camerun¨¦s del Espanyol durante la presentaci¨®n de su escuela de porteros. A su lado estaba su compatriota Carlos Kameni, que lleg¨® a sufrir ese tipo de humillaci¨®n en varios campos, y expuso su opini¨®n: ¡°Lo mejor es no hablar de ello para darle m¨¢s fuerza, pero es una situaci¨®n que no se zanja y hay que hacer algo porque no es normal¡±.
En Inglaterra en su d¨ªa John Terry perdi¨® la capitan¨ªa de la selecci¨®n por proferir palabras racistas contra un rival durante un partido. Le impusieron una multa de 270.000 euros. La pasada temporada en Italia tanto en el campo del Inter como en el del Lazio sufrieron cierres parciales de sus grader¨ªos por problemas de racismo. En Espa?a ya en 2007 la Ley recog¨ªa la posibilidad de clausurar recintos deportivos durante dos a?os su la infracci¨®n era grave o dos meses si era leve. Tanto las federaciones como la Comisi¨®n Antiviolencia ten¨ªan la potestad para tomar ese tipo de decisiones, pero siempre optaron por adoptar un perfil m¨¢s ben¨¦volo. La nueva normativa actualizada en 2015 tras los sucesos de Madrid R¨ªo contemplaba sanciones m¨¢s duras tanto a nivel econ¨®mico como en cuanto a clausura de gradas o estadios. Los clubs protestaron y desde enero del presente a?o se matizaron tanto los supuestos en los que se puede decidir una clausura que lo m¨¢s probable es que, con la norma en la mano, la sanci¨®n al Sporting se quede en una multa que oscilar¨¢ entre los 6.000 y los 18.000 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.