La magia de los deportistas hizo de R¨ªo los ¡°Juegos maravillosos¡±
El ¨²ltimo esplendor de Michael Phelps y Usain Bolt, las grandes estrellas ol¨ªmpicas, el penalti de Neymar y la irrupci¨®n de Simone Biles permitieron olvidar todos los problemas de organizaci¨®n
Cuando amaneci¨® el lunes, a¨²n llov¨ªa en R¨ªo. El d¨ªa era gris como todos los d¨ªas de regreso a la realidad tras una fiesta. La llama ol¨ªmpica se hab¨ªa apagado.
Mientras los cariocas volv¨ªan al trabajo en unas avenidas ya desatrancadas con el cierre del carril ol¨ªmpico los operarios comenzaban a retirar los decorados ol¨ªmpicos que hab¨ªan transformado la cara de la ciudad, y su recuerdo. El escenario se desnud¨®. Se agotaron en las televisiones brasile?as las horas interminables de cobertura ol¨ªmpica, que sembraron en la ciudad y el pa¨ªs el ambiente extraordinario en que se ha vivido agosto. Los estadios, pabellones y parques ol¨ªmpicos, tan cercanos a los habitantes de R¨ªo, pegados a sus casas, hab¨ªan estado lejos del alcance de la mayor¨ªa por el elevado precio de las entradas, fijado por el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). El estadio de atletismo, la catedral de los Juegos, apenas pareci¨® llenarse solo los grandes d¨ªas de Usain Bolt, la estrella. Hasta el boom de la colecci¨®n de copos (los vasos de pl¨¢stico duro con los anagramas de los deportes en que se vend¨ªan las cervezas) pareci¨® solo un asunto de turistas ol¨ªmpicos, deportistas y periodistas dado su elevado precio: casi cuatro euros por cerveza.
Revent¨® la llamada burbuja ol¨ªmpica y sus personajes que excepcionalmente se hab¨ªan convertido en los protagonistas de la vida cotidiana y las conversaciones: la yudoca Rafaela, el pirag¨¹ista Isaquias, el pertiguista Thiago Braz¡
Las caras sonrientes y triunfantes ser¨¢n sustituidas por balances y an¨¢lisis. Por las preguntas que siempre torturan la resaca de unos Juegos en el pa¨ªs organizador. ?Cu¨¢nto durar¨¢ el estado de euforia y esperanza que despierta en los ciudadanos el orgullo de saber que, pese a lo que pensara todo el mundo, han estado a la altura y han sabido organizarlos? ?Merecieron la pena? ?Cu¨¢nto fue el gasto? ?Cu¨¢nta la deuda? ?C¨®mo se pagar¨¢? ?C¨®mo se resentir¨¢n los servicios p¨²blicos, la sanidad, la educaci¨®n? ?Es R¨ªo una ciudad mejor que hace un a?o? Los Juegos Paral¨ªmpicos, que deben comenzar en unos d¨ªas tambi¨¦n en Rio son la primera v¨ªctima de la deuda: se podr¨¢n celebrar, pero con un presupuesto recortado.
"Los Juegos Ol¨ªmpicos son uno de los tipos de megaproyectos m¨¢s costosos y m¨¢s arriesgados financieramente que existen. Algunas ciudades lo han aprendido en sus carnes", se?ala un estudio de la Universidad de Oxford que subraya el inevitable sobrecoste que conlleva organizar unos Juegos y c¨®mo solo el COI y las grandes empresas constructoras e inmobiliarias de la ciudad organizadora sacan beneficio econ¨®mico de ellos. La nueva alcaldesa de Roma, ciudad candidata a los Juegos de 2024, como Par¨ªs, Los ?ngeles y Budapest, ya ha anunciado que ella no apoya la idea.
La samba interminable
La noche de clausura, embriagada por la samba interminable con la que tan bien se olvidan las penas y los problemas en todo el mundo, el presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) estuvo h¨¢bil e inspirado para conseguir que no declarar los de R¨ªo los mejores Juegos de la historia -la frase de enhorabuena que instaur¨® Samaranch en Barcelona 92 y que el COI, la empresa organizadora y juzgadora, solo dej¨® de utilizar en los catastr¨®ficos Juegos de Atlanta 96-no se considerara una afrenta por una ciudad de fiesta en Maracan¨¢ y por el pa¨ªs entero. Los declar¨®, genialmente, "los Juegos maravillosos de la ciudad maravillosa". Instantes despu¨¦s, el carnaval irrumpi¨® en Maracan¨¢ entonando la marcha m¨¢s conocida, Cidade maravilhosa, la samba que todo lo anestesia, delatando el origen de la inspiraci¨®n de Bach en su suite brasile?a. Simult¨¢neamente, en las pantallas gigantes del recinto m¨¢s espectacular de R¨ªo, y utilizado solo en los Juegos para las ceremonias y para que la llama iluminara el vac¨ªo, aparecieron los rostros en movimiento de los deportistas de los Juegos. Como siempre, fueron ellos con su magia los que lograron que a nadie crea exagerado que a Bach le parezcan maravillosos los Juegos que comenzaron siendo los del Zika, los atascos enormes, los problemas del transporte de los deportistas, la Villa reci¨¦n construida, el ej¨¦rcito en tanquetas en las calles vigilando los recintos ol¨ªmpicos, las aguas verdes de las piscinas, las colas ante los controles de seguridad y el viento que todo perturbaba.
R¨ªo se recordar¨¢ por ser el escenario caluroso de las ¨²ltimas haza?as ol¨ªmpicas de Michael Phelps y sus 23 medallas de oro en las piscinas y de Usain Bolt y su tres veces tres en el estadio; el escenario en el que irrumpi¨® la nueva reina, el ¨²ltimo fen¨®meno medi¨¢tico de la inagotable factor¨ªa ol¨ªmpica, la norteamericana Simone Biles, que ha revolucionado la gimnasia y se ha llevado cuatro oros en su primera aparici¨®n. Cuando en las pantallas aparecieron Bolt, el m¨¢s brasile?o de los campeones, y Neymar culminando la venganza ante Alemania, las aclamaciones del p¨²blico atronaron. Brasil es pa¨ªs de f¨²tbol, pero la que quiz¨¢s sea la foto de los Juegos, la de Neymar celebrando la victoria usando el gesto del rayo que Bolt ha hecho universal, simboliza que el esp¨ªritu ol¨ªmpico no tiene fronteras.
Al terminar la fiesta, la lluvia arreci¨® en R¨ªo.
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