?rase una vez el mercado
Si Pogba vale 120 millones, no quiera uno imaginarse cu¨¢nto valdr¨ªa Schuster con 20 a?os
Se cerr¨® el mercado de fichajes y no hubo sorpresas de ¨²ltima hora, pelotazos al filo de la medianoche, como aquel de Rivaldo en 1997, cuando abandon¨® el Deportivo rumbo a Barcelona a cambio de 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros), con Van Gaal asegurando que ¨¦l no pod¨ªa hacer un buen equipo sin un buen zurdo y Joan Gaspart, por entonces vicepresidente del Bar?a, respondiendo a la amenaza del D¨¦por de llevarse a Ronaldo: ¡°No tienen ni para pagarle una bota¡±. Precisamente Ronaldo, el brasile?o, el que convert¨ªa cada partido en una juerga, fue protagonista de otro episodio sonado, cuando en 2002 el Madrid lo compr¨® al Inter por 45 millones en el ¨²ltimo suspiro, con Jorge Valdano colgado al tel¨¦fono, tragando saliva porque no acababa de llegar el visto bueno desde Mil¨¢n. Pero eran tiempos en los que en el Madrid funcionaban los faxes y, sobre todo, los relojes, pues huelga recordar lo que sucedi¨® hace un a?o con De Gea, en aquellos tiempos de chanza y delirio a orillas de La Castellana.
Todos los sobresaltos veraniegos en cuanto a fichajes se han producido en Inglaterra. La Premier se ha gastado 1.400 millones de euros en contrataciones, a a?os luz de la Liga espa?ola, que se ha quedado en 470. Y eso gracias al Bar?a, que ha llenado su banquillo como quien llena la despensa a cambio de 123 millones. El Madrid, protagonista habitual de estos episodios agoste?os, no ha movido m¨¢s ficha que la de Morata, otro renombrado suplente. La capital del mercado financiero futbol¨ªstico ya no est¨¢ en Espa?a sino en Inglaterra, ya no en Madrid o Barcelona, por mucho que all¨ª vivan los mejores equipos europeos (dos en Madrid y uno en Barcelona) sino en Manchester. Lo explicaba en este peri¨®dico con todo lujo de detalles Juan L. Cudeiro en el art¨ªculo Los mejores est¨¢n en la Liga, el dinero en la Premier. Y ese dinero, proveniente de las televisiones, ha permitido al Manchester City dejarse 212 millones en jugadores como Bravo, Stones, Gundogan, San¨¦ o Nolito. El City es ese equipo que cuando le cay¨® al Madrid como rival en las semifinales de la ¨²ltima Champions era una filfa, un grupo de amigos, una birria de equipo, tanta suerte como tiene el Madrid, tan experto en bolas (calientes). Pero ese City le ha tocado ahora en desgracia al Bar?a, y ?ay, madre!, que de filfa nada, que estamos ante el rival m¨¢s dif¨ªcil y Guardiola no hay m¨¢s que uno.
Tambi¨¦n en Manchester vive el United, equipo que fue grande y que hoy ni siquiera disputa la Champions. Para volver a la senda del ¨¦xito se ha puesto en manos de Mourinho, ese hombre que llega a un club, gana un t¨ªtulo de prestigio (y no siempre) y se va no sin antes prender fuego al vestuario. El United ha hecho saltar la banca con el fichaje de Pogba a cambio de 120 millones. Si Pogba vale eso, uno no quiere imaginarse cu¨¢nto valdr¨ªa Schuster con 20 a?os. Pero es lo que hay en un deporte, el f¨²tbol, asolado por representantes, managers, apoderados, agentes, comisionistas, buitres, tiburones, padres, hijos y esp¨ªritus santos, hasta tal punto que nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢nto ha costado un jugador y cu¨¢nto su progenitor. V¨¦ase el caso de Neymar, cuyo precio sigue siendo un misterio, aunque en breve alg¨²n directivo del Bar?a asegurar¨¢ que lo ficharon reuniendo unas tapas de yogures. Que tomen los clubes ejemplo de Mariano Rajoy, que el otro d¨ªa en el Parlamento explic¨® con claridad c¨®mo distribuye la patria sus dineros: ¡°De cada 100 euros que se gasta el Estado, 63 se dedican a gastos sociales; 26 a pensiones; 14 a sanidad; nueve a educaci¨®n; ocho a otros gastos sociales y seis a prestaciones por desempleo¡±. Total: 126 millones. Con el m¨¦rito que le dimos a aquel de los panes y los peces.
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