Nairo Quintana se da una Vuelta en Aitana
Festival colombiano con Quintana campe¨®n y Chaves en el podio
Colombia se meti¨® en el coraz¨®n de Espa?a por la sierra de Aitana. Y en esa serran¨ªa se col¨® tambi¨¦n un jovenc¨ªsimo franc¨¦s, Pierre Latour, que no corre sino que sufre, cabecea, boquea, duele y hace doler a quien le ve. Te dan gamas de sujetarle los costillares para que no se caiga de la bicicleta. Te dan ganas de darle agua para que no se arrugue. Pero sufre que te sufre, muere y resucita como un dios humano y joven. Pero Aitana era la capital de Colombia y la capital ciclista de Espa?a. All¨ª, en el Alto donde se ubica el escuadr¨®n del Ej¨¦rcito del Aire solt¨® su ¨²ltimo aliento Nairo Quintana para llevarse la Vuelta a Colombia, para dejar de sufrir despu¨¦s de tres mil y pico kil¨®metros, y tras resistir uno dos tres... cinco, siete ataques de Froome, desesperado, quiz¨¢s incr¨¦dulo, nunca rendido.
Froome y Quintana, subiendo a Aitana un s¨¢bado por la tarde, con un p¨²blico emocionado y peligroso en ocasiones (Chevrier se fue al suelo porque un ni?o mir¨® a la c¨¢mara). Froome y Quintana, ambos como la arena y la crema en la playa, que no hay dios que las despegue. Frotaba y frotaba Froome y la arena ni se mov¨ªa. Granos de Quintana como manchas de escarlatina, que no se van, que se quedan hasta que pase el tiempo, hasta que el tiempo cambie. Y ara?ando granos llegaron ambos a la meta. Y de pronto Quintana da una palmada en los brazos y sacude la arenisca y llega limpio, solo, en un solo ataque para decirle a Froome que es el mejor (qui¨¦n sabe si vestigios del Tour, donde la crema y la arena estuvieron tan lejos, tan distantes). Ganar a lo grande quiso Quintana tras el amago de fosfatina en la contrarreloj que prefiri¨® llegar a los 1.500 metros de Aitana, solo, sin ap¨®sitos, colgado de ese rabo de nube al que cant¨® Silvio Rodr¨ªguez. Y ganar la vuelta por delante, mirando al frente, con Froome agachando la cabeza, ya dolido, no mirando el puls¨®metro, que no val¨ªa entonces para nada.
Contador, sin podio
Colombia entr¨® por la frontera de Aitana porque Chaves alcanz¨® el podio y se lo arrebat¨® a Contador, que no es poco bot¨ªn; pero sobre todo porque lo hizo a lo grande. Se marc¨® un Yates, atacando a casi 50 kilometros de la meta, sembrando el p¨¢nico. Su nube en este caso fue su compa?ero Howson, que hizo de enlace y le llev¨® lo que pudo, todo lo que pudo: solo le falt¨® caer al asfalto, roto, destrozado. Abri¨® la boca por donde en vez de aire entraba fuego y en vez de garganta quedaba el ojo de una aguja. Y entonces se march¨® Chaves en busca del podio de Madrid que estaba en Aitana, la Aitana colombiana.
Y por delante, estaba Darwin Atapuma, el colombiano con nombre de cient¨ªfico, que caz¨® a Luis Le¨®n S¨¢nchez y parec¨ªa volar entre las nubes. Pero no cont¨® con el rayo franc¨¦s, un muchacho, Latour, que hace de cada carrera un calvario, un lujo para los fot¨®grafos. Lo dej¨® atr¨¢s, pero volvi¨®, lo volvi¨® a dejar, pero retorn¨®. Y el ciclista doliente al final saco del ¨²ltimo m¨²sculo el ¨²ltimo gramo para ganar la etapa. Si el ciclismo es dolor, Latour es su profeta.
Era el d¨ªa de Colombia, pero sobre todo era el d¨ªa de Quintana, ya ganador de una Vuelta que le hab¨ªa echado el mal de ojo, despu¨¦s de un Tour en el que se acostumbr¨® a ver (y a perder de vista) el dorsal de Froome. Quintana estuvo arropado por medio equipo hasta que al final era un duelo de espadachines, mano a mano. Y eso que el Sky lo intent¨® desde el principio, intercalando ciclistas, al modo Orica, en previsi¨®n de un asalto al poder en toda regla. Pero las t¨¢cticas las planea la cabeza pero las imponen las piernas. Y las de Froome estaban m¨¢s p¨¢lidas que las de Quintana. Y la t¨¢ctica sucumbi¨® a la fortaleza. Movistar respondi¨® con todos sus peones. Y en medio el Orica hizo su trabajo y tuvo su rendimiento (el podio de Chaves). Entre todos hicieron el ciclismo que impide la siesta, el que pasa del ronquido al grito, a la exclamaci¨®n, el ¨²nico que da sentido a la Vuelta. La Vuelta de Quintana, el colombiano que tom¨® Espa?a por la frontera de Aitana.
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