Pedrosa resurge en Misano y se impone a Rossi y Lorenzo

Dani Pedrosa estaba tan perdido que volvi¨® a los conceptos b¨¢sicos. Una configuraci¨®n est¨¢ndar y a dar vueltas a la pista. No cambiar apenas la moto entre sesi¨®n y sesi¨®n. Nada de inventos, nada de cambios estramb¨®ticos. Se acabaron las pruebas. De piezas, de reglajes, de electr¨®nica. Tom¨® la decisi¨®n en Silverstone y acab¨® quinto, su mejor resultado desde que subiera al podio en Catalu?a, donde fue tercero, hace ya unos meses. En Misano, este fin de semana, sigui¨® con la misma filosof¨ªa. Y no se preocup¨® m¨¢s que de trabajar para la carrera, como un chaval que empieza en la categor¨ªa de Moto3, curr¨¢ndose el ritmo para un domingo de gloria, tratando de entender los neum¨¢ticos. Y dio en el clavo. Por fin. Solo ¨¦l ¨Cy Michele Pirro, piloto probador de Ducati (excelente, por cierto, s¨¦ptimo en carrera) se atrevi¨® con el neum¨¢tico delantero blando. Y fue el gran triunfador.

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Pedrosa, que se ha pasado m¨¢s de media temporada intentando adaptarse a los nuevos neum¨¢ticos Michelin, demasiado duros para un piloto de su peso y su estatura, adem¨¢s de a las dificultades de su Honda, una moto complicada de llevar, a veces imposible de guiar, con problemas en aceleraci¨®n y querencia por los caballitos, que empieza a tener ahora una electr¨®nica que responde a las necesidades del equipo con mayor presupuesto del Mundial, encontr¨® por fin la manera. Pese a clasificar mal. Pero no le importaba salir desde la octava posici¨®n de la parrilla, porque sab¨ªa que ten¨ªa el ritmo, que ser¨ªa capaz de rodar r¨¢pido. No necesitar¨ªa esta vez seguir la rueda de nadie como hizo una semana antes en Silverstone. Podr¨ªa rodar solo. Y perseguir a quien fuera necesario. Y lo hizo.

Sali¨® bien. Gan¨® dos posiciones. Y tras seis giros pudo finalmente adelantar a Vi?ales (que hab¨ªa escogido el duro delantero, como M¨¢rquez, que asegur¨® no tener muchas m¨¢s opciones, aunque tampoco esta goma le dio las mejores sensaciones) y a Dovizioso, que fue quien m¨¢s le cost¨®. El italiano siempre fue un gran frenador, sabe tapar bien los huecos, y cuando el de Honda se puso por delante ya llevaba mucho terreno perdido con el grupo de cabeza, casi dos segundos. Pero no importaba. Empez¨® a marcar una vuelta r¨¢pida tras otra. La primera lleg¨® tras nueve giros. Y fue rebajando sus tiempos. Tanto, que alcanz¨® a M¨¢rquez en un pisp¨¢s. Pudo mantener el l¨ªder del Mundial a duras penas el ritmo de sus rivales, pero nunca pareci¨® del todo c¨®modo en la pista ¨C¡°Me cost¨® encontrar un buen compromiso en las frenadas¡±, concedi¨®¨C . Y le adelant¨® sin muchos aspavientos, en la horquilla de la curva 14 ¨C¡°Adelantar a Dovi me hab¨ªa costado mucho, all¨ª me di cuenta de que si quer¨ªa llegar a Valentino no pod¨ªa perder m¨¢s tiempo¡±, explicar¨ªa luego el ganador de la prueba. La cuarta vez que Pedrosa marc¨® vuelta r¨¢pida, justo despu¨¦s de deshacerse de su compa?ero de equipo, a 13 giros del final, ya estaba a dos d¨¦cimas de Lorenzo, tercero.

Al de Yamaha lo adelant¨® dos vueltas m¨¢s tarde. El mallorqu¨ªn, que se postulaba como uno de los grandes favoritos para la victoria, tir¨® y tir¨® como en sus mejores jornadas en cuanto se apag¨® el sem¨¢foro. Intentaba escaparse, pero no lo logr¨®. Tambi¨¦n quer¨ªa ganar as¨ª, a lo grande, Rossi, que corr¨ªa en casa. Y le rebas¨® a su estilo, agresivo en la frenada, toque incluido, en la pen¨²ltima curva del trazado de Misano ¨C¡°Demasiado agresivo¡±, se quej¨® Lorenzo en la conferencia de prensa. Y el italiano se ri¨®. Se enzarzaron en una discusi¨®n¨C, al final de ese primer giro, para so?ar con una victoria de principio a fin.

Pero Pedrosa no les permiti¨® so?ar ni a uno, ni a otro, que, como la mayor¨ªa, hab¨ªan elegido el compuesto delantero medio. Aquel, valiente, hab¨ªa calzado el blando. Y se marc¨® cuatro vueltas r¨¢pidas que lo lanzaron al cuello de Rossi, a quien caz¨® a seis vueltas del final. Con un adelantamiento justo, en boca de Rossi ¡°del estilo M¨¢rquez, que cuando ya est¨¢s en la curva llega ¨¦l y se mete dentro¡±. A partir de entonces, el de Castellar no tuvo m¨¢s que poner toda su delicadeza al manillar. Su pilotaje fue una combinaci¨®n de agresividad y elegancia maravillosa. Y su triunfo, un desahogo. Para ¨¦l, que recupera la confianza perdida los ¨²ltimos meses. Y para su equipo, que sabe que existe un camino. Adem¨¢s de una alegr¨ªa para un campeonato competitivo como nunca que gracias al piloto de Honda contempla la octava victoria de un ganador distinto en ocho carreras consecutivas, algo in¨¦dito.

El Mundial, adem¨¢s, con las dos Yamaha en el podio y el cuarto puesto de M¨¢rquez, que est¨¢ sudando de lo lindo para llevarse este t¨ªtulo que persigue con m¨¢s cabeza que nunca, un pilotaje delicioso y el material m¨¢s justo que en a?os anteriores vuelve a apretarse, aunque sea solo un poco.