Roque Mesa : ¡°Nosotros no tenemos prisa por terminar la jugada¡±
El centrocampista de Las Palmas analiza el juego org¨¢nico del equipo insular, revelaci¨®n del campeonato y pr¨®ximo rival del Madrid
El f¨²tbol po¨¦tico de la Uni¨®n Deportiva Las Palmas no deriva, como indica el lugar com¨²n, de desahogadas coincidencias tropicales en islas felices. El juego surge de la fragua de Roque Mesa y Vicente G¨®mez, los centrocampistas industriosos que administran al equipo revelaci¨®n de la Liga. El quinto clasificado y el que m¨¢s goles mete (12) despu¨¦s del Barcelona (14) y el Madrid (13), al que recibe este s¨¢bado en el Estadio Insular.
¡°Con Vicente nos conocemos desde hace diez a?os¡±, dice Roque. ¡°Jugamos un f¨²tbol alegre. Yo lo defino como f¨²tbol asociativo. Hay bastantes paredes por el medio, se juega bastante por la zona del centro del campo, no tanto por las bandas. Intentamos llevar la pelota de un lado al otro hasta que aparezcan los huecos. No tenemos prisa por terminar la jugada sino que le damos pausa y tranquilidad. Y si para esquivar a un contrario se tiene que regatear, se regatea. Tanto en el ¨¢rea contraria como en la nuestra. Hacemos todo lo necesario para asociarnos con otros compa?eros o con el bal¨®n¡±.
A sus 27 a?os, y con breve historial de poco m¨¢s de una temporada en Primera, Roque se ha convertido en uno de los centrocampistas espa?oles mejor cotizados. Peinado a la gomina, sin tatuajes visibles, y con la camiseta bien metida por debajo de los calzones, remite a otra ¨¦poca.
¡°Lo de la camiseta por dentro me gusta porque es como iban los jugadores de antes¡±, dice. ¡°Estoy orgulloso de representar a los antiguos. Me gusta hacer las cosas bien. A veces tengo mi punto malo. Por mi car¨¢cter. Pero soy muy normal¡±.
Si un compa?ero falla el pase la culpa no es del pasador sino de los que no le ofrecieron salida
Pocos jugadores sintetizan mejor la singularidad de la Uni¨®n Deportiva. Equipo homog¨¦neo, integrado por futbolistas capaces de actuar en diferentes posiciones, intercambiables, reacios a la especializaci¨®n y proclives a agruparse para resolver problemas tocando en corto.
¡°Soy bastante polivalente¡±, reflexiona, ¡°me adapto. Y a la hora de ayudar al equipo me suelo ubicar en cualquier posici¨®n. Esto no se entrena. Es nuestra forma de ser. Quique Seti¨¦n nos intenta ubicar en el campo con una formaci¨®n que es el 4-1-3-1. Pero sobre todo en el centro del campo tenemos esa libertad quiz¨¢s de descolgarnos un poquito m¨¢s, o de movernos en funci¨®n de por d¨®nde te lleve el juego. Si hay que disparar para la porter¨ªa, se dispara, si hay que defender se defender¨¢. Por eso vemos en cualquier momento a Momo por dentro, a Tana viniendo a recibir, a Vicente llegando al gol como segunda punta¡¡±.
Los partidos de la Uni¨®n Deportiva tienen din¨¢mica propia. Hay continuas reuniones de jugadores en el mediocampo, a donde suelen arrastrar a los rivales que persiguen la pelota hasta comprimir los espacios. Parece imposible salir, pero Roque, Vicente, Momo, Viera, Tana o El Zhar casi siempre se las ingenian para encontrar una l¨ªnea de pase en pleno bosque. ¡°Es una idea muy clara del m¨ªster¡±, advierte el interior. ¡°?l siempre lo ha dicho: si un jugador que tiene la pelota no tiene soluci¨®n es porque hay otros que no la quieren¡±.
¡°Cuando uno tiene la pelota¡±, prosigue, ¡°siempre tiene que haber dos o tres soluciones de pase para que la pueda dar. El m¨ªster nos ha inculcado eso: si el compa?ero falla el pase la culpa no es del pasador sino de los que no le ofrecieron salida. Lo tenemos muy claro. Cuando un compa?ero tiene la pelota le tenemos que ofrecer una soluci¨®n, y ya el compa?ero decidir¨¢ si te la da o no. Tenemos que crear jugadas para intentar sacar la pelota jugada. Es muy importante tener la personalidad necesaria para querer la pelota¡±.
Roque repite que ¨¦l y sus compa?eros practican un ¡°f¨²tbol alegre¡±. Sin embargo, la expresi¨®n de su rostro revela una concentraci¨®n fren¨¦tica en cada episodio del partido. Es el eje de la m¨¢quina y no se le puede escapar detalle. Ni en defensa ni en ataque. ¡°El m¨ªster¡±, dice, ¡°hace hincapi¨¦ en mi posici¨®n porque soy el jugador que m¨¢s equilibrio da en el centro del campo al equipo. Tengo que proteger a los centrales y, sobre todo, salir con la pelota jugada¡±.
La sofisticaci¨®n corresponde a un f¨²tbol futurista. La f¨®rmula es tan vieja como tocar y moverse. El art¨ªfice es Roque Mesa, ufano de su toque anticuado.
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