El Madrid se queda at¨®nito
El equipo de Zidane, tras un regular primer tiempo, se muestra muy superior en el segundo acto, pero se deja dos puntos con un inesperado gol de Las Palmas
Un tiempo no siempre basta. De nuevo, el Madrid pas¨® de puntillas por un primer periodo. Reaccion¨® con mucho garbo tras el descanso, pero un inesperado traspi¨¦ le mand¨® al garete. Eso es lo que supone descontar otros dos puntos por segunda ocasi¨®n en una semana. Las Palmas, un meritorio equipo de autor, le mantuvo el pulso esgrimista durante 45 minutos, aguant¨® como pudo tras el intervalo y se encontr¨® con el gordo con un rebote final, cuando ya no sent¨ªa la mand¨ªbula ante un Madrid muy superior.
Un equipo estilista frente a un noqueador. Por ese cauce se propuso cada cual que discurriera el choque. Los de Quique Seti¨¦n, aquel futbolista tan contracultural que tocaba el viol¨ªn en el fango del Sardinero o Las Gaunas, no cambiaron de equipaje y asumieron los riesgos que acostumbran. Desde la cueva, la pelota de pie en pie, pese a que el portero Varas no sea un experto con las botas y falten los centrales m¨¢s asiduos. Al conjunto canario le cost¨® m¨¢s de espanto, pero no se dobleg¨® que el Madrid le achuch¨® de lo lindo.
Indefinido desde que arranc¨® el curso, el Madrid fue un poco de todo. M¨¢s que por un alegato a la versatilidad, por su falta de un plan concreto. Ni siquiera se observ¨® de entrada un programa para torpedear a Roque Mesa, cord¨®n umbilical de los amarillos. Hasta las sucesivas descargas del segundo tiempo, los madridistas mostraron todo tipo de flujos, lo mismo se animaban con la presi¨®n alta que reculaban para acelerar. De repente exploraban las bandas como se atornillaban por el embudo central. En tierra canaria, lo ¨²nico evidente fue el dos por uno en el eje del campo: sin Casemiro, Kroos y Modric muy juntos para sumar un Casemiro. Como resultado, el sistema se aproxim¨® a un 4-2-3-1, aunque desde los dos medios centros hacia delante nadie ocup¨® una posici¨®n muy fija. CR, quiz¨¢, m¨¢s ariete que otra cosa. Mientras recupera el forro f¨ªsico, en estos d¨ªas de cierto extrav¨ªo, durante el primer acto, el portugu¨¦s tuvo dedicaci¨®n exclusiva para el gol, no para el juego. Llegado el segundo periodo, Ronaldo ya tuvo mayor carrete hasta su relevo en el minuto 70, cuando se fue airado al banquillo.
Cinco cambios y nuevo esquema
Cinco cambios hizo Zidane en el campo de Las Palmas con respecto al partido del mi¨¦rcoles contra el Villarreal. Carvajal por Danilo, Nacho por el lesionado Marcelo, Asensio por James, Modric por Kovacic y Morata por Benzema. Cambi¨® tambi¨¦n el esquema el t¨¦cnico franc¨¦s. En lugar del habitual 4-3-3, el Madrid jug¨® con un 4-2-1-3. Modric y Kroos formaron un doble pivote mientras que Asensio se coloc¨® en la mediapunta por detr¨¢s de Bale, Morata y Cristiano. Hubo ratos incluso en los que Asensio adelant¨® tanto su posici¨®n que el Madrid jug¨® con un 4-2-4.
Sin hilo para el f¨²tbol, el Madrid solo lograba emerger si penalizaba un traspi¨¦ visitante en la salida del juego. Con la pelota en el escal¨®n de los zagueros, Las Palmas tirita, precisa con urgencia salvar esa estaci¨®n para enlazar con Roque Mesa y su coro: Viera, Tana, y Vicente G¨®mez, todos futbolistas de suela fina. En armon¨ªa, los cuatro son capaces de anestesiar los partidos, juegan con una pulcritud extraordinaria, jam¨¢s se permiten una groser¨ªa con el bal¨®n. Hasta que el Madrid toc¨® la corneta tras el descanso, los centrocampistas canarios gobernaron bastante el juego.
El Madrid encontraba sus mejores vetas por las orillas, la v¨ªa de carga de Carvajal. Incluso, la de Nacho, relevo de Marcelo. En un quite visitante, el improvisado lateral madrile?o se lanz¨® a la aventura y su disparo lo rechaz¨® Varas. Asensio, quien m¨¢s fe le puso a la incursi¨®n de Nacho, aprovech¨® el desv¨ªo del portero y dej¨® la pelota en la red. Con los de Zidane sin mucho cuerpo, no tard¨® en empatar Las Palmas. Como tantos y tantos de su graduaci¨®n, no es un equipo de pu?o duro. Pero el Madrid consinti¨® que se las apa?ara con un centro de Momo. El bal¨®n cay¨® a pies de Tana, que tuvo un mundo para echar un vistazo a la porter¨ªa y ejecutar.
Tras el intermedio, irrumpi¨® otro Madrid, poderoso, con m¨¢s af¨¢n, con otro espinazo. Ya no fue el Madrid ordinario del primer trance, sino un equipo agudo, profundo y vivaz. Por momentos, apabull¨® al contrario. Con Kroos y Modric de remangue, todos jugaron con otra marcha. Las Palmas no tuvo m¨¢s remedio que atrincherarse, un perjuicio para su estupendo pelot¨®n de centrocampistas. Todos se apagaron, con el equipo a muchas cuadras de Casilla, anudado por el Real. El gol madridista era cuesti¨®n de tiempo. Zidane activ¨® todas las bater¨ªas y, con CR, Bale, Morata y Benzema se pas¨® a un 4-2-4. El partido dio un vuelco total y el gol cay¨® como se presagiaba. Una entrada de Cristiano por la izquierda, la sell¨® Benzema tras otro despeje de Varas. Entonces, el t¨¦cnico franc¨¦s poco a poco quiso clausurar la jornada y retir¨® a CR y Morata. Frente a un rival que no hab¨ªa dejado migas ofensivas en todo el segundo tramo, al Madrid le quedaba el control. Pero el f¨²tbol tiene gui?os incre¨ªbles. Hay d¨ªas que gira la ruleta. En Canarias, cuando nadie lo esperaba, Las Palmas cant¨® bingo con un atropellado tanto de Ara¨²jo. El Madrid se qued¨® boquiabierto.
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