Bonhof: ¡°El f¨²tbol te deja risas¡±
Vicepresidente del Borussia de M?nchengladbag, exjugador del Valencia en los a?os 70 del siglo pasado y campe¨®n del mundo en 1974.
Rainer Bonhof no se reconoce como una leyenda, pero seguramente tiene derecho a ello; lo gan¨® todo menos la Copa de Europa. Espera al Bar?a como vicepresidente del Borussia Moenchengladbach, donde jug¨® en la d¨¦cada de los 70. Tambi¨¦n lo hizo en el Valencia. Vuelve cada a?o al Saler por su cumplea?os a comer una paella con su amigos, entre ellos Juan Cruz Sol.
Pregunta. Naci¨® holand¨¦s y gan¨® el Mundial de 1974 con Alemania. ?Me lo explica?
Respuesta. Tuve nacionalidad holandesa hasta que era juvenil. Viv¨ªa en Alemania y con 17 a?os fui a Holanda con una selecci¨®n regional a jugar un torneo y tuvimos que pedirle permiso al seleccionador holand¨¦s para jugar con Alemania. Jugu¨¦ contra Holanda, en Holanda, con Alemania y con pasaporte holand¨¦s. Despu¨¦s de aquel partido regularic¨¦ la situaci¨®n y cuatro ¨® cinco a?os despu¨¦s gan¨¦ la final del 74 a Holanda.Pero siempre viv¨ª en Alemania.
P. Dio el pase del gol a Gerd M¨¹ller en la final de 1974, que supuso el 2-1. ?No se lo recriminaron?
R. No, nunca. Era alem¨¢n, viv¨ª siempre cerca de la frontera, pero en Alemania. Recuerdo que el d¨ªa de mi partido de homenaje, invit¨¦ a Juan [Cruyff] y me dijo. ¡°Ten¨ªas que haber jugado con nosotros¡±. Y le dije: ¡°Ten¨ªais a Neeskens; ellos necesitaban un Bonhof¡±.
Hasta cuatro a?os de la final del Mundial 74 tuve pasaporte holand¨¦s"
P. ?C¨®mo jugaba usted?
R. Le pegaba duro. Era un jugador de fuerza, r¨¢pido, tocaba bien la pelota, le pegaba fuerte en los tiros libres¡ Y siempre quer¨ªa ganar, ganar y ganar.
P. Sigue hablando un castellano excelente. ?Y eso?
R. Me cost¨® mucho aprenderlo y decid¨ª no perderlo; me esforc¨¦. Me ense?¨® Manolo, un valenciano muy simp¨¢tico. Lo pas¨¢bamos muy bien. No s¨¦ si vive. Un loco, siempre ten¨ªa una risa. Desde 1979, veraneo en Marbella. Y habl¨¦ mucho por tel¨¦fono con mis amigos, como Pepe, el delegado del Valencia, o con Juan Sol; somos como hermanos.
P. ?C¨®mo era su Valencia, la ciudad en la que vivi¨® y aquel equipo en el que jug¨®?
P. Diferente, la ciudad por supuesto y el club La ciudad ha cambiado mucho; todav¨ªa estaba un poco sucia en aquella ¨¦poca. Todo es diferente. Ramos Costa, el presidente, era un fen¨®meno. Ganamos la Copa y la Recopa. Pude ir al Valencia en 1976, antes del Europeo, pero quise seguir dos a?os m¨¢s en el Borussia porque con 24 a?os no estaba preparado para ir al extranjero. Le dije al presidente y a Salvador Gom¨¢ que me fichar¨ªan en dos a?os. Vino el Atl¨¦tico , pero yo me arregl¨¦ con el Valencia porque ya estaba enamorado de su gente, que es abierta y le va la fiesta.
P. ?Usted corr¨ªa por Solsona, por Kempes o por todos?
R. Por Solsona y por todos. Pero era un buen equipo. Ten¨ªamos a Arias, Castellanos, Felman, y a Kempes, claro, que era un fen¨®meno. Cuando llegu¨¦, ¨¦l estaba un poco crecido, como campe¨®n del mundo que era, pero ten¨ªa una capacidad para jugar a f¨²tbol que solo pod¨ªa compararse a Cruyff. Me gustaba mucho Vel¨¢zquez del Madrid. Pero Mario ten¨ªa la nariz para el gol.
P. De la Recopa contra el Arsenal se recuerda su penalty, por el lanzamiento, pero el partido fue malo ?no?
R. Me lo recuerdan mucho, s¨ª, pero lo tir¨¦ a mi estilo, como siempre. Era el quinto, creo. La tanda la decidi¨® el sexto, porque Kempes fall¨® el primero. Al final decidi¨® Arias un partido aburrido, con pocas ocasiones. Yo tir¨¦ al palo, y poco m¨¢s. El Arsenal perdi¨® la Copa y la Liga en una semana, y aquella final era su ¨²ltima ocasi¨®n para ganar algo. Estaban muy nerviosos; Brady no estaba bien, y lo not¨¦.
P. ?Los ingleses le caen especialmente mal?
R. ?Lo dice por Ray Clemence? Pobre. Jugu¨¦ mucho contra ellos antes de fichar por el Valencia. A Clemence le met¨ª dos goles que se recuerdan: uno de un tiro de treinta y cinco metros con una potencia imparable. Trat¨® de sacarla y la bola iba como un cohete; se meti¨® dentro de la porter¨ªa con ella. Y una semana despu¨¦s con la selecci¨®n y casi en la misma posici¨®n, en el ¨²ltimo minuto, puso la barrera a la izquierda, esperaba un tiro fuerte y yo vi hueco y la coloqu¨¦. ?l pensaba que har¨ªa el mismo tiro y la puse al otro lado y colocada. Se frustr¨®, golpe¨® el suelo desesperado; la imagen dio que hablar.
P. Jug¨® con el Colonia en el Camp Nou y se li¨® gorda aquella noche, ?lo recuerda?
R. No acab¨® muy bien aquel partido, no. Yo recuerdo la charla de Michels, nuestro entrenador. Nos dijo: ¡°Se?ores, hoy a la guerra¡±. Ven¨ªamos de empatar en la ida, ellos jugaban en casa y jugaron bien, pero les ganamos 4-0 y la afici¨®n se volvi¨® loca.
P. En Espa?a ?su partido m¨¢s dif¨ªcil fue contra Stielike en un Madrid-Valencia?
R. S¨ª, porque no tocamos la pelota. A ¨¦l, Miljanic le mand¨® a que me marcara y a mi Pasieguito me dijo: "Elimina a Stielike¡±. Total, que nos pasamos 90 minutos hablando de nuestras cosas, arriba y abajo, sin tocar la pelota.
P. Trabaj¨® con Di St¨¦fano, Michels, Weisweiler¡ ?c¨®mo eran?
R. Distintos. Di Stefano era un fen¨®meno. Su manera de hablar era la de un buen t¨ªo o la de un hijo de puta, dependiendo del momento, pero era un ganador; impregnaba la necesidad de ganar. Era divertido y entend¨ªa al jugador. Un d¨ªa, en el campo del Rangers, despu¨¦s de empatar a uno en casa, hab¨ªa un viento huracanado incre¨ªble. Nos pitaron un tiro libre cinco metros dentro de su campo. Mand¨¦ a los centrales Tendillo y Botubot y a todos los altos a rematar¡ Pero le pegu¨¦ a porter¨ªa y Alfredo se levant¨® diciendo: ¡°?Pero qu¨¦ hace este hijo de puta alem¨¢n?" Y la met¨ª por la escuadra. Le pegaba fuerte y con el viento que hac¨ªa se col¨® como un cohete. Se levant¨® y se dio con la cabeza en el techo del banquillo; me lo cont¨® el Negro Jim¨¦nez en el vestuario. Camino del avi¨®n le ped¨ª una tirita a Paco Reig, el masajista y le dije a Alfredo: ¡°Mister, igual necesita esto¡±. Y se re¨ªa. Era muy grande.
P. ?Eso le dej¨® el f¨²tbol, risas?
R. Eso, por esos recuerdos vives el f¨²tbol, por las risas. Es lo mejor que te deja, las risas y los recuerdos. Vives para ganar, para triunfar y el camino es largo, pero las risas es lo que te queda. Ganas muchos partidos y t¨ªtulos pero te quedan los amigos, las paellas en El Saler.
P. ?Con Michels se re¨ªa tanto o mister Marmol era otra cosa?
R. Michels era serio trabajando, t¨¢cticamente muy bueno, y a todos nos trataba igual, pero era muy buena persona. Con ch¨¢ndal era un general, pero en la calle era otra cosa, un amigo; era divertido. Weisweiler era un loco de f¨²tbol, muy cercano. Sac¨® de cada uno de nosotros lo mejor. Sab¨ªa todo de cada jugador, de la familia, lo que hac¨ªas, como viv¨ªas. Son tres personajes diferente, pero modernos para la ¨¦poca.
P. ?Que tiene el Borussia que aguarda al Bar?a?
R. Tenemos un buen equipo. Cada uno es capaz de luchar por la victoria. Poder, podemos ganar, pero necesitamos un d¨ªa muy bueno y ellos un mal d¨ªa. Entonces, podemos.
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