Gol de pizarra, abrazo a Unzue

¡°?Cu¨¢nto tiempo dura un saque de esquina?¡±, pregunt¨® un d¨ªa Johan Cruyff. ¡°?Un segundo?¡±, se respondi¨® a s¨ª mismo. ¡°Pues no vamos a perder una ma?ana de trabajo en eso¡±, razon¨® para desarmar a quien le invitaba a trabajar la estrategia. Le bastaba con Koeman para aprovechar las faltas pr¨®ximas al ¨¢rea rival, as¨ª gan¨® la primera Copa de Europa. Pero todo cambia y en esas, lleg¨® un d¨ªa que el vestuario mir¨® a la pizarra. Y tuvo mucho que ver Juan Carlos Unzue, primero con Rijkaard, y ahora con Luis Enrique.

¡°La pizarra de Juan Carlos [Unzue] ha funcionado a las mil maravillas¡±, dijo Luis Enrique, tras la victoria en la Champions, el mi¨¦rcoles pasado en el campo del Borussia Moenchengladbach. Neymar ten¨ªa la misi¨®n de buscar a Luis Su¨¢rez con un centro al ¨¢rea ejecutado con potencia, pero sin altura. As¨ª lo hizo, el problema fue que el remate del charr¨²a no cogi¨® porter¨ªa, pero all¨ª estaba Piqu¨¦ que record¨® las palabras de Unzue y fue al rebote porque sab¨ªa que Sommer, el portero, no era fiable en el agarre. Y lleg¨® la s¨¦ptima diana del Barcelona a bal¨®n parado este curso.

Luis Enrique elogi¨® el trabajo de Unzue en el campo y el abrazo tras el gol lo demuestra, pero en el vestuario el navarro y los jugadores bromeaban con Piqu¨¦ conscientes de que el gol lleg¨® de churro. El caso es que en origen la idea fue de Unzue, que se las busca todas y, en lo que va de temporada, un 21% de los goles del cuadro azulgrana han llegado gracias a su ingenio. Con Luis Enrique en el banquillo, el Barcelona firm¨® 22 goles a bal¨®n parado en Liga en la temporada 2014-2015; 28, el curso pasado; y esta campa?a llevan marcados cuatro. N¨²meros muy lejanos a los logrados en la temporada 2013-2014, con el Tata Martino (10 goles) o a los 13 de la temporada 2012-13, con Tito Vilanova al mando.

Manual condicionado

Con Luis Enrique practican el d¨ªa previo a cada encuentro y disponen de un manual siempre condicionado al rival y a la falta de cent¨ªmetros. ¡°Nosotros conocemos perfectamente nuestras capacidades f¨ªsicas, por eso basamos nuestras jugadas a bal¨®n parado m¨¢s en las debilidades de nuestros rivales que en nuestras fortalezas, que son pocas¡±, explican desde el cuerpo t¨¦cnico, donde se celebran m¨¢s los partidos en lo que no encajan goles a bal¨®n parado, que cuando los marcan, convencidos de que siempre es mejor evitar da?os que causarlos en ese tipo de jugadas.

En el camerino de los entrenadores se contemplan dos factores clave: la aptitud y la actitud de los muchachos. ¡°Sabemos que no contamos con jugadores altos. En cambio, la actitud no se negocia. Y de lo que m¨¢s orgullosos estamos es de eso, de c¨®mo se implican¡±, razonan mientras miran a Unzue, que se esconde, porque que de vuelta de Gladbach, en el avi¨®n, los empleados m¨¢s veteranos bromeaban: ¡°Si el bueno era Ten Cate, y Guardiola un pat¨¢n, pues el que sab¨ªa era Tito, ahora el bueno ser¨¢ Unzue, ?no?¡±, dejaban caer.

Pero Unzue, discreto como nadie, rehuye el elogio por mucho que Luis Enrique, cada vez que puede, se encarga de destacar la tarea de su mano derecha en el vestuario y hasta incluso le cede espacio en la zona t¨¦cnica cada vez que hay una jugada a bal¨®n parado.