La talla de Marcelo D¨ªaz
El tercer jugador con menor estatura de la liga le imprime un poso pelotero a un Celta que ahora se rearma tambi¨¦n con solidez y sacrificio
En una de las rutas hacia poniente con la gran cordillera andina de fondo y justo donde acaba la continuidad en las edificaciones de Santiago, la capital chilena, se levanta la Colonia de Padre Hurtado, patr¨®n de los trabajadores y los despose¨ªdos, un buen lugar para so?ar y al tiempo entender el valor del esfuerzo para llegar a esos anhelos. A la experiencia vital de quien naci¨® y creci¨® all¨ª se remite Marcelo D¨ªaz Rojas (1986), centrocampista del Celta con una idea de vida que privilegia el esfuerzo. Una conversaci¨®n con ¨¦l remite a esa v¨ªa: ¡°Disfruto del trabajo, del entrenamiento, de salir al campo a correr y a presionar. Quise ser futbolista, me esforc¨¦, fui disciplinado y vi como otros que eran mejores se quedaron en el camino¡±. Tampoco lo tuvo f¨¢cil.
Dos veces campe¨®n de Am¨¦rica, valorado como uno de los mejores mediocentros del continente, estamos ante uno de esos tipos que engrasan equipos de f¨²tbol, dan el primer pase y hacen el ¨²ltimo corte, de los que se guarda ausencia cuando faltan. Y suele ocurrir porque a D¨ªaz le persiguen las lesiones musculares. La ¨²ltima le acaba de tener casi un mes fuera del equipo. ¡°Ahora tengo el ¨¢nimo a tope porque aprovech¨¦ la inactividad para ponerme fuerte y creo que no perd¨ª ritmo. Quiero lograr una buena base f¨ªsica y darle valor a los cuidados, a la nutrici¨®n, a mejorar el descanso, a ese sinf¨ªn de cosas que pueden evitar las lesiones¡±, explica.
¡°Tantos problemas musculares son un c¨ªrculo vicioso y no le permiten una continuidad para fortalecerse¡±, observa el t¨¦cnico Toto Berizzo, la persona que tuvo m¨¢s clara la opci¨®n de incorporarlo al Celta cuando en enero Augusto Fern¨¢ndez sali¨® hacia el Atl¨¦tico. D¨ªaz le daba incluso m¨¢s opciones en la circulaci¨®n de la pelota que el futbolista argentino. Y lleg¨® al Celta pese a que en aquel momento se recuperaba de otra dolencia muscular. Superarlas igual es un nuevo reto en el camino para alguien que jam¨¢s traz¨® una l¨ªnea di¨¢fana hacia el reconocimiento de los dem¨¢s por m¨¢s que con apenas quince a?os comenzara a cumplir sue?os. ¡°Jugu¨¦ en Universidad de Chile, el equipo de mi coraz¨®n, donde mi pap¨¢ me llevaba de ni?o al estadio. Estar all¨ª, salir campe¨®n, hacer historia para el club, eso no se me va a olvidar jam¨¢s¡±, explica.
Su f¨ªsico siempre le puso bajo sospecha porque chaparro como es no entr¨® por el ojo de todos los entrenadores para que lo alineasen en el puesto que m¨¢s obedece a su condici¨®n con la pelota. ¡°Genera mucho juego, da mucho pase de salida y a veces del inicio tambi¨¦n depende el final del juego¡±, reflexiona Berizzo. Pero hubo quien pens¨® que con metro sesenta y cinco de estatura no se puede morar en el centro de la batalla sino en los flancos. D¨ªaz, que hoy es el tercer jugador m¨¢s bajo de la liga espa?ola y apenas supera a Piatti y Bakkali, acab¨® en el lateral derecho. Es una sensaci¨®n vecina? a la del infantil a¨²n por desarrollar que debe dejar su sitio a aquellos que obtienen m¨¢s valor por la talla f¨ªsica que por la futbol¨ªstica. Le ocurri¨® en Alemania durante su periplo en el Hamburgo, un a?o y medio en el que jug¨® apenas veinte partidos y leg¨® un gol eterno que salv¨® al equipo, el ¨²nico germano que siempre ha jugado en la m¨¢xima categor¨ªa, de su primer descenso cuando mor¨ªa un partido de play-off en Karlsruhe. ¡°Era el jugador m¨¢s liviano del campeonato ¨Cdetalla- y era complicado entrar en el once porque los entrenadores prefer¨ªan a alguien con m¨¢s envergadura¡±. Pero tambi¨¦n le pas¨® en Chile, en su amada U, cuando una cesi¨®n a La Serena le rescat¨® del lateral y del banquillo para volver a darle la manija del juego.
Aquella providencial salida ocurri¨® en agosto de 2010, justo cuando Chile festejaba su regreso a los focos y la actuaci¨®n de la selecci¨®n dirigida por Marcelo Bielsa en el Mundial. La Serena es un oasis, una ciudad hist¨®rica y balnearia, un buen sitio para recuperarse de un mal trago. D¨ªaz nunca se hab¨ªa sentido titular en Universidad de Chile, pero con la llegada de Gerardo Pelusso al banquillo perdi¨® pie en el equipo e incluso valor¨® regresar a Padre Hurtado y buscarse la vida por otros derroteros. En La Serena le aguardaba V¨ªctor Hugo Casta?eda, que ya le hab¨ªa entrenado de cadete. ¡°Aqu¨ª nunca jugar¨¢s de lateral¡±, le anticip¨®. Un a?o despu¨¦s ya para todos era de nuevo mediocentro, vest¨ªa la roja de la selecci¨®n, estaba de vuelta a Santiago y conoci¨® a Jorge Sampaoli.
¡°Un revolucionario¡±, zanja D¨ªaz cuando le preguntan por el t¨¦cnico del Sevilla, que aterriz¨® en la U cuando ¨¦l estaba de nuevo en otro mal inter¨ªn, enfilado a una salida, seguramente la definitiva. Sampaoli, que lleg¨® a alinearle en el centro de una zaga de tres en la final que le dio el primer t¨ªtulo a Chile, le dio vuelo a la idea de que el futbolista que evolucionase por delante de la zaga deb¨ªa tener un perfil m¨¢s creativo que destructivo. Y result¨® que el probo y aparcado lateral derecho era el mejor armador de juego del pa¨ªs, la sensaci¨®n en un equipo tres veces campe¨®n que alz¨® la Copa Sudam¨¦ricana y lleg¨® a las puertas de la final de la Libertadores. ¡°Y siempre hab¨ªa querido jugar en Europa¡±, confiesa D¨ªaz, que recal¨® en Basilea y no se ape¨® del ¨¦xito, m¨¢s ligas, semifinalista tambi¨¦n en la Europa League. ¡°En Suiza vivimos mi familia y yo hasta demasiado bien¡±, explica antes de poner en valor a un club por muchos desconocido, pero ¡°muy grande, bien dirigenciado, con gran estadio y afici¨®n, que podr¨ªa crecer a¨²n m¨¢s si jugase la Bundesliga¡±.
Vigo ¨C¡°?que bien se come aqu¨ª!¡±, hace constar¨C es su ¨²ltima parada. Se siente c¨®modo con el hilo que une a Berizzo, a Bielsa en definitiva, con Sampaoli. ¡°El Toto tiene mucha experiencia como jugador, fue defensa y si tiene que poner a cuatro atr¨¢s lo hace, pero sin muy parecidos en todo¡±. Y tambi¨¦n la agrada el mensaje de mesura que transmite el club, por m¨¢s que ahora el futuro se ti?a de incertidumbre en los despachos. ¡°Asentarte entre los grandes es un proceso y estamos montando una base. Hay altibajos, pero es m¨¢s f¨¢cil corregirse en el f¨²tbol si tienes un muy buen entrenador y compa?eros como los que tengo. Justo en este momento estamos siendo m¨¢s s¨®lidos y sacrificados que meses atr¨¢s en los que a veces jug¨¢bamos increiblemente bien y acab¨¢bamos perdiendo¡±. Con todo, el Celta recibe al Barcelona y ante los mejores Marcelo D¨ªaz siempre pide la pelota. ¡°Es en lo que creo¡±, advierte.
El desaf¨ªo de la selecci¨®n
Chile asume la gesti¨®n del triunfo. La Roja alz¨® dos t¨ªtulos en los dos ¨²ltimos veranos y el camino hacia el Mundial se presupone complicado. ¡°H¨¢game caso porque soy sudam¨¦ricano: Brasil y Argentina no fallar¨¢n y estar¨¢n en Rusia¡±, le espeta Marcelo D¨ªaz al periodista cuando le sugiera una leve duda sobre el futuro en las Eliminatorias de los dos grandes del continente. ¡°Con Messi o Neyar sabes que vas a funcionar en los momentos clave y ah¨ª los dem¨¢s tendremos que pelear una clasificaci¨®n muy complicada.
D¨ªaz, superada su ¨²ltima lesi¨®n, regresa a la selecci¨®n para los partidos contra Ecuador en Guayaquil, el d¨ªa 6, y contra Per¨² en Santiago, el 11. Siempre con gusto, jam¨¢s con presi¨®n. ¡°No la siento porque me amparo en el trabajo y en una mentalidad ganadora. Cuando ganamos como anfitriones la Copa de 2015 sab¨ªamos que el objetivo era ser campe¨®n, pero nos centramos en disfrutar de lo que nos gusta, de correr, presionar, atacar. Sampaoli sab¨ªa lo que quer¨ªa y dispon¨ªa de un plantel para desarrollar una idea que muchos ya conoc¨ªamos de estar con ¨¦l en Universidad de Chile o de los que trabajaron con Bielsa en una direcci¨®n parecida. Y el pasado verano fue similar¡±.
Ocurri¨® que en la ¨²ltima Copa Am¨¦rica, Marcelo D¨ªaz se fue expulsado en la final antes de la media hora de juego. Chile le gan¨® a Argentina en los penaltis, pero el jugador del Celta a¨²n le da vueltas a aquella situaci¨®n. ¡°La segunda tarjeta amarilla no lo era, pero ganar fue un alivio porque si perdemos me hubiera ca¨ªdo todo el peso de la derrota¡±. Le cay¨® a Messi. ¡°Una injusticia. Es el mejor y se merece algo m¨¢s con su selecci¨®n¡±.
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