Cibulkova da el golpe en Singapur
La eslovaca, derrotada en los dos primeros partidos y a punto de ser eliminada de no ser por Kerber, vence a la alemana en la final del Masters (6-3 y 6-4, en 1h 16m) y logra su primer gran t¨ªtulo
Pues, as¨ª es, sorpres¨®n. Porque, ?qui¨¦n hubiera apostado de inicio que Dominika Cibulkova, jugadora que hasta hoy no ten¨ªa un solo gran trofeo en su palmar¨¦s y debutante en un Masters, derrotada en los dos primeros partidos, iba a proclamarse campeona en Singapur? ?Y qui¨¦n hubiese pensado que en la final iba a poder batir a la n¨²mero uno, Angelique Kerber, la misma que evit¨® que eliminasen a la eslovaca en la fase de grupos con un triunfo por dos sets en la jornada final, contra Madison Keys, cuando aparentemente ni le iba ni le ven¨ªa? Pocos, muy pocos, as¨ª que cuando la nueva maestra se impuso (6-3 y 6-4, en 1h 16m) unos cuantos, desde luego todos aquellos que presenciaron en directo la escena en el Singapore Indoor Stadium, se echaron las manos a la cabeza.
La peque?a Cibulkova, que tuvo que pelear hasta ¨²ltimo instante su clasificaci¨®n para el torneo y tuvo pie y medio fuera del Masters, de no ser por esa mano que le ech¨® Kerber a ¨²ltima hora, es la que se llev¨® la gloria final. La recibi¨® de manos de M¨®nica Seles, campeona de nueve grandes, y se envolvi¨® acto seguido con una bandera de su pa¨ªs, ahora en el mapa ten¨ªstico gracias a ella, incansable correcaminos, la jugadora que si hubiese tenido que jugar durante dos, tres o cuatro horas m¨¢s, cinco, seis o siete d¨ªas extras de torneo, seguramente no hubiese puesto ning¨²n problema, porque a piernas y confianza en estos momentos no la gana nadie.
No desde luego Kerber, que este domingo perdi¨® porque Cibulkova (27 a?os) tuvo m¨¢s hambre y jug¨® a lo grande, y porque ella fue menos Kerber que nunca. La alemana, el arquetipo de la fiabilidad, no fue nada fiable. Desde el principio, desde que se puso la primera bola en juego, dio la sensaci¨®n de que la de Bremen golpeaba una esfera de plomo, m¨¢s que una pelota. Le pesaba un mundo y sus tiros se iban una y otra vez a la red, especialmente con el rev¨¦s. Es como si a la hero¨ªna de turno se le hubiesen ido de repente los s¨²per poderes, porque obviamente Kerber pod¨ªa perder, pero no con la impotencia que demostr¨® durante la mayor parte del pulso, todo el rato a la defensiva.
Solo al final, cuando la eslovaca err¨® al convertir sus primeras tres opciones para cerrar su triunfo ¨Cuna doble falta, una derecha larga y un smash demasiado ajustado¨C y a ella le estimul¨® un poco la reacci¨®n del p¨²blico, con ganas de m¨¢s fiesta, tuvo alguna esperanza. Fue ef¨ªmera, pasajera, porque Cibulkova super¨® el v¨¦rtigo y remat¨® su mejor obra con una efectividad final del 83% con primeros servicios y 28 golpes ganadores, solo 14 errores no forzados. Mientras, Kerber se desdibuj¨® por completo. La reina actual de la WTA se march¨® con una pobre estad¨ªstica que reflej¨® un 39% de bolas ganadas con segundos saques, 23 fallos y seis dobles faltas. Cifras absolutamente inusuales en ella.
Pod¨ªa la alemana haberse ido de vacaciones con otro premio, con el lazo perfecto a la temporada de su vida, en la que ha desbancado a Serena Williams y ha celebrado dos Grand Slams, Australia y Nueva York. Pero esta vez no fue ella misma, sino una tenista completamente ofuscada, y Cibulkova, la pen¨²ltima en lograr el pasaporte para el Masters, fue m¨¢s Cibulkova que nunca. Velocidad, empuje constante. No dio tregua la eslovaca, que de sus ocho t¨ªtulos cuatro los ha obtenido esta campa?a. Fue ella, Cibulkova, la m¨¢s bajita (1,61) y aquella con la que casi nadie contaba, ya n¨²mero cinco, la que pos¨® sonriente en el fotograma final del circuito femenino en este 2016. La que dio el golpe.
La m¨¢s peque?a se hizo grande, gigante en Singapur.
¡°De ni?a, me subestimaban porque era peque?a¡±
Por instantes, ayer pareci¨® que Kerber no estaba en la pista. Le preguntaron por ello en la rueda de prensa, antes de que Cibulkova exhibiera orgullosa su trofeo ante los periodistas, y la alemana atribuy¨® su mal d¨ªa al formidable despligue de su rival, por encima de todo. "Hoy lo he dado todo", dijo. "Pero ella lo ha hecho muy bien. Por supuesto que estaba un poco m¨¢s cansada, porque es el ¨²ltimo partido del a?o y no estaba igual de fresca que en el primero, pero lo intent¨¦ todo", explic¨® la de Bremen, que en este 2016 ha disputado la friolera de 81 partidos.
Tras ella intervino la campeona. "?C¨®mo lo vas a celebrar?", le plantearon. "Voy a irme a Las Maldivas. Quiero disfrutar y descansar", expres¨® la ganadora, una de las jugadoras m¨¢s menudas de todo el circuito. "Es algo con lo que convivo desde que era ni?a. Me dec¨ªan que era demasiado peque?a para jugar al tenis, me subestimaban, as¨ª que cuando empec¨¦ a jugar bien ya no me preocup¨® lo que pudieran decir de m¨ª. Siempre fui valiente a pesar de mi estatura. Realmente siempre quise jugar al tenis. Ojal¨¢ esto pueda servir de inspiraci¨®n para otras deportistas. Se pueden ganar grandes cosas sin ser alta", defendi¨®.
Kerber le hab¨ªa vencido en los ¨²ltimos cuatro partidos sobre pista dura, pero este domingo la historia cambi¨®. "Ella tiene el mejor juego defensivo del mundo, pero yo sab¨ªa que tengo mis armas para ganarle, mi derecha y mi servicio; de hecho, hoy saqu¨¦ verdaderamente bien", indic¨® la de Bratislava, quien ya solo piensa en sol, arena y agua: "?Si ver¨¦ tenis por la tele? No, no, no. Por supuesto que no".
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