El Madrid gana al Legan¨¦s con m¨¢s goles que juego
Los de Zidane despachan a un esforzado rival con dos tantos de rebote de Bale y otro de Morata
Le cost¨® madrugar al Madrid, que se tom¨® una siesta matinal hasta que irrumpi¨® Bale, con hora brit¨¢nica, para despachar a los reclutas del Legan¨¦s en dos jugadas con rebote. Dos remates a puerta en todo un acto y dos tantos del gal¨¦s. As¨ª de puntual puede ser este Madrid, al que en muchas jornadas le caen goles de la nada. Es lo que tiene disponer de gente como Bale o Cristiano, que tuvo una ma?ana crispada, guerrillero con los suyos, los adversarios, los ¨¢rbitros y todo lo que se meneara a su alrededor. Se?al de la pesadumbre del portugu¨¦s, acorde con un partido espinoso, con m¨¢s ceniza que f¨²tbol. Un duelo de puro barbecho. Con Bale bast¨®. ?l solo se comi¨® al Legan¨¦s. Los goles, remates y amenazas serias fueron cosa del gal¨¦s. El trag¨®n de la ma?ana en Chamart¨ªn.
No fue un choque recreativo, mal rumiado por el Madrid, siempre a disgusto con el hormig¨®n de su rival. Hasta que emergi¨® Bale, el Legan¨¦s no fue el equipo cadete que se presum¨ªa, con un pelot¨®n de debutantes en un recinto tan imponente y planetario como el Bernab¨¦u. Lo dijo Mantovani, su capit¨¢n, en la arenga previa en la caseta. Vino a decir que el equipo necesitar¨ªa algo m¨¢s que un par¡ Y no titube¨® el cuadro pepinero, que plant¨® la defensa muy lejos de su portero y oblig¨® al conjunto local a maniobrar en una baldosa.
El resultado fue un Madrid borroso, g¨¢strico. Ante un contrario de m¨¢rmol, no hab¨ªa quien enchufara al equipo. El Lega, con su pecho al frente, provocaba que Kroos tuviera que remar en campo propio. Tampoco ten¨ªa huellas Isco en el segundo escal¨®n, el de la media punta. Todo se redujo a un Madrid plano, sin fluidez, espeso. Ni la reaparici¨®n de Marcelo sirvi¨® de ventilador a los de Zidane.
Bloqueados los centrocampistas blancos, el cuadro de Zidane tuvo que explorar la v¨ªa de sus zagueros, los ¨²nicos en libertad para el pase largo que con desesperaci¨®n reclamaba Cristiano una y otra vez. El luso advert¨ªa del despejado horizonte que hab¨ªa en la nuca de la defensa visitante. Pero la petici¨®n de CR exige una precisi¨®n de cirujano al pasador y una respuesta sincronizada del delantero. No la hubo y el portugu¨¦s se vio atrapado en varios fueras de juego. De Morata, relevo de Benzema y estos d¨ªas ganador del plebiscito popular, no hubo otra pista que las numerosas ocasiones en las que se trag¨® la hierba, arrestado sin miramientos por los muchachos de Garitano. Hay futbolistas a los que en un Madrid los partidos al completo, no como revulsivo, se les pueden hacer eternos. Casi le ocurre al madrile?o, que se redimi¨® con un gol, el sustento de todo ariete. Tampoco hubo focos para los porteros, con lega?as ma?aneras. El animoso Legan¨¦s no tuvo dictado ante Keylor, salvo un disparo de Szymanowski, el mejor visitante, al minuto 70. Y la reputada delantera madridista no tuvo una cita con Serrantes hasta que despert¨® Bale.
La hinchada festej¨® con motivos la rehabilitaci¨®n del croata Modric, que tuvo carrete en la media hora final del encuentro
La disposici¨®n t¨¢ctica del equipo de Garitano hac¨ªa presagiar que no hab¨ªa mejor cepa para los locales que las asistencias en largo a la espalda de los defensores rivales. As¨ª fue. Isco, enredado consigo mismo en la primera media hora, enfil¨® a Bale en carrera con un estupendo pase a la chepa de la retaguardia. El brit¨¢nico meti¨® el turbo por la v¨ªa central y se plant¨® ante Serrantes, que lleg¨® a tocar la pelota, pero el rebote favoreci¨® al madridista. A un parpadeo del descanso, otro rechace, esta vez en Morata tras una falta lateral ejecutada por Kroos, Bale emboc¨® de nuevo y cerr¨® el partido. Por mucho que quedara todo un tiempo, un Everest para el Lega, que bastante hab¨ªa hecho para ulcerar al Madrid. Tan encomiable es la milagrosa aventura de este club que hasta en las derrotas suma m¨¦ritos. Los tuvo en Chamart¨ªn.
Despachado el Legan¨¦s por Bale, al segundo tramo le falt¨® intriga. No rebaj¨® su esfuerzo el Legan¨¦s, y tampoco Bale su papel de percutor. ?l barri¨® la mayor parte del ataque local. Pero el premio fue para Morata, que maquill¨® su desdichado partido. La gente est¨¢ con el madrile?o, despedido con palmas. El partido ya estaba m¨¢s en la grada que en el c¨¦sped. La hinchada festej¨® con motivos la rehabilitaci¨®n de Modric, que tuvo carrete en la media hora final. Es l¨®gico que todo el mundo a?ore a un futbolista como el croata. Por bien que le haya suplido su compatriota Kovacic, con Modric la chispa es otra, el f¨²tbol gana con creces y se brinda mejor. Con mucha menos algarab¨ªa se recibi¨® a James, que vive entre tinieblas. Como estuvo el Madrid hasta que Bale le sac¨® del cuarto oscuro en un encuentro tan hist¨®rico para el Legan¨¦s como caduco y fugaz para un Madrid que golea m¨¢s de lo que juega. En esta Liga nadie est¨¢ para tirar serpentinas.
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