El Madrid causa un destrozo hist¨®rico en el Palau
El equipo de Pablo Laso somete a un an¨¦mico Barcelona (63-102) con una exhibici¨®n liderada por Sergio Llull y Randolph
Llull, Randolph y el Real Madrid pasaron como un hurac¨¢n por el Palau. La hinchada azulgrana se estremeci¨® por el hist¨®rico destrozo. Muchos desfilaron hacia la salida ya antes del final del tercer cuarto, cuando el Madrid empez¨® a sobrepasar la barrera de los 30 puntos de ventaja. Se entreve¨ªa ya que la paliza iba camino de romper todos los registros. Y as¨ª fue: 63-102, despu¨¦s de haber abierto una brecha de medio centenar (54-101). Una derrota para el Bar?a m¨¢s dura todav¨ªa que aquel 62-100 en la final four de 2014 en Mil¨¢n, uno de los mayores desastres durante la etapa de Xavi Pascual, con el agravante de que esta vez se produjo en el Palau. Solo dos veces hab¨ªa perdido por m¨¢s puntos en casa, ambas en 1963, una ante el Joventut (44-96) y otra ante el Aismalibar (53-96).
BARCELONA, 63; REAL MADRID, 102
FC Barcelona Lassa: Rice (23), Oleson (6), Eriksson (2), Holmes (8), Tomic (5) ¡ªcinco inicial¡ª; Koponen (2), Peno (2), Sena (0), Perperoglou (0), Vezenkov (5) y Dorsey (10).
Real Madrid: Llull (20), Doncic (8), Maciulis (5), Reyes (9), Ay¨®n (0) ¡ªcinco inicial¡ª; Draper (0), Carroll (19), Rudy Fern¨¢ndez (9), Taylor (0), Hunter (7) y Randolph (18).
Parciales: 17-29, 14-25, 15-21 y 4-21.
?rbitros: Ryzhyk (Ucrania), Paternico (Italia) y Boltauzer (Eslovenia). Se?alaron una falta t¨¦cnica a Bartzokas.
Palau Blaugrana: unos 7.013 espectadores. 8? jornada de la Euroliga. El Madrid suma 6 victorias y 2 derrotas; el Bar?a, 4-4.
La hinchada qued¨® tan abrumada como sus jugadores por la forma en que el base menorqu¨ªn propuls¨® el juego del Madrid y la incapacidad del Barcelona en plantear batalla. El recital de Llull abrum¨® a Rice y perfor¨® la defensa del Barcelona, una de las m¨¢s eficaces con una media de 72 puntos recibidos. Llull la super¨® con sus constantes aceleraciones, esl¨¢loms, frenadas en seco para lanzar, pases y su ascendencia sobre el ritmo del juego. Ni Rice, ni Oleson, ni Koponen, nadie le ech¨® el lazo a Llull, a quien le bastaron 21 minutos para sumar 20 puntos, siete asistencias y adue?arse por completo del escenario.
Pablo Laso plante¨® un juego muy din¨¢mico, con transiciones defensivas en que la actividad de sus hombres era de obligado cumplimiento. Todos ten¨ªan que apretar, meter la mano, aun a costa de que Doncic, que se emparej¨® con Rice, sumara su segunda falta en tres minutos, o de que Nocioni se arriesgara a otro pique con el base estadounidense del Barcelona como el que le vali¨® la expulsi¨®n en aquel partido de Liga.
El Bar?a estuvo muy por debajo de la intensidad que demandaba el Madrid, certero adem¨¢s en los triples (13 de 27). Pasaron tres minutos y medio antes de que los azulgrana anotaran su primera canasta. Perdieron un bal¨®n tras otro (seis en el primer cuarto), no supieron c¨®mo manejarse ante la defensa del Madrid, que puso tierra de por medio con un 1-9 para empezar y una brecha que fue ensanchando hasta los 25 puntos (28-53) antes ya del descanso. El Barcelona se qued¨® aterido por el chaparr¨®n. Le refresc¨® la memoria y su colecci¨®n de bajas, m¨¢s a¨²n cuando Holmes, su flamante fichaje, ya titular en los ¨²ltimos partidos, sufri¨® un golpe que le envi¨® unos minutos al vestuario.
Randolph, majestuoso, con 18 puntos y 11 rebotes, respald¨® a Llull. Se adue?¨® de las proximidades del aro. Tambi¨¦n puso tres tapones monumentales, dos a Dorsey y otro a Tomic. El p¨ªvot croata se qued¨® congelado, fuera del partido, que acab¨® con cinco puntos y un solo rebote. El mal cariz del partido para el Barcelona era de tal magnitud que dio la sensaci¨®n de que Bartzokas no hizo sino forzar una falta t¨¦cnica tras el tap¨®n a Tomic, con la esperanza de caldear el ambiente y encontrar a la desesperada un punto de inflexi¨®n. No lo hubo. El Madrid lleg¨® a dominar por 35 puntos (46-81) mediado el tercer cuarto.
La salida en estampida de Llull y el Madrid son¨® a la deuda pendiente que contrajeron en el Palau con su mustia actuaci¨®n doce d¨ªas antes en el partido de Liga. Nada ten¨ªa que ver un partido con el otro, correspond¨ªan a competiciones diferentes y ambos en un momento incipiente de la temporada, ajenos al cariz melodram¨¢tico que los caracteriza a partir de febrero. Pero Llull volvi¨® a ser Llull, no la sombra? de aquel d¨ªa. Y el Madrid volvi¨® a ser el Madrid de las mejores ocasiones, agresivo, punzante, certero, implacable con su eterno rival.
Bartzokas: ¡°No podemos caer m¨¢s bajo¡±
Georgios Bartzokas evidenci¨® su enojo por la actuaci¨®n de sus jugadores. No escondi¨® los reproches y dej¨® adivinar que en el vestuario del Barcelona hubo algo m¨¢s que palabras. ¡°No entiendo por qu¨¦ dejamos de luchar al inicio del partido. El Madrid jug¨® excelente, les felicito. Y pido perd¨®n a nuestros seguidores, que todav¨ªa tras el partido estaban animando al equipo. Es una gran lecci¨®n, no podemos caer m¨¢s bajo. Vamos a ver nuestra reacci¨®n¡±. El entrenador griego del Barcelona habl¨® de una prematura rendici¨®n de su equipo.
¡°Es una de las noches m¨¢s duras para el equipo y el club. Ha sido un partido loco. Ellos empezaron anotando todo. Nosotros enseguida nos rendimos. Dejamos de jugar, dejamos de intentarlo desde el minuto cinco. Puedo decir varias cosas del calendario, partidos seguidos, jugando sin cinco jugadores b¨¢sicos, pero est¨¢ claro que parece que estamos exhaustos, mentalmente o f¨ªsicamente. El f¨ªsico lo entiendo, mentalmente no¡±. Bartzokas admiti¨® su perplejidad por lo sucedido.
¡°No entiendo c¨®mo hicimos la primera falta dura a falta de dos minutos para el final, cuando el Madrid s¨ª jugaba duro. Lo pondr¨¦ como ejemplo¡±, indic¨®. ¡°No esperaba jugar como lo hicimos. Es muy dif¨ªcil. Tuvimos una reuni¨®n muy dura en el vestuario con los jugadores. Esto es deporte, pasan muchas cosas malas, pero tienes que jugar con orgullo. Intentar¨¦ convencer a todos de que debemos empezar a ir adelante, con la cabeza alta y sin bajar los brazos¡±.
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