Murray y Djokovic, el gran duelo por el n¨²mero uno

Despu¨¦s de una semana de competici¨®n, de 14 partidos, de todas las c¨¢balas y las riadas de tinta que se han escrito hablando de las opciones de uno y otro, sobre si Andy Murray conseguir¨ªa retener el n¨²mero uno o Novak Djokovic arrebat¨¢rselo, todo volvi¨® al punto de origen. Exactamente a la misma situaci¨®n que hace 10 d¨ªas. Cumplieron uno y otro ¨Caunque el primero opt¨® por la v¨ªa de la ¨¦pica (5-7, 7-6 y 7-6 a Milos Raonic, despu¨¦s de 3h 38m) y el segundo por la contraria, el ko directo (doble 6-1 a Kei Nishikori, en 65 minutos)¨C, as¨ª que el trono mundial se decidir¨¢ hoy (19.00, Movistar+ Deportes2), en la final de la Copa de Maestros que disputar¨¢n el actual rey y su predecesor, ahora aspirante.

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Abri¨® turno Murray, a primera hora de la tarde, y muy pocos dir¨ªan que Andy Murray hab¨ªa ganado, que hab¨ªa logrado su primer billete para una final de la Copa de Maestros, que con su triunfo salvaguardaba su n¨²mero uno y que estaba a un solo paso de concluir el curso por primera vez en lo m¨¢s alto. Despu¨¦s de un ejercicio de resistencia antol¨®gico, de sortear una bola de partido en contra y de firmar de la mano de Raonic el partido a tres sets m¨¢s largo del torneo desde 1991, el escoc¨¦s resoplaba. Miraba al frente y resoplaba Murray, extasiado, como si hubiese presenciado un fen¨®meno paranormal. Hab¨ªa escapado de la trampa, pero su reinado pendi¨® de un hilo.

El escoc¨¦s y el canadiense libraron una hermosa pugna, cargada de alternancias y tensi¨®n; de mucha imprecisi¨®n, cierto, pero absolutamente deliciosa de cara al espectador. Ahora bien, el procedimiento puede tener un elevado peaje para Murray, erosionado y consumido despu¨¦s de otra maratoniana tarde?¨Cante Nishikori ya permaneci¨® 3h 20m en pista¨C en la que Raonic lo tuvo todo para haberse llevado el gato al agua, set arriba de inicio y dos muertes s¨²bitas a continuaci¨®n, el escenario id¨®neo para su mort¨ªfero servicio. Sin embargo, el gigant¨®n fall¨® cuando no deb¨ªa. No atin¨® con 9-8 a su favor, en el tie break definitivo, y se qued¨® a las puertas de poder disfrutar la gran final de este domingo (19.00, Movistar+ Deportes2).

Eso s¨ª, logr¨® llevar al l¨ªmite al rey del circuito, ofuscado y nervioso, err¨¢tico en circunstancias en las que en otros momentos no hubiera tenido problema alguno. De ah¨ª ese pelotazo al techo que le mereci¨® una reprimenda del juez de silla; o de ah¨ª ese uppercut contra su cordaje, como si el pobrecillo tuviera la culpa de que esta vez no estuviera fino; o de ah¨ª ese mordisco a los nudillos de la mano derecha, mellada, con las marcas sangrientas de los colmillos. La escena hizo rebobinar el tiempo, como si aquel Murray fuera el incontenible Andy de hace unos a?os, un esputo verbal tras otro, caliente hasta el extremo.

Estuvo el brit¨¢nico cercado, desquiciado por momentos, porque si no le molestaba la luz de los m¨®viles en la grada lo hac¨ªa cualquier sonido o cualquier movimiento. Se tambale¨® el n¨²mero uno, pero al final se sostuvo en buen parte gracias a la fe y el oficio, al saber hacer de los elegidos, porque de juego anduvo muy justo, al igual que Raonic. Como indicativos, las cifras de uno y otro: 6 dobles faltas por cabeza, ¨ªndices muy discretos con el saque ¨C62% de Murray con primeros y 45% del canadiense con segundos¨C y errores desde los dos lados (36 y 54, respectivamente).

El de Belgrado, finalista por sexta vez, emple¨® dos horas y media menos que el escoc¨¦s en semifinales

Mucho tendr¨¢ que cambiar Murray su puesta en escena para poder llevarse el t¨ªtulo, aunque de momento ya rompi¨® una barrera, la que le imped¨ªa disputar una final en la Copa de Maestros. El de Dunblane rubric¨® su 23? victoria consecutiva, pleno en el torneo (4/4), y aspira a su noveno trofeo del curso y a prolongar su mandato, aunque tiene la obligaci¨®n de batir a Nole (24-10 adverso en los cruces, 3-1 en 2016). No luci¨® su mejor versi¨®n, ni mucho menos, pero en los d¨ªas malos los reyes tambi¨¦n deben saber ser reyes. Y Andy, pese a los gestos y los palabros, a la gesticulaci¨®n y el sufrimiento, supo serlo.

Tambi¨¦n dio el do de pecho Djokovic, mucho m¨¢s contundente. El serbio tampoco se ha lucido a lo largo de esta semana, pero en el O2 se mueve como un felino. Divis¨® a Nishikori y cabalg¨® hacia ¨¦l con determinaci¨®n, con el objetivo de minimizar al m¨¢ximo su estancia en la pista. Y as¨ª lo hizo. Dio un rapapolvo de a¨²pa al japon¨¦s ¨Cnegado: 43% de puntos retenidos con primeros servicios y 44% con segundos, ni una bola de break¨C y tendr¨¢ la oportunidad de restablecer la jerarqu¨ªa. Puede el de Belgrado alcanzar el r¨¦cord triunfal de las ATP Finals, los seis t¨ªtulos de Roger Federer, y comenzar 2017 en lo m¨¢s alto despu¨¦s de una segunda mitad de a?o decepcionante.

Inmejorable cartel, por tanto, en el ep¨ªlogo de un a?o fren¨¦tico.

RAONIC: UN DESPEGUE SIN GRANDES PREMIOS

Para Milos Raonic, entrenado por el mallorqu¨ªn Carlos Moy¨¤, 2016 ha supuesto el a?o de su despegue definitivo. Cerrar¨¢ la temporada en el tercer escal¨®n del ranking y disput¨® su primera final de un Grand Slam. Sin embargo, su progresi¨®n no ha venido acompa?ada de premios.

El tenista canadiense, de 25 a?os, perdi¨® las tres finales que jug¨® (Indian Wells, Queen's y Wimbledon) y se qued¨® en cuatro ocasiones en las semifinales (Open de Australia, Cincinnati, Pek¨ªn y Par¨ªs-Bercy) tan solo se adjudic¨® un torneo, de categor¨ªa menor (ATP 250), en Brisbane.