El Madrid y las dependencias de Messi y Koke
Zidane mira por el retrovisor a sus m¨¢ximos rivales gracias a que el equipo brilla cuando m¨¢s piezas le faltan
Tan enigm¨¢tico es el f¨²tbol que a ninguno de los grandes aspirantes espa?oles le va mejor que se le descuadre el presunto equipo fet¨¦n que al Real Madrid. Sus momentos m¨¢s brillantes de la Liga le llegaron en San Sebasti¨¢n (sin Keylor, Pepe, Modric, Cristiano y Benzema), ante el Betis (sin Ramos, Modric y Casemiro) y, sobre todo, frente al Atl¨¦tico (sin Pepe, Ramos, Casemiro, Kroos y Benzema). En los cuatro pinchazos ligueros del Bar?a, Messi no complet¨® ninguno. No estuvo ante Celta y M¨¢laga, solo disput¨® la ¨²ltima media hora con el Alav¨¦s y se lesion¨® a los 58 minutos contra el Atl¨¦tico. Para colmo, frente a los malacitanos tampoco se alist¨® Luis Su¨¢rez, la primera vez que el uruguayo y La Pulga se ausentan al tiempo. El frenazo del Atl¨¦tico tiene que ver con una mudanza t¨¢ctica con Koke por bandera. En busca de un equipo m¨¢s dicharachero con la pelota y en ataque, desde la mutaci¨®n del canterano al eje y el debate abierto al respecto por Gabi, los de Simeone han descarrilado.
Si el Bar?a ha sellado su peor inicio de Liga desde 2004, el Atl¨¦tico ha certificado el peor arranque con Simeone. Hay datos elocuentes: los barcelonistas al menos hab¨ªan marcado un gol en el Camp Nou en 59 de los ¨²ltimos 61 retos oficiales, siendo el M¨¢laga, precisamente, quien les frustr¨® en ambas ocasiones. Oblak jam¨¢s hab¨ªa recibido tres goles en Liga y con el Cholo los colchoneros nunca hab¨ªan encajado en cinco encuentros consecutivos. El Madrid, por m¨¢s que altere sistemas y jugadores, por m¨¢s que CR parezca fundido y resucite, y por m¨¢s que tenga subidas y bajadas de tensi¨®n lleva 29 partidos oficiales sin perder por cuarta vez en sus 114 a?os de historia, seg¨²n datos del estad¨ªstico Mister Chip.
El f¨²tbol no siempre es asunto num¨¦rico, pero los tres casos reflejados ofrecen algunas pistas. Bar?a y Atl¨¦tico evidencian que sus ¨¦xitos pasan por un sistema muy concreto con jugadores muy concretos. M¨¢s a¨²n en el frente azulgrana, donde salvo algunos buenos apuntes de Umtiti y el paso de Denis Su¨¢rez por el Pizju¨¢n, los fichajes han sido decepcionantes. El mayor s¨ªntoma, Paco Alc¨¢cer, aunque Luis Enrique, en su habitual alocuci¨®n a la defensiva ante la prensa, se enroque en su imaginaria visi¨®n de los hechos. Cierto que su papel es abrigar en p¨²blico a sus chicos, pero no se puede proteger al ariete valenciano cuando falla ¡°pero tiene ocasiones¡± y darle ¡°un notable alto¡± cuando ni la toca. Lo mismo que resulta exagerado ¡°enmarcar¡± los primeros 40 minutos ante el City y ensalzar al equipo tras su empate con un M¨¢laga juvenil. Piqu¨¦, defensa, delantero, portavoz y agente comercial del Bar?a no lo pudo explicar mejor: ¡°Aun sin Messi, Su¨¢rez e Iniesta, no hay excusas¡±.
Mientras Luis Enrique hace creer que subsiste en el Pa¨ªs de Nunca Jam¨¢s, Simeone, mes¨ªas futbol¨ªstico y social de este reflotado Atl¨¦tico, se expres¨® de forma realista tras el varapalo ante el Madrid. Admiti¨® sin tapujos la superioridad de su rival, concretada tras el penalti que abort¨® el fugaz intento de remontada. No cabe reproche alguno al t¨¦cnico argentino. Lo suyo es una encrucijada futbolera. Tras el fiasco de Mil¨¢n que alarg¨® el llanto de Lisboa, Simeone se cuestion¨® su continuidad, vencido por las circunstancias, creyente de que hab¨ªa exprimido hasta m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites a un Atl¨¦tico machote como nunca.
De alguna manera, las dudas an¨ªmicas del Cholo remit¨ªan a las de Guardiola cuando cort¨® sus lazos con un Bar?a al que ya hab¨ªa llevado al infinito. Simeone, convencido por un club que le necesita como nexo primordial para el tr¨¢nsito a La Peineta, acept¨® la pr¨®rroga. Para subir el pelda?o que le falt¨® en las dos finales europeas y tras dos err¨¢ticos partidos frente al Alav¨¦s y el Legan¨¦s, el argentino decidi¨® refrescar el sistema. De un equipo sacamuelas a uno m¨¢s fr¨¢gil pero supuestamente m¨¢s seductor. La manta de Tim: en el f¨²tbol, si te tapas los pies, te destapas la cabeza, y viceversa.
Visto el resultado, nadie mejor que el propio Simeone, con un predicamento absoluto en la parroquia del Manzanares, para discernir si conviene perpetuar el laboratorio con Koke. De ser as¨ª, aunque parezca sobrevalorada la funci¨®n del seis, tendr¨¢ que hacer que cale en el grupo, desde el capit¨¢n hasta el ¨²ltimo recluta. Si no, deber¨¢ volver a los or¨ªgenes si es que al vestuario a¨²n le queda dep¨®sito para ser el impermeable regimiento que fue. De momento, en las buenas y en las malas, el Atl¨¦tico es Simeone. Merecido lo tiene.
A la espera de que el Cholo resuelva el acertijo y sane Messi, Zidane mira por el retrovisor y bendice, quiz¨¢ sin saberlo, la noria en la que le toca viajar. Apenas ha podido enhebrar al que se supone ser¨ªa su equipo ideal, pero, por momentos, le han respondido de maravilla muchos de la segunda columna: Kiko Casilla, Varane, Nacho, Kovacic, Isco, Asensio, Lucas y Morata. Por contradictorio que resulte, las bajas han ayudado y el Madrid m¨¢s redondo ha sido el que m¨¢s las ha padecido. Frente al Atl¨¦tico, en el primer partido crudo-crudo de la temporada, cada cual ocup¨® su posici¨®n natural ¨Csalvo el postizo Kovacic, que se maquill¨® muy bien-, lo que permiti¨® vislumbrar un Madrid equilibrado y solidario e igual de contundente.
Por mucho que se empe?e Luis Enrique en la negaci¨®n, salvo lo que diga Messi, en el f¨²tbol no siempre dos y dos son cuatro. Lo celebra Zidane y lo masculla Simeone. La il¨®gica l¨®gica del f¨²tbol. O lo que sea.
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