Cristianos y zidanes
Es por su rec¨¢mara por lo que los jugadores del t¨¦cnico franc¨¦s han sustanciado su ventaja actual
Si algo caracteriza al Madrid de Zidane es su precisi¨®n con los resultados (32 partidos sin perder), su irregularidad en el juego y la sedante actitud de un t¨¦cnico que no se destempla ni a tiros. Con una sonrisa perpetua y un discurso sencillo, el acoquinado Zidane futbolista ha dado paso a un t¨¦cnico tan convincente como para montar un coro. Lejos de maldecir la ausencia de fichajes y una catarata de bajas, el franc¨¦s ha hecho de la necesidad virtud. Por lo visto tiene tacto para sofocar el avispero que subyace en todo vestuario y ha logrado enchufar a todo el plantel, salvo al desnortado James. En un club destinado a una alineaci¨®n titular de carrerilla, Zidane ha conseguido activar a la segunda columna cuando la situaci¨®n lo ha requerido, pareci¨¦ndose m¨¢s a un equipo de baloncesto que de f¨²tbol. Kiko Casilla, Danilo, Varane, Nacho, Asensio, Kovacic, Isco, Lucas, Morata¡ Todos han tenido sus buenos momentos. Al ser reclutados no solo han cumplido como subalternos temporales, sino que han competido en mayor o menor medida. A Zidane le sale todo y hasta los m¨¢s juveniles, con su hijo Enzo y Mariano al frente, se lo pasan pipa en la Copa.
Los zidanes, anta?o pavones, parecen haber calado en el camerino, donde los eg¨®metros siempre est¨¢n en combusti¨®n. Resulta a¨²n m¨¢s elocuente al observar que el entrenador no ha dudado en se?alar a los primeros jerarcas, con la BBC a la cabeza, como los mejores. El resto se sabe en otra escala, pero tambi¨¦n ha recibido el abrigo del t¨¦cnico, incluso James, m¨¢s deprimido que Isco, que remont¨® a lo grande en el derbi con el Atl¨¦tico. Aunque el orfe¨®n madridista solo ha sido redondo en el Manzanares, de forma individual todos han puesto en aprietos al preparador galo. Fuera o no circunstancial, cuando brotaron los desafectos hacia Benzema, el ariete resolvi¨® el choque en Lisboa, como ante el mismo Sporting hab¨ªa hecho Morata en Chamart¨ªn. Cuando se debat¨ªa sobre la sequ¨ªa de Cristiano, el luso sell¨® un triplete en el Calder¨®n. Pero tambi¨¦n cuando se lesionaron Casemiro, para el que no hab¨ªa un recambio concreto, y Kroos, emergi¨® el mejor Kovacic. Lo mismo vale para Nacho y Varane ante las ausencias de Pepe y Sergio Ramos y para el Casilla inici¨¢tico que tuvo que paliar la rehabilitaci¨®n de Keylor. A principios de temporada, tambi¨¦n Asensio, todav¨ªa un cadete, dej¨® su huella. Como siempre la ha dejado Lucas, hoy m¨¢s relevante a¨²n por la operaci¨®n de Bale, al que no se espera hasta abril.
Al Madrid apenas se le ha visto sobrado, inestable en muchos encuentros, al tran tran en otros, pero se ha apa?ado con tanto fulgurante cometa. Es su manejo de la reserva lo que le ha permitido llegar invicto al cl¨¢sico y con seis puntos de ventaja. Sus dos principales oponentes, Bar?a y Atl¨¦tico, no han sacado el mismo provecho del cesto. No han logrado los mismos auxilios cuando los pretorianos han estado en la enfermer¨ªa o han perdido forma. Paco Alc¨¢cer no ha socorrido, ni por asomo, ning¨²n estornudo de los tres atacantes azulgrana, como Andr¨¦ Gomes, Denis Su¨¢rez y Arda no han rebajado el desconsuelo por Iniesta. Tan solo Rafinha ha despuntado, aunque luego fuera exiliado ante Celtic y Real Sociedad. Cillessen entrena a Ter Stegen, Aleix Vidal vive tan ajeno al equipo que se ha casado en un fin de semana con jornada a la vista y Dign¨¨ est¨¢ lejos de Alba. A la espera de que renazca el prometedor Umtiti, al Bar?a no le ha dado para m¨¢s desde el banquillo. De Vrsaljko, Gim¨¦nez, Gait¨¢n, Thomas y Torres ha habido pocas migas por el Manzanares.
Es por su rec¨¢mara por lo que el Madrid ha sustanciado su distancia actual. El f¨²tbol es una noria, y nada garantiza que siempre gire en la misma direcci¨®n, pero hasta la fecha nadie ha tocado mejor la tecla de arranque que Zidane. Ocurre que llega el cl¨¢sico, que siempre es un partido en s¨ª mismo, en el que no suelen contar las corrientes anteriores, las favorables ni las desfavorables. En muchas ocasiones, kil¨®metro cero. Partidos tan gruesos se cargan de desmentidos o refuerzan las tendencias. Hasta el s¨¢bado a media tarde solo cuentan los antecedentes. Luego, Messi y CR dir¨¢n¡ O qui¨¦n sabe si no asomar¨¢ alguno de esos desclasificados del Barcelona que avinagran a Luis Enrique o ser¨¢ el d¨ªa de uno de esos coristas que han impedido que a Zidane se le borre la sonrisa. Hasta entonces, para fortuna de unos y desgracia de otros, esta no solo es la Liga de los cristianos. Los zidanes suman y suman.
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