Sergio Ramos enciende las luces
En grandes escenarios, ante grandes rivales y en partidos irrepetibles, el capit¨¢n del Madrid se repite siempre
Hubo una ¨¦poca reciente de su historia en la que el Madrid perdi¨® m¨¢s t¨ªtulos en el Buddha Bar que en el Camp Nou. Aquello se fue disolviendo con la misma rapidez con que se disolvi¨® la era del jazz: las derrotas, deportivas y personales, empezaron a ser muchas. Los m¨¢s j¨®venes migraron a otros lugares de moda y los veteranos se atrincheraron en sus mansiones, a las que le colocaron debajo una discoteca como la que hab¨ªa inaugurado Ronaldo Nazario. El 27? cumplea?os de la leyenda brasile?a fue el mejor momento de los gal¨¢cticos en 2003: nunca lo pasaron tan bien, nunca ganaron tan poco.
Sergio Ramos lleg¨® al Madrid en medio de la resaca. Lo hizo debutar Luxemburgo en el Bernab¨¦u contra el Celta: el Madrid perdi¨® 2-3. Segu¨ªan Beckham, Ronaldo, Zidane, Ra¨²l. Pero aquel equipo era Marlon Brando en el ?ltimo tango en Par¨ªs: un hombre vagabundo y destruido, despojado de un pasado que nunca estuvo seguro de haber tenido. Era el peor y el mejor lugar para un chico de 19 a?os: si no sal¨ªa en ambulancia m¨¢s all¨¢ de la M-30, Ramos har¨ªa historia. En su segunda temporada marc¨® un gol decisivo en Barcelona: un cabezazo a la escuadra en el empate a tres que fund¨® la remontada liguera del Madrid. Ramos jugaba con cinta blanca en la cabeza para fijar su melena; la falta que cabece¨® la tir¨® Guti y a Ramos lo marcaba Puyol. Lo celebr¨® moviendo los brazos como si fuesen alas: Helguera impidi¨® que despegase.
El sevillano ten¨ªa car¨¢cter: despu¨¦s de desnudarse en Intervi¨² con las botas colgando del cuello y decir: ¡°Soy muy humilde para ser gal¨¢ctico¡±, lleg¨® al Madrid y pidi¨® el 4 de Hierro. Ese punto suyo sobrado que ha dejado tardes nefastas en el Bernab¨¦u ha llenado tambi¨¦n las vitrinas. Es el mismo punto que le hizo decir en el vestuario a su amigo Cristiano Ronaldo que a ¨¦l tambi¨¦n le gustar¨ªa ganar el Bal¨®n de Oro; el portugu¨¦s, especialmente sensible con trofeos que considera patrimonio suyo, se ri¨® de ¨¦l. La reacci¨®n de Ramos en las siguientes semanas fue re¨ªrse de la vida, pues estaban en v¨ªsperas de la semifinal de M¨²nich y la final de Lisboa.
El m¨¢s expulsado
Nunca un defensa blanco, en un equipo confeccionado de arriba a abajo, fue tan implacable en el ¨¢rea contraria como Sergio Ramos. Ninguno inspira tanta confianza a su equipo cuando entra en trance. ¡°Es un iluminado¡±, resolvi¨® un compa?ero suyo despu¨¦s de la final de Mil¨¢n, donde Ramos abri¨® el marcador.
Si en el club se pregunta por las famosas desconexiones de Ramos, en las que hay que buscar sus r¨¦cords negativos (es el jugador m¨¢s expulsado de la historia del Madrid (21 veces); y ha visto la roja en cuatro cl¨¢sicos, incluido el ¨²ltimo), la respuesta es que se deben a sus condiciones f¨ªsicas: ¡°Tiene tanta seguridad en s¨ª mismo que se relaja¡±. Hay un patr¨®n en sus temporadas: momentos en los que Ramos parece estar reserv¨¢ndose, semanas en las que desaparece para luego regresar y poner a todo el mundo a andar, tambi¨¦n ante el micr¨®fono.
Corrigi¨® a Ben¨ªtez tras el 0-4 del a?o pasado ante el Bar?a y despu¨¦s del derbi contra el Atleti (¡°igual que se habla de mi penalti tambi¨¦n se puede hablar de los cambios¡±). Corrigi¨® a Cristiano cuando el portugu¨¦s sali¨® del Camp Nou en 2013 rajando con Benzema (¡°nos cagamos todos¡±): ¡°Aqu¨ª no se caga nadie¡±. Concentrado, cierra a los suyos y abre a los rivales en canal. Sufre en Barcelona, donde se le suele acumular el trabajo y pasa apuros con los ¨¢rbitros y las tarjetas. Pero es un jugador programado para jugar en el Camp Nou.
Escenarios grandes, rivales grandes, millones de espectadores. Ha pasado 40 d¨ªas lesionado y su regreso se ha producido en silencio. Lleva rod¨¢ndose semanas con la actitud callada de un m¨ªstico. Tras el triunfo en el Calder¨®n se llev¨® a sus compa?eros a celebrarlo a un antiguo cementerio de ¨ªdolos, all¨ª donde rein¨® Guti hace una d¨¦cada: la discoteca Buddha. Hab¨ªa cerrado, ha vuelto a abrir con otro nombre. Existe la seguridad de que el capit¨¢n del Madrid le ha dado m¨¢s t¨ªtulos al club de los que le ha quitado el Buddha; si alg¨²n futbolista tiene derecho a soplar sobre sus cenizas es ¨¦l. Han pasado muchas cosas desde entonces, la primera de todas que Ramos es parte de la historia del Madrid. Pocas leyendas m¨¢s fieles al personaje que la que ha construido ¨¦l. Hoy ser¨¢ expulsado o ser¨¢ el mejor: en partidos irrepetibles Ramos se repite siempre.
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