El Baskonia juguetea con el Darussafaka en la Euroliga
El conjunto de Vitoria gana de principio a fin (73-52) a un rival irreconocible
No estaba Bragnani en Baskonia: no se not¨®. Estaba el Darussafaka, un combinado turcoestadounidense: no se not¨®. El m¨¦rito, por tanto, fue del Baskonia, que volvi¨® a ser el rey del rebote, el rey de la intensidad, el rey de la defensa. El conjunto turco, con sus americanos acreditados y su t¨¦cnico de relumbr¨®n, David Blatt, pas¨® desapercibido por Vitoria, insignificante de tan minimalista, como una monta?a de nieve apoyada en una pared blanca. Gan¨® el Baskonia de principio a fin, desde la primera canasta hasta la ¨²ltima. Ni siquiera necesit¨® de un arma tan gen¨¦tica en el conjunto vitoriano como son los triples: ninguno en la primera mitad y solo cinco en la segunda. Con el rebote, los tiros de dos y los tiros libres bastaba para minimizar a un Darussafaka cremoso, por lo blando, y desorganizado como un arroz salteado.
El Baskonia encontr¨® desde el principio la sabidur¨ªa en la direcci¨®n de Larkin, un tipo sobrio, ¨¢gil que mide perfectamente las decisiones individuales y colectivas con su justo peso en la balanza. Le ayudaba Beauvois, m¨¢s dado a lo primero que a lo segundo, y Diop, supuestamente el ¨²ltimo p¨ªvot de la plantilla, que ante la ausencia de Bragnani ¡ªe incluso cuando el italiano est¨¢ en la plantilla¡ª va asumiendo el rol que le pide su entrenador. El hispano-senegal¨¦s dio un recital de tapones, a una y a dos manos, que encendieron el Buesa Arena. Era el ¨²ltimo de la fila pero la encabez¨® en muchas fases del partido.
El primer cuarto fue todo un s¨ªntoma de la distinta intensidad de los equipos: 18-9 para el Baskonia, alternando sencillamente a sus jugadores y aprovechando los agujeros blancos que dejaba el equipo turco. Ni Emre, ni Moerman, ni m¨¢s tarde Savas, consegu¨ªan entender lo que hac¨ªan los baskonistas para penetrar con tanta facilidad a la canasta, ya fueran p¨ªvots o bases. Todo resultaba muy f¨¢cil.
Al Darussafaka le fallaba todo. La anotaci¨®n (sus porcentajes en tiros libres -6 puntos- fueron rid¨ªculos, y en tiros de dos y de tres), pero sobre todo su organizaci¨®n defensiva era un ejercicio de improvisaci¨®n, que David Blatt -una leyenda- nunca supo o pudo corregir. Al t¨¦rmino del segundo cuarto solo hab¨ªa anotado 19 puntos, por 37 del Baskonia, sin un solo triple pero con un 62% de acierto en el tiro de dos puntos. A partir de ah¨ª todo fue un tr¨¢mite: el Baskonia por ensayar y ensayar su juego, alternando jugadores, estrategias, caracter¨ªsticas, y el conjunto turco por intentar llegar a los 50 puntos para que la derrota fuera lo menos indigna posible. Ambos consiguieron su objetivo. El Baskonia recuper¨® la mejor versi¨®n de Budinger (lejan¨ªsimo a¨²n de lo que fue) y el Darussafaka alcanzar los 52 puntos gracias al acierto tard¨ªo de Anderson en los triples. Todo eso ocurri¨® en el Buesa Arena en espera de que la pr¨®xima semana llegue Prigioni, el mito retornado.
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