Finales
Con esas finales nos hemos ido haciendo hombres, o lo que sea, este a?o: ninguna sin sufrir, ninguna sin perder
Hace unos d¨ªas Guti, que anda reinando en la cantera blanca, hablaba de un patr¨®n de conducta en las categor¨ªas inferiores con miras a la ocupaci¨®n en el primer equipo. Lo resolv¨ªa apelando al juego de asociaci¨®n y de ataque, nada nuevo salvo por las posiciones de los jugadores: el 4-3-3. ¡°Que puede convertirse en 4-5-1 defensivamente, pero b¨¢sicamente todos los equipos juegan as¨ª porque es como lo hace el primer equipo¡±. ?Significa eso que se est¨¢n fabricando extremos? ¡°Se est¨¢n fabricando extremos y se est¨¢n fabricando mediocentros¡±. Dos posiciones que en el Madrid son prioritarias para sostener su esquema de juego. Un esquema de juego d¨²ctil, divertido en la medida en que uno puede pasarse el partido tratando de adivinar cu¨¢l es, y que supone un nuevo discurso a algo muy viejo en el Madrid desde los alevines a los adultos, pasando por la posadolescencia: el equipo s¨®lo sabe a qu¨¦ juega a partir del resultado.
En Jap¨®n se logr¨® el Mundial de clubes con varios empujones manufacturados por Benzema y Cristiano; momentos especialmente ¨¢lgidos que duraban unos segundos y se desvanec¨ªan en las redes de la porter¨ªa adversaria. Con esas finales nos hemos ido haciendo hombres, o lo que sea, este a?o: ninguna sin sufrir, ninguna sin perder. Especialmente grave en Yokohama, donde casi se lleva por delante al Madrid un equipo que los cl¨¢sicos llaman ¡°voluntarioso¡±. Es hora de ir perdiendo un partido, alguno que no suponga un conflicto de puertas adentro ¡ªde puertas afuera las crisis ya se fabrican con victorias¡ª para despejar ese halo que se da el Madrid de inmunidad, como si hasta en el minuto 95 fuese posible un milagro. Y ya se sabe que no hay nada peor que un paranoico acertando una y otra vez. Con una derrota el Madrid podr¨¢ palparse de nuevo el cuerpo y comprobar que se non ¨¦ vero e ben trovato: sangrar es bueno, siempre que no sea en finales. El Madrid las ha tumbado todas, las tres, ninguna antes del 90.
As¨ª que con una l¨ªnea din¨¢stica en la cantera que garantiza extremos listos y las vitrinas cargadas, las preocupaciones mundanas del Madrid se dirigen a James, que ocupa un dorsal maldito, el 10 (10 lleg¨® a ser Lass; esa dulzura con la simbolog¨ªa en el Madrid a m¨ª me representa siempre). No hay nada peor en el Bernab¨¦u que estropear un t¨ªtulo; ayer era m¨¢s noticia la rajada del colombiano que el pentacampe¨®n. Este a?o tuvo varias de esas molestias parecidas a moscosos. Le ha devorado algo tan viejo, usado y previsible como Madrid. Y como la ciudad no se va a mover, tendr¨¢ que hacerlo James. Eso tambi¨¦n se estudia, y mucho, en la cantera.
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