La gran fiesta de Espa?a y Portugal
Los ¨¦xitos de los clubes espa?oles y el brindis luso en la Eurocopa polarizan un curso marcado por la muerte de Cruyff y la tragedia del Chapecoense
Al f¨²tbol espa?ol solo le fall¨® su selecci¨®n masculina en un curso colmado por los ¨¦xitos de sus clubes y su Liga, y el deseado despegue de su vertiente femenina. En la segunda tierra del eterno y tot¨¦mico Johan Cruyff, en el a?o p¨®stumo del genio que en esta patria cambi¨® la degustaci¨®n de la pelota, de nuevo hubo un monocultivo nacional en las grandes finales internacionales. Cantaron bingo el primer Real Madrid del novicio Zidane y el ¨²ltimo Sevilla del cient¨ªfico Emery, con el Atl¨¦tico del espartaco Simeone otra vez a un dedo de la gloria. Al Bar?a del fecundo Luis Enrique le correspondi¨® la gran cosecha dom¨¦stica. Mientras, Cristiano y Messi, de suerte tan dispar con sus selecciones, prolongaron su interminable duelo en las pasarelas del f¨²tbol m¨¢s hollywoodiense. Pero aparecieron infiltrados de primera categor¨ªa como Griezmann, capital en la nueva crecida colchonera y el subcampeonato europeo de Francia; Bale, escolta de lujo de CR y flautista del inesperado flechazo de Gales con el bal¨®n redondo; Sergio Ramos, goleador que no da la hora; y Luis Su¨¢rez, autor de 40 goles ligueros que hasta Messi fue capaz de celebrar como si fuera su gemelo.
La Roja no fue capaz de vertebrar el apogeo de la Liga en Francia 2016
No hubo f¨²tbol apote¨®sico en ning¨²n rinc¨®n del planeta, s¨ª gran desfogue emocional con una final al l¨ªmite en la Champions, una remontada en la Liga Europa que confirm¨® la pujanza del extraordinario Sevilla, y una Liga espa?ola solo cerrada en la ¨²ltima jornada. Nada que ver con lo sucedido en torneos de su rango, donde Juventus y Bayern se pasearon por en¨¦sima ocasi¨®n en Italia y Alemania. Para pasmo lo del Leicester, con su fascinante victoria en la Premier. Tan arcano es el f¨²tbol que en el campeonato m¨¢s adinerado se col¨® un modesto. Tampoco la incontable tesorer¨ªa de la Premier surti¨® efecto en Europa y hoy es un torneo en el que su principal banda sonora son los entrenadores. Guardiola, Mourinho, Wenger, Klopp y Conte, los m¨¢s reputados para un amplio sector, a¨²n no han podido echar el lazo a messis y cristianos. Pero es tal la plutocracia de sus clubes que el parque tem¨¢tico enloquece con Pogba o Stones, jugadores de escala inferior a la etiqueta de sus traspasos. De momento, el f¨²tbol ingl¨¦s sufre de actualidad por los amplificadores de su escaparate y su atracci¨®n burs¨¢til en los mercados asi¨¢ticos, no por los resultados deportivos de sus escuadras. Por ahora, pese a la inyecci¨®n econ¨®mica de las televisiones, el gran testamento ha sido el de los conjuntos espa?oles.
Sin embargo, desde 2014, la Roja no ha sido capaz de vertebrar los podios de sus clubes. En Francia 2016 no se pudo redimir del varapalo sufrido en Brasil dos a?os antes. Si entonces no hubo remedio para un mal rato frente a Holanda, esta vez un traspi¨¦ a ¨²ltima hora con Croacia conden¨® luego a una Espa?a aturdida ante Italia. El despido de la Eurocopa dej¨® secuelas, con la discordia entre dos iconos como Iker Casillas y Vicente del Bosque, ambos ya fuera de la selecci¨®n. Un cierre inmerecido para todos, actores principales y aficionados, tras un periodo de ¨¦xtasis. Sumidos en sus guerrillas cuartelarias, los rectores federativos nada han hecho hasta la fecha por rendir tributos a una generaci¨®n que dio un toque a la furia e hizo de Espa?a una selecci¨®n cenital, de otra ¨®rbita, seductora incluso para sus adversarios.
De la par¨¢lisis de la Roja, la espesura alemana y la mala gesti¨®n francesa se aprovech¨® Portugal para, por fin, lograr un entorchado. No lo hizo con brillantez, de la que carecieron todos sus oponentes, pero se las apa?¨® como nadie para encumbrarse incluso sin un plet¨®rico Cristiano, lesionado al inicio de la final y no siempre puntero en partidos anteriores. Como s¨ªntoma de una Eurocopa para no rebobinar, ganada por los lusos un poco a la griega, como en su desolaci¨®n local en 2004, el broche lo puso un gol en la pr¨®rroga de Eder, futbolista del pelot¨®n del que no se han vuelto a ver ni migas.
El mal f¨²tbol visto en Francia 2016 fue maquillado por el entusiasta atrezo de islandeses y norirlandeses. Por desgracia, no se pudo abortar una nueva plaga de hooligans, lacra que parec¨ªa desterrada desde hace a?os y que, de forma inopinada, tuvo rebrotes, especialmente entre los seguidores de pa¨ªses del Este, con los rusos a la cabeza.
Con el a?o a punto del cierre, para tragedia la del Chapecoense en su primer gran vuelo hacia la gloria. Un maldito destino para un club que se perpetuar¨¢ de por vida en los corazones de todos. Ojal¨¢ ya les entrene Johan.
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