Los adioses simult¨¢neos de Wiggins y el Tour de Qatar
La carrera del golfo anuncia que no se disputa el d¨ªa que Wiggins comunica por cuarta vez que cuelga la bicicleta
Los aficionados al ciclismo est¨¢n acostumbrados a no creerse nada que no supere la prueba del tiempo, diez a?os m¨¢s o menos desde que aparentemente ocurre. Son por eso, quiz¨¢s, la gente m¨¢s preparada para sobrevivir en el mundo de posverdad que todo lo invade, esa niebla en la que los hechos objetivos, como dicen los del diccionario de Oxford, importan menos que la emoci¨®n con la que los carguemos, lo que se quiere creer o la interpretaci¨®n con que se transmitan.
Bradley Wiggins, el ganador del Tour que no volvi¨® a correr la grande boucle despu¨¦s de su victoria, anunci¨® el mi¨¦rcoles por cuarta vez en su carrera que se retiraba del ciclismo. Lo hizo a trav¨¦s de su Instagram y el mundo acogi¨® la noticia como si no hubiera habido pasado. No as¨ª los aficionados, que a¨²n contin¨²an recabando informaci¨®n para ubicarlo definitivamente en su historia personal del ciclismo.
El mismo d¨ªa, apenas dos meses despu¨¦s de que la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) proclamara la posverdad de que el Mundial de ciclismo de Qatar hab¨ªa constituido, pese a la ausencia vistosa de aficionados en las cunetas, un paso decisivo para la absoluta globalizaci¨®n de su deporte, la propia UCI anunci¨® que el Tour de Qatar, la carrera m¨¢s veterana de la regi¨®n (se disputaba desde 2002 organizada por ASO, la empresa del Tour de Francia, y Eddy Merckx, dios), dejaba de disputarse por falta de patrocinadores. En la zona de los emiratos del golfo se continuar¨¢n corriendo, hasta que los emires se aburran, las ¨²ltimas carreras inventadas, las de Dubai, Om¨¢n y Abu Dabi. En ellas participar¨¢n los equipos profesionales de Bahr¨¦in (l¨ªder: Vincenzo Nibali) y Abu Dabi (Rui Costa), situados en lo m¨¢s alto del escalaf¨®n por jeques calculadores. El Mundial de ciclismo signific¨® el fin del ciclismo en el pa¨ªs que acoger¨¢ en 2019 el Mundial de atletismo y en 2022 el de f¨²tbol.
Wiggins corri¨® su ¨²ltimo Tour en 2012 y su ¨²ltimo, e inacabado, Giro en 2013. Desde entonces, la carretera fue secundaria en la carrera del cinco veces campe¨®n ol¨ªmpico (pista y contrarreloj), salvo por su participaci¨®n en la Par¨ªs-Roubaix en abril de 2015, el d¨ªa que anunci¨® por primera vez que dejaba el ciclismo profesional para concentrarse en el vel¨®dromo de los Juegos de R¨ªo 2016, su ¨²ltimo servicio a la bicicleta, anunci¨®.
El aliento que le portaba era tanto que le dio para disputar, en septiembre, una competici¨®n m¨¢s en carretera, la Vuelta a Gran Breta?a, sus ¨²ltimas pedaladas en asfalto, y, hasta el 20 de noviembre, otra en vel¨®dromo, los Seis D¨ªas de Gante, de arco¨ªris junto a su amigo Mark Cavendish. Pod¨ªa haber anunciado entonces su en¨¦sima retirada, en la ciudad en la que naci¨® en 1980, hijo de un pistard australiano que abandon¨® r¨¢pidamente a su madre, un lugar y un momento cargados de significado y de calor de la afici¨®n. Entonces, envuelto en entusiasmo, hasta dej¨® caer que seguir¨ªa dando vueltas a los vel¨®dromos a hasta los Juegos de Tokio. Un mes despu¨¦s, dio marcha atr¨¢s. Se despidi¨® por cuarta vez con un lejano mensaje en las redes, y una foto con todos los maillots, dorsales y medallas que han significado algo en su carrera.
Tour y r¨¦cord de la hora
Destacaban en la foto un cartel con cinco cifras, 54,526, su r¨¦cord de la hora a¨²n vigente, y el maillot amarillo y el trofeo del Tour del 12, las dos victorias que mejor simbolizan la tercera gran posverdad del ciclismo del momento, la revoluci¨®n cient¨ªfico t¨¦cnica que supuso el equipo Sky cuando lleg¨® al pelot¨®n en 2010.
En la foto no aparecen algunos elementos clave para su rendimiento: no hay ni una bici ni tampoco ninguna medicina. Estas ¨²ltimas debieron de ser tan importantes que es por ellas, por las revelaciones que unos hackers rusos hicieron al mundo sobre el uso de corticoides con permiso de las autoridades en momentos clave para perder peso aceleradamente y afinar su forma, por las que la prensa brit¨¢nica, la misma que se rindi¨® a sus pies en 2012, el a?o que la reina le nombr¨® Sir, y algunos parlamentarios de los Comunes empiezan a preguntarse si las sombras que crecen no les obligar¨¢ a redimensionar su figura y la del ciclismo.
Despu¨¦s de Wiggins y las dudas, Chris Froome, su heredero en el Tour (tres), en el Sky y en el Reino Unido, no ha sido ning¨²n a?o ni siquiera finalista en las votaciones para el reconocimiento de Deportista del A?o de la BBC.
Un fluimucil de 700 euros
En una farmacia francesa, una caja de sobres de fluimucil vale ocho euros. Al Sky, el fluimucil que, seg¨²n su responsable, David Brailsford, necesit¨® tomar urgentemente Wiggins el 12 de junio de 2011 para curar un catarro y fluidificar sus mocos le cost¨® 700 euros y cuatro d¨ªas en la vida de un recadero: un empleado de la federaci¨®n brit¨¢nica de ciclismo viaj¨® de Londres a Manchester, sede federativa, a por la medicina, volvi¨® a Londres, vol¨® a Ginebra, lleg¨® a los Alpes, donde corr¨ªa Wiggins la Dauphin¨¦, y entreg¨® el paquete a un m¨¦dico del equipo que inmediatamente se lo administr¨® al corredor.
Los parlamentarios brit¨¢nicos que investigan, y a los que Brailsford les habl¨® del fluimucil, no creen que sea necesario organizar tal traj¨ªn por una medicina inocua y de venta libre sin receta en toda Europa.La sombra sobre Wiggins y el Sky sigue creciendo.
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