Nadal minimiza a Baghdatis
Con servicio y derecha, el mallorqu¨ªn arrolla al chipriota (6-3, 6-1 y 6-3, en 2h 12m) y se cita en la tercera ronda del Open de Australia con el joven de mayor potencial en el circuito, el alem¨¢n Alexander Zverev
Mascullaba Marcos Baghdatis, un tipo que sabe bien de qu¨¦ va esto, el tenis, porque en realidad est¨¢ de vuelta y conoce bien los entresijos de este deporte. Resoplaba el chipriota y estallaba con un tremendo grito porque corr¨ªa y corr¨ªa, y probaba y probaba, porque exploraba una v¨ªa y otra, pero no hab¨ªa manera. No encontraba el hueco, o si lo hallaba el de enfrente le devolv¨ªa el recado todav¨ªa con m¨¢s ¨ªmpetu y acierto. Delante se top¨® con un front¨®n, un Rafael Nadal que escup¨ªa la pelota con plomo, dura-dura, angulada cuando correspond¨ªa y rectil¨ªnea si lo que demandaba el punto era una carrera y el tiro en paralelo, uno de esos latigazos marca de la casa.
Superada la medianoche en Melbourne, el espa?ol firm¨® otra victoria (6-3, 6-1 y 6-3, en 2h 12m) y accedi¨® a la tercera ronda, en la que le aguarda un cruce contra uno de los jugadores m¨¢s talentosos de la Next Gen, la nueva hornada, el alem¨¢n Alexander Zverev (6-2, 6-3 y 6-4 a Frances Tiafoe). Un joven tenista que con solo 19 a?itos ya brilla en el 24? pelda?o del ranking y que tiene, en boca de los especialistas y los propios profesionales, mucha pinta de futuro n¨²mero uno. No en vano, el curso pasado ya estuvo a punto de derrotar al propio Nadal en Indian Wells, y en su curr¨ªculo ya se pueden leer triunfos contra Roger Federer y Novak Djokovic. Mucho ojo con el chico, pues.
Promete ese pulso, porque el alem¨¢n es la esencia del tenis que viene, del nuevo molde que ya ha llegado en realidad, y porque a Nadal hac¨ªa tiempo que no se le ve¨ªa tan seguro. Al igual que en el estreno de hace un par de d¨ªas, ante Florian Mayer, el de Manacor dej¨® claro que est¨¢ hambriento, que quiere arrollar desde la primera bola, que el que est¨¦ al otro lado va a tener que ganarle, porque ¨¦l, a tenor de lo visto, no va a regalar absolutamente nada. La gesticulaci¨®n de Baghdatis dio fe de ello. El chipriota acab¨® con la cabeza gacha, frustrado, brazos en jarra; un exiguo 36% con segundos saques. No le dej¨® Nadal pr¨¢cticamente ni la migas.
A la que cog¨ªa una buena referencia de la pista, reventaba la pelota el espa?ol, otra vez poderoso con la derecha, el drive; hasta 28 puntos ganadores fabric¨® con su l¨¢tigo, de los 32 que totaliz¨®. Su expresividad tambi¨¦n dej¨® constancia de su apetito, de la autoexigencia. Si se le iba un pel¨ªn larga la bola o la frenaba la cinta (en contadas ocasiones), miraba al tendido y maldec¨ªa para sus adentros. Y, tras la red, Baghdatis le observaba como diciendo: Rafa, es solo una; ten un poquito m¨¢s de piedad conmigo. Pero Nadal, lo dicho, no est¨¢ a estas alturas para hacer la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n, no si quiere volver a ser quien era.
El chipriota acab¨® con la cabeza gacha, frustrado, brazos en jarra. No le dej¨® Nadal ni la migas
De momento, al menos, se parece un poquito m¨¢s a s¨ª mismo. Su mente vive ahora solo del presente, del d¨ªa a d¨ªa, del partido a partido, y en esta ocasi¨®n su finalidad era solo liquidar a Baghdatis. Este, top-10 all¨¢ por 2006, finalista en Melbourne ese mismo a?o, es un luchador nato, pero conforme fue recibiendo bofetadas fue volvi¨¦ndole la cara al partido y qued¨® minimizado. En el primer parcial ya encaj¨® un 5-1 r¨¢pidamente, y en el segundo la tendencia fue id¨¦ntica; en el tercero quiz¨¢ decreci¨® un punto la intensidad, porque el chipriota ya se sab¨ªa perdido. Nadal sigui¨® descomponi¨¦ndolo, con estacazos o bien forz¨¢ndole en los peloteos, con ritmo y cadencia. Con servicio (efectividad del 80%, cinco aces y un 72% de puntos con primeros).
As¨ª labr¨® la victoria el mallorqu¨ªn, quien ha superado con buena nota sus dos primeros compromisos en Melbourne. Y ahora, Zverev. Es decir, el chico que llama a la puerta con fuerza. El futuro. Un test de mayor dificultad, buena piedra de toque para evaluar la magnitud del progreso. ?Podr¨¢ el treinta?ero Nadal con el gran se?alado?
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