El Celta funde al Madrid
El equipo vigu¨¦s elimina al de Zidane tras un duelo muy copero, intenso, vibrante y emotivo, pero con m¨¢s arrebatos que buen juego
Un duelo tremendo, por vibrante y emotivo hasta el final, entroniz¨® a un encomiable Celta y dej¨® fundido al Madrid. Lo suyo no son las remontadas en campo ajeno, lo que solo ha conseguido en tres de las 15 veces en las que se ha sentido obligado en toda su vida. En Vigo no fue menos y lleg¨® el primer batacazo en un a?o con Zidane, al que no cabe responsabilizar de la ¨²ltima Liga, a la que se enganch¨® ya en marcha. En Bala¨ªdos no dio para m¨¢s. Hizo tiritar a su rival, pero le falt¨® juego y no le alcanz¨® con sus arrebatos.
Fue un duelo tan el¨¦ctrico como impreciso, necesitado de alguna camisa de fuerza. Un partido desatado. No se demor¨® el Madrid, a toda mecha desde el primer silbato, sin concederse un solo vaiv¨¦n ordinario de la pelota. Como si cada segundo menguara su destino, el equipo madrile?o no quiso conceder tregua a su rival. Mejor amedrentarle con el escudo desde el amanecer del choque. No hubo forma de que el Celta anestesiara a su adversario, atenazado por la grandeza de su posible obra. Ante el Madrid, ni en el calentamiento se sinti¨® seguro el cuadro vigu¨¦s, en vilo desde su do de pecho en Chamart¨ªn.
Se atrevi¨® Zidane con Casemiro de central junto a Ramos y Nacho, porque Danilo no tuvo riendas, para lo bueno y para lo malo. Decidido a sacudir el ¨¢rea celti?a, el partido, tan fren¨¦tico, apenas tuvo hilo para jugadores como Isco y Asensio. El Madrid empujaba m¨¢s que jugaba, suficiente para mantener destemplados a los de Berizzo, mejor dispuestos para bloquear, para la intendencia, que para mimar al bal¨®n, suerte que suele manejar con soltura.
Fue el Madrid el primero que casi saca provecho del toma y daca. Pero no son los d¨ªas de Cristiano, ya de por vida en la cofrad¨ªa de los goleadores m¨¢s fiables en la hidalga historia del Real. Poco antes de la media hora, un cabezazo suyo fue desviado por Sergio al larguero. El rechace le cay¨® al luso, pero su remate con la zurda se fue al poste izquierdo de la meta local. Doble infortunio. M¨¢s all¨¢ de su enfriamiento de estos tiempos, los duendes le han perdido de vista. Se redimi¨® a bal¨®n parado, con el empate de falta directa. Una acci¨®n tan mal defendida por la barricada celeste como por el portero Sergio, que vio llegar la pelota a la red por la zona que deb¨ªa blindar. El gol retrat¨® a un Madrid cuya mayor producci¨®n ofensiva lleg¨® en jugadas con la pelota detenida, como tambi¨¦n en la igualada de Lucas.
Tard¨® en despegar el Celta, m¨¢s proclive que nunca al f¨²tbol directo, sin tr¨¢nsito. M¨¢s atento a la corneta de Guidetti que al viol¨ªn de Iago Aspas, no ech¨® un ojo a Casilla hasta que Casemiro, en su puesto postizo, pifi¨® un despeje. Aspas se ceg¨® en su intento por asistir a Guidetti en vez de finalizar la jugada. El sueco, una tuneladora, tambi¨¦n la tuvo en una internada bien resuelta por Casilla. Preludio del tanto local cuando el Madrid ya estaba m¨¢s desordenado. Wass gan¨® un asalto a Nacho, con Ramos fuera de lugar. El pase del dan¨¦s lo remach¨® Guidetti contra el cuerpo del meta madridista, pero hubo carambola con Danilo. Definitivamente, el brasile?o est¨¢ gafado. Le ocurri¨® en Sevilla y en Vigo: con el Madrid, nadie se hab¨ªa marcado en Copa dos goles en casa propia.
El Madrid lleg¨® al empate con m¨¢s remangue que f¨²tbol, sin permitirse una pausa si quiera cuando tras la diana de CR le quedaba a¨²n media hora para al menos forzar la pr¨®rroga. Los de Zidane no encontraron un gu¨ªa. En realidad, no lo buscaron. Como s¨ªntoma, se fueron Isco y Asensio en favor de Lucas y Morata. La posible remontada a pies de la caballer¨ªa. Y con el Celta, sufriente, supeditado a alguna contra que le desahogara. Las tuvo, pero sin la finura suficiente para cerrar la eliminatoria hasta que irrumpi¨® Wass en el ataque m¨¢s coral y paciente del cuadro vigu¨¦s en toda la noche. Empat¨® Lucas y hubo intriga hasta el ¨²ltimo aire. Al final, tracas en Bala¨ªdos para festejar una jornada gloriosa para el club gallego. Y carb¨®n para el Madrid. La furia no siempre basta. Con lesiones, s¨ª, pero el f¨²tbol se ha convertido en el problema de este Madrid encapotado en la cuesta de enero, como en aquel inicio de 2015 que llev¨® como una losa Ancelotti.
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