El Jefecito no pasa una ante la Real
Mascherano ocupa la posici¨®n de Busquets y brilla en la fase defensiva, aunque no se complica en la ofensiva
Corri¨® hacia atr¨¢s con frenes¨ª para corregir la posici¨®n y evitar la contra que ya organizaba la sala de m¨¢quinas de la Real. Y logr¨® su cometido porque sis¨® el esf¨¦rico al rival a la vez que recibi¨® una patada de Willian Jos¨¦. Despu¨¦s, cuando le tendi¨® la mano, no se la neg¨® pero s¨ª que descart¨® la ch¨¢chara que le ofrec¨ªa el brasile?o (seguramente para pedirle perd¨®n) y puso la pelota de nuevo en juego. Mascherano no estaba para bromas ni para otra cosa que no fuese jugar. Anoche se encargaba de tejer f¨²tbol desde la medular y, sobre todo, de actuar de quitanieves ante las posibles embestidas de los txuri-urdin. ¡°No es f¨¢cil reemplazar a Busquets, es pr¨¢cticamente imposible¡±, dir¨ªa. Se sali¨® con la suya.
Desde que Pep Guardiola lo reconvirtiera a central, Mascherano no ha abandonado la posici¨®n m¨¢s que en ocasiones puntuales y como soluci¨®n de urgencia porque a Busquets nadie le tose. Un anhelo del que no se olvida El Jefecito, toda vez que cuando negoci¨® con el N¨¢poles de Ben¨ªtez e incluso con la Juventus este verano, incluy¨® como cl¨¢usula la exigencia de jugar en el centro del campo. Pero, entregado al Bar?a porque entiende que embellece el curr¨ªculo, en ambas ocasiones recul¨®.
Ocurre, sin embargo, que la erupci¨®n de Umtiti le ha arrinconado un tanto en la zaga, por lo que ahora, durante los partidos, es Piqu¨¦ y no Mascherano el confidente del t¨¦cnico a pie de c¨¦sped cuando el Bar?a festeja un gol.
Advirti¨® Luis Enrique que disfrutaba de muchas opciones para la posici¨®n de mediocentro, hu¨¦rfano de Busquets, con un esguince en el tobillo. Apunt¨® a Rakitic ¡ªbrill¨® ah¨ª ante el Eibar¡ª, Sergi Roberto, Denis Su¨¢rez y Andr¨¦ Gomes como candidatos, adem¨¢s de Mascherano, que no pisaba la zona desde diciembre de 2015 contra el Villanovense en la Copa, sin contar la selecci¨®n, donde ensalza la figura del 5 argentino.
Y tras dos encuentros en el banquillo, el 14 fue el timonel. En la salida del bal¨®n se ofreci¨® como receptor corto para Cillessen, que se empe?¨® en el zapatazo largo hasta que Luis Enrique le exigi¨® mirar a los lados antes que al frente. Y con la pelota en los pies, tir¨® por lo f¨¢cil, sin arriesgar pases y sin marcarse bailes, m¨¢s pendiente de dar ventaja al compa?ero y asegurar la posesi¨®n que de buscar descontar l¨ªneas rivales. M¨¢s horizontal que vertical ¡ª¡°Sab¨ªamos que la Real presionar¨ªa muy arriba, quer¨ªamos evitar p¨¦rdidas peligrosas¡±, concedi¨® despu¨¦s¡ª. Los n¨²meros tambi¨¦n lo explicaron: dio 41 pases y 36 fueron buenos (88% de acierto).
Pero Mascherano, sobre todo, se recalc¨® en la fase defensiva. Bien en el acoso adelantado; bien en la recuperaci¨®n en campo propio. Pareci¨® tener el mediocentro el don de la ubicuidad, siempre en su sitio y todo un cortafuego para la Real, que fue incapaz de sacar la pelota desde la ra¨ªz (el 14 se anticipaba) y de lanzar las contras (el 14 se correg¨ªa a tiempo), de expresarse en definitiva en ataque. Por eso fue el l¨ªder en las recuperaciones, con 13 robos de bal¨®n, cuatro m¨¢s que Umtiti, el segundo en la estad¨ªstica. Fall¨®, sin embargo, en la ¨²nica ocasi¨®n que actu¨® de central, cuando sacaba la pelota el Bar?a y ¨¦l estaba entre los zagueros, m¨¢s preocupado en recuperar su puesto de eje que de la ruptura de Juanmi, que le cogi¨® la espalda y marc¨® ante Cillessen. Pudo ser tambi¨¦n un tir¨®n en el isquiotibial porque poco despu¨¦s fue relevado por Rakitic y se puso hielo en la zona. ¡°Una peque?a molestia, sent¨ª un poco de fatiga, pero nada serio¡±, confes¨®. Fue una tara, en cualquier caso, que no import¨®, porque el Bar?a pas¨® la eliminatoria. Y Mascherano pas¨® la prueba.
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