Europa busca borrar los r¨¦cords de atletismo dudosos por dopaje
La federaci¨®n crea un grupo de trabajo que decidir¨¢ qu¨¦ plusmarcas continentales no se sostienen: 30 de las 43 despiertan interrogantes
Seg¨²n el ritmo que marcan las revelaciones peri¨®dicas de esc¨¢ndalos de dopaje, los dirigentes del atletismo mundial y los aficionados se preguntan por el valor de los r¨¦cords establecidos por atletas cuyos pedigr¨ª, crianza, maduraci¨®n y circunstancias hist¨®ricas son sospechosos porque s¨ª. Y la excepcionalidad de muchas de sus marcas, intocables desde hace d¨¦cadas, no contribuyen a la credibilidad. El ¨²ltimo gran terremoto, las revelaciones del informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) sobre el dopaje de Estado en Rusia, ha dado motivo a la federaci¨®n europea de atletismo (EAA) para organizar un grupo de trabajo que examinar¨¢ la credibilidad de los r¨¦cords europeos.
Los resultados oficiales de sus investigaciones se conocer¨¢n en septiembre, pero comparando el historial de los r¨¦cords con el de los avances de la lucha contra el dopaje se podr¨ªa anticipar algunas de sus conclusiones
De los 43 r¨¦cords europeos en distancias y pruebas ol¨ªmpicas (22 masculinos y 21 femeninos), solo 13, menos de la tercera parte, cumple para que con buena voluntad se les pueda considerar registros cre¨ªbles.
El mismo n¨²mero, 13, casi la tercera parte, fueron conseguidos por atletas del Este en la d¨¦cada de los 80 del siglo pasado. Aunque los laboratorios ya detectaban los anabolizantes, el dopaje de la fuerza y la velocidad, la falta de controles fuera de competici¨®n permit¨ªa a los deportistas calcular la eliminaci¨®n de las sustancias para llegar limpios a las competiciones, como detallan documentos de la Stasi sobre el dopaje de Estado en la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania.
As¨ª, se podr¨ªan considerar incre¨ªbles el r¨¦cord de 400m del alem¨¢n oriental Thomas Sch?nlebe (44,33s en 1987); los 8,86m en longitud del armenio, entonces, en 1987, sovi¨¦tico, Robert Emmyan, y las marcas intocables a nivel mundial desde hace 30 a?os, pese al progreso en los entrenamientos, en la tecnolog¨ªa y en los conocimientos fisiol¨®gicos, de los lanzadores alemanes orientales Timmermann (23,06m en peso) y Schult (74,08m en disco) y el ruso Sedykh en martillo (86,74m).
El gran s¨ªmbolo de los r¨¦cords imposibles e inaccesibles son los 47,60s en que la alemana oriental Marita Koch corri¨® los 400m, r¨¦cord mundial desde 1985 y, seg¨²n todos los especialistas, para siempre. Junto a ella, de su ¨¦poca, de su ¨¢mbito geogr¨¢fico y cultural, perviven cinco r¨¦cords mundiales y europeos y uno europeo. Son nombres (Kratochvilova, Kazankina, Donkova, Kostadinova, Chistyakova, Lisovskaya y Reinsch) que los sabios de la EAA seguramente borrar¨¢n como a punto estuvo de hacerlo la IAAF cuando el cambio de siglo le hizo reflexionar sobre la posibilidad de comenzar el siglo XXI a cero, borrando de sus tablas todos los r¨¦cords anteriores a 2001.
De los registros femeninos habr¨ªan desaparecido seguramente tambi¨¦n los r¨¦cords de triple salto (15,50m de la rusa Kravets en 1995) y de 3.000m obst¨¢culos (8m 58,81s de su compatriota Galkina en 2008) si ambas pruebas no hubieran sido aceptadas en el programa ol¨ªmpico en la d¨¦cada de los 90 y en la primera del siglo XXI, respectivamente.
Solo cuatro de los 21 r¨¦cords femeninos obtendr¨ªan un sem¨¢foro verde. Una ser¨ªa los 100m de la francesa Arron (10,73s en 1998). Las restantes tres, el martillo de la polaca Wlodarczyk, la jabalina de la checa Spotakova y el heptatl¨®n de la sueca Kl¨¹ft, son marcas no tan imposibles y conseguidas en la ¨²ltima d¨¦cada, con m¨¢s eficaz lucha antidopaje.
Las dudas sobre el r¨¦cord de p¨¦rtiga de Isinbayeva (5,06m en 2009) nacen de su condici¨®n de rusa, lo que, dado lo que se conoce del pa¨ªs de Putin en los ¨²ltimos a?os, y la tradici¨®n que marca su cultura del rendimiento, la convierten en tan sospechosa como a su compatriota vallista Pechonkina. Tampoco pasan la prueba la turca de origen et¨ªope Abeylegesse, plusmarquista de los 10.000m y las rusa Shobukhova (5.000m) y Lashmanova (20km marcha): ambas dieron positivo despu¨¦s.
Los especialistas dudan de Schippers (21,63s en 200m, m¨¢s r¨¢pida que las dopadas del Este) por la excepcionalidad de la marca y las caracter¨ªsticas fisiol¨®gicas y t¨¦cnicas de la holandesa. A Paula Radcliffe, plusmarquista de marat¨®n y declarada cruzada contra el dopaje, le penaliza lo excepcional de su marca (2h 15m 25s), tambi¨¦n r¨¦cord del mundo y fuera del alcance hasta de las especialistas kenianas y et¨ªopes. Radcliffe posee las tres mejores marcas de la historia. La cuarta, la keniana Keitany, est¨¢ a m¨¢s de tres minutos de la inglesa.
El belga Mourhit dio positivo poco despu¨¦s de batir el r¨¦cord de los 5.000m el a?o 2000, lo que invalida su marca. Los 9,86s del portugu¨¦s Obikwelu son dudosos por su implicaci¨®n en la Operaci¨®n Galgo y la confesi¨®n de su entrenador, Manuel Pascua, a la guardia civil que le convert¨ªa en usuario de parches de testosterona. El franc¨¦s Zwierzchlewski fue detenido por la polic¨ªa en una operaci¨®n antidopaje poco despu¨¦s de su r¨¦cord de marat¨®n. Y a los checos Zelezny y Sebrle, plusmarquistas de jabalina y decatl¨®n, respectivamente, les penaliza su nacionalidad, las costumbres atl¨¦ticas que a¨²n perviv¨ªan hace una veintena de a?os, cuando consiguieron sus registros.
Los brumosos casos de Mo Farah y Patrick Sj?berg
Los t¨¦cnicos con edad y memoria no creen en la absoluta limpieza del sueco Patrick Sj?berg, plusmarquista europeo de salto de altura (2,42m) desde hace 30 a?os. Recuerdan tanto su atractivo ¨¦lfico, su elegancia, como sus tratos con el grupo de saltadores alemanes de su ¨¦poca. Con Mogenburg y Thranhardt, fundamentalmente, entrenados por el yugoslavo Dragan Tancic, Sj?berg acostumbraba a someterse a extra?os tratamientos de recuperaci¨®n con las llamadas c¨¦lulas sat¨¦lite (precursoras de las fibras musculares) en la Universidad de Friburgo.
El brit¨¢nico Mo Farah es el s¨ªmbolo m¨¢s poderoso del actual atletismo europeo. Cu¨¢druple campe¨®n ol¨ªmpico de 5.000m y 10.000m, Farah es capaz de correr los 1.500m en menos de 3m 30s (3m 28,81s), los 10.000m en menos de 27m (26m 36,57s es su plusmarca) y el medio marat¨®n en menos de una hora (59m 32s). Todas sus glorias, sin embargo, quedaron en entredicho cuando el verano pasado se neg¨® a aclarar sus verdaderas relaciones con el t¨¦cnico Jama Aden, detenido en Sabadell, donde Farah acostumbraba a visitarle, en una operaci¨®n de los Mossos contra el dopaje.
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