La F¨®rmula 1 pasa de la hamaca al potro de tortura
Los nuevos monoplazas, cuatro segundos m¨¢s r¨¢pidos, volver¨¢n a llevar al l¨ªmite el f¨ªsico de los pilotos
N¨¢useas, mareo y desorientaci¨®n. El 20 de marzo de 2005, en su cruzada por el primer t¨ªtulo mundial de F¨®rmula 1 de su palmar¨¦s, Fernando Alonso estuvo a punto de desmayarse al bajarse de su Renault R25 en el circuito de Sepang, en Malasia, donde aquel domingo a las cuatro de la tarde la temperatura ambiente superaba los 32?C y la humedad, el 90%. El espa?ol, que por aquel entonces era un b¨²falo de 23 a?os en su plenitud f¨ªsica, a duras penas tuvo aliento para llegar a la meta despu¨¦s de 56 vueltas (gan¨®). Aquella imagen de un Alonso medio grogui se da de frente con la frescura en el gesto del asturiano tras disputar ese mismo gran premio los tres ¨²ltimos a?os. ¡°Esta F-1 es mucho menos exigente. Recuerdo ir a Malasia y tener una preparaci¨®n muy espec¨ªfica para llegar all¨ª, y desde el s¨¢bado hac¨ªamos muchas cosas rara para estar hidratado, con un programa de entrenamiento espec¨ªfico. Ahora, sin embargo, a veces no quiero ni el sistema para beber agua porque apenas sudo, as¨ª que no hace falta¡±, reconoc¨ªa el ovetense en 2014.
Para entender ese contraste lo mejor es echarle un vistazo al cron¨®metro, que refleja el aumento en el tiempo por vuelta paralelo al empeque?ecimiento paulatino de los motores de los b¨®lidos. En aquella carrera de 2005, la vuelta r¨¢pida se la adjudic¨® Kimi Raikkonen con un tiempo de 1m 35,4 segundos, ocho segundos menos que, la que registr¨® Lewis Hamilton en la edici¨®n de 2014, la primera tras la introducci¨®n en la F¨®rmula 1 de los motores h¨ªbridos. Kimi hizo su tiempo con un McLaren-Mercedes que incorporaba un propulsor V10 de 3.000cc, mientras que el de Hamilton era un V6 de 1.600cc.
Esa tendencia, combinada con la complejidad de manejo de los monoplazas de ¨²ltima generaci¨®n, convirti¨® la F-1 en una disciplina cada vez m¨¢s pr¨®xima a un videojuego y la alej¨® del exigente deporte extremo que siempre fue. Sin embargo, eso va a cambiar este curso a partir de la en¨¦sima sacudida que se aplicar¨¢ al reglamento t¨¦cnico y que har¨¢ que los prototipos sean una media de cuatro segundos m¨¢s r¨¢pidos por vuelta, seg¨²n apuntan la mayor¨ªa de escuder¨ªas.
¡°Si te fijas en lo que marcan las pantallas te dar¨¢s cuenta de que el tiempo por vuelta es m¨¢s lento que el de a?os atr¨¢s, y eso hace que conducir no sea tan duro. Malasia es la carrera m¨¢s dura del a?o y esta vez ha sido una de las m¨¢s f¨¢ciles que recuerdo a nivel f¨ªsico¡±. Esta frase la dijo Michael Schumacher en una entrevista a este peri¨®dico en mayo de 2011, un a?o despu¨¦s de haber vuelto a correr. Desde entonces, los registros fueron aumentando, pero todo apunta a que con el nuevo reglamento, esta inercia se va a invertir.
Este invierno, la parrilla al completo se est¨¢ machacando m¨¢s que nunca en su preparaci¨®n para encajar de la forma menos traum¨¢tica posible los primeros ensayos de pretemporada que se llevar¨¢n a cabo en Montmel¨® a finales de febrero, y para lograrlo han tenido que dar un volantazo y variar su m¨¦todo. Alonso, por ejemplo, se decant¨® por el denominado entrenamiento funcional, una tipolog¨ªa que emplea el propio peso del deportista y que con ayuda de algunos elementos como cintas (TRX), favorece el fortalecimiento muscular y previene de ciertas lesiones. Ni ¨¦l, ni Hamilton ni Vettel deber¨ªan tener mayores problemas para adaptarse puesto que ya saben, por ejemplo, qu¨¦ impacto tiene en el cuello una fuerza lateral de cinco G. Eso significa, que si ponemos por caso que la cabeza de un piloto pesa siete kilos, su cuello deber¨¢ sostener el equivalente a cinco veces su peso (35 kilos). La duda est¨¢ en saber c¨®mo lo tolerar¨¢n los m¨¢s j¨®venes como Max Verstappen y especialmente Lance Stroll, un debutante de 18 a?os a quien su padre, uno de las grandes fortunas de Canad¨¢, compr¨® un asiento en Williams.
¡°Hasta ahora ten¨ªamos que estar en forma, muy preparados a la vez que delgados. Yo, por ejemplo, que mido 1,78 metros, el a?o pasado pesaba 66 kilos y este podr¨ªa llegar a los 70 kilos. Eso supone ganar cuatro kilos de m¨²sculo¡±, explica Carlos Sainz, que en esta pretemporada se vio obligado a cambiar su rutina de entrenamiento para adaptarse al nuevo escenario. ¡°Ha sido el invierno m¨¢s duro de mi vida¡±, remarca, mientras explica en qu¨¦ ha consistido ese cambio. ¡°Es m¨¢s duro que el CrossFit. Combino sesiones de dos horas (lo que dura de media una carrera) en las que mantenemos el nivel de pulsaciones por minuto a 180 por minuto, con el karting, que es lo m¨¢s parecido que hay a llevar un f¨®rmula 1. Lo que pasa es que hemos dise?ado un casco que lleva unos lastres y que hacen que su peso, que normalmente ronda los 1,5 kilos, pase a ser de unos tres kilos. As¨ª trabajo el cuello a la vez que conduzco¡±, relata Sainz, que como todos los corredores que compiten bajo el paraguas de Red Bull, se pone a punto con un entrenador de la escuela de Aki Hintsa, el gur¨² finland¨¦s de la preparaci¨®n que falleci¨® hace solo unos meses. Uno de sus disc¨ªpulos m¨¢s adelantados es Stuart Smith, quien se encarga de Daniel Ricciardo.
¡°La preparaci¨®n esta vez ser¨¢ mucho m¨¢s importante que hasta ahora. Sobre todo habr¨¢ que ganar fuerza, porque los coches provocar¨¢n m¨¢s fuerzas que los pilotos deber¨¢n soportar. B¨¢sicamente se ha trabajado en la musculatura y su resistencia, pero intentando ganar el menor peso posible¡±, explica Smith a este diario. ¡°Es vital trabajar toda la zona del cuello, pero tambi¨¦n los abdominales y la parte baja de la espalda¡±, zanja el australiano.
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