Inglaterra no tiene techo

Ni el aura de Cardiff arrebata la sonrisa a la Inglaterra de Eddie Jones, que suma su decimosexta victoria seguida en el cementerio de tantos equipos ingleses. Ante los recuerdos ¡ªel 30-3 de 2013 o los 28 a?os seguidos sin victorias¡ª Jones atrajo los focos. Dijo no entender qu¨¦ demonios ten¨ªa de especial Cardiff y pas¨® de no importarle si el techo estaba o no abierto ¡ªse cerr¨® en 2013 y la atmosfera sobrepas¨® a los ingleses¡ª para decir a ¨²ltima hora que quer¨ªa ver las estrellas. Mientras, sus pupilos, lejos de dominar los encuentros, saben resolver cualquier crucigrama. As¨ª remontaron en el ¨²ltimo suspiro un encuentro orgulloso que pareci¨® escap¨¢rseles. Con el cielo como espectador, el Seis Naciones sigue su dictado.

Al m¨¢s puro estilo del norte, Inglaterra y Gales priorizaron el territorio sobre la velocidad y la plasticidad. Gloria al breakdown y al juego de fronteras, a arrancar el oval y pescarlo entre decenas de botas afiladas, a leer la siguiente jugada y enganchar un placaje kilom¨¦trico. Ah¨ª, en la imprescindible tercera, se enfrentaban los gigantes Warburton y Tipuric ante tres ingleses que sumaban cuatro internacionalidades. Se not¨®.

Pareci¨® empezar bien Gales: posesi¨®n sin riesgos en campo contrario y golpe de castigo pl¨¢cido para Halfpenny en apenas 90 segundos. Ser¨ªa la excepci¨®n a un arranque dominante para el XV de la Rosa, propietario del bal¨®n durante el 75% de los 20 minutos iniciales. Gales se encontr¨® en su retaguardia, sin disciplina ¡ªcometi¨® en 12 minutos casi los mismos golpes que el domingo en Roma¡ª pero con resistencia. Aguantaron cuanto pudieron, robando balones con mucho m¨¦rito, pero terminaron claudicando. En un ataque tan eterno como limpio, con 26 fases, Ben Youngs firm¨® una jugada de enga?o saltando en el agrupamiento mientras los galeses estaban m¨¢s pendiente de a qui¨¦n pasar¨ªa el bal¨®n.

Toda una afrenta para el XV del Drag¨®n, que se lanz¨® sediento a campo rival. La f¨®rmula de percutir, apreciar cada micra de terreno y forzar el error rival les funcionaba. Inglaterra no acertaba a embolsar una patada alta y 10 segundos despu¨¦s ten¨ªa que deshacerse del bal¨®n en su guarida. Recortaba distancias Gales con otro golpe de Halfpenny mientras su delantera engrasaba acometidas.

Negados por dos veces cuando ol¨ªan la marca, fueron tenaces los galeses y encontraron premio en la improvisada pizarra de Rhys Webb. El 9, que intent¨® sin ¨¦xito emular la jugada de pillo de su par ingl¨¦s, susurr¨® al o¨ªdo de Liam Williams c¨®mo deb¨ªan salir de la mel¨¦. Scott Williams romper¨ªa por el centro para recibir el bal¨®n. Scott cabalgar¨ªa con las manos vac¨ªas para que Liam se encontrase una autopista sin tr¨¢fico rumbo al ensayo. Y as¨ª se march¨® al intermedio Gales, con un hilo de sangre ya seca en el rostro de Rob Evans, feliz entre trincheras.

Exigida por el marcador, Inglaterra segu¨ªa a contracorriente. Recort¨® distancias con un golpe de Farrell pero Halfpenny devolvi¨® el colch¨®n de cinco puntos. En otro ataque de 20 fases, Youngs err¨® con un pase horizontal telegrafiado e interceptado por Biggar, que no tuvo la velocidad para desbordar a Daily y hacerse el campo entero. Quiz¨¢s por eso asegur¨® despu¨¦s el XV de la Rosa, que decidi¨® remontar en dos tiempos y canje¨® por puntos un golpe propicio para Farrell.

La clave de la magn¨ªfica racha inglesa es su versatilidad para resolver circunstancias muy distintas. Ayud¨® la p¨¦rdida de Cuthbert, en juego por la baja de North a ¨²ltima hora, cuando Gales quer¨ªa dormir el juego en campo ingl¨¦s. Como hicieran ante Francia, Care y Te¡¯o subieron las revoluciones y los locales sudaban en su zona de marca, sacando las garras y pateando al infinito mientras el reloj se tornaba insoportablemente lento. Una de esas patadas se qued¨® en el campo y Daily tir¨® de la misma punta de velocidad con la que hab¨ªa frustrado a Biggar para enfilar el costado y mancillar con un brillante contragolpe la zona de marca galesa a falta de tres minutos. El XV de la Rosa tambi¨¦n sobrevive al otro lado de Severn, el puente hacia tantos horrores pasados.