Francia desfonda a Escocia

Dos jornadas en el Seis Naciones y un candidato al Grand Slam. Cay¨® por agotamiento la peligrosa Escocia en Par¨ªs y solo Inglaterra tiene a su alcance el pleno de victorias. Con todas las aristas de su reconstrucci¨®n, Francia tiene la grandeza en el escudo. Por eso la Escocia m¨¢s prometedora en a?os se march¨® con las manos vac¨ªas de la guarida gala, donde no gana desde 1999 ¨Cel ¨²ltimo Cinco Naciones-. Toda la chispa ofensiva que le falta al XV del Gallo le sobra en contundencia. Su delantera se adue?¨® del juego y enjaul¨® a un rival que resisti¨® tras la lesi¨®n de su capit¨¢n pero apenas tuvo espacio para despegar.

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Francia buscaba la previsibilidad, cocinar al rival con su delantera, su gran satisfacci¨®n en la apurada derrota en Twickenham. La primera mel¨¦, con introducci¨®n escocesa, acab¨® en un suspiro en un golpe de castigo para los locales. Mal s¨ªntoma para Escocia, necesitada de lo inesperado. Y as¨ª lo integra en su esquema. Es un equipo que cree posible la intercepci¨®n en cada pase a campo abierto.

Ya fuera por virtud o responsabilidad, Francia inclin¨® el territorio. Sin fogonazos, su trasera movi¨® el bal¨®n con fiabilidad y abri¨® canales para su tercera, comandada por un Louis Picamoles que hace valer cada zancada. Conseguida la solidez, al XV del Gallo le falta veneno en los metros finales; demasiadas indisciplinas y manos blandas, aunque la circulaci¨®n mejora con un Baptiste Serin con hechuras de gran jugador. No le pudo la responsabilidad de la biso?ez para orquestar con paciencia el ensayo galo. Gael Fickou, el centro encargado de la creaci¨®n tras la lesi¨®n de Wesley Fofana, encontr¨® un hueco en la banda ante unos contemplativos Maitland y Hogg. Camile L¨®pez sacaba pecho tras canjear entre palos una transformaci¨®n exigente y Francia parec¨ªa separarse (13-5).

La primera parte fue un ejercicio de supervivencia para Escocia, que imit¨® la f¨®rmula en su victoria ante Irlanda y sac¨® r¨¦ditos en casi todas las internadas rese?ables. Apenas mand¨® dos minutos en el marcador tras el ensayo de Hogg, su tercera marca del torneo aprovechando la superioridad en el costado. La patada posterior de Greig Laidlaw, que se estrell¨® en el travesa?o, le sirvi¨® de premonici¨®n al capit¨¢n, que pasada la media hora ya ve¨ªa el partido sentado en la banda con muletas para cuidarse el tobillo. La primera aportaci¨®n de su recambio, Alistair Price, fue un empuj¨®n con el juego parado a L¨®pez. Y aun as¨ª, se fueron a vestuarios a dos puntos.

No le falt¨® confianza al XV del Cardo, que complet¨® su remontada en los primeros compases del segundo acto en una patada a seguir del ala Tommy Seymour cuyo bote no supo leer el zaguero galo, Scott Spedding. Seymour se reencontr¨® con el oval y Tim Swinson pos¨® a placer. La alegr¨ªa fue incompleta y ef¨ªmera para Escocia porque Russell fall¨® estrepitosamente la transformaci¨®n ¨Ccoloc¨® mal el bal¨®n y se le escurri¨® bajo palos- y Francia nivel¨® con otro golpe.

Ni Hogg ni Spedding, los ca?oneros para patadas de larga distancia, pudieron romper las tablas. En un final tenso, Francia decant¨® la balanza con sus delanteros ¨Ctambi¨¦n los suplentes-y ganaba cada pulso de potencia. As¨ª se plant¨® en campo rival y rechaz¨® por dos veces un tiro c¨®modo a palos para buscar el ensayo. No hubo premio y Picamoles aprendi¨® del error. El siguiente golpe escoc¨¦s, por retenci¨®n, lo asegur¨® L¨®pez a palos y puso a Francia por delante a falta de ocho minutos.

Escocia estaba a tres puntos, pero el lastre que arrastraba en la mel¨¦ exig¨ªa un milagro. Antes de pensar siquiera en percutir la retaguardia rival, encajaron tres tantos m¨¢s por la misma receta: hundir mel¨¦, derribar maul. Aun as¨ª, el ensayo convertido salvaba a los escoceses, que pudieron so?ar con lo imposible en una patada imprudente de Nakaitaci que le cay¨® con espacio a Hogg. Aceler¨® el zaguero y quebr¨® dos placajes, pero no encontr¨® apoyos y Huget le arranc¨® el oval de las manos. A Francia solo le quedaba gastar el reloj en los ¨²ltimos 90 segundos, como el futbolista que ara?a el minutero junto al c¨®rner. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, al XV del Cardo solo le espera el desamor en Par¨ªs.