As¨ª se forj¨® la ola de t¨¦cnicos argentinos que coloniza el panorama futbol¨ªstico

La clasificaci¨®n del Alav¨¦s para disputar la final de Copa del Rey por primera vez en su historia coincide con la presencia de Mauricio Pellegrino en el banquillo de Mendizorroza y con una suerte de eclosi¨®n de entrenadores argentinos que se refleja especialmente en Espa?a.

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Entrevista a Diego Pablo Simeone

Entrevista a Mauricio Pellegrino

¡°Si hay algo que nos diferencia¡±, observa Pellegrino, ¡°es que para nosotros el f¨²tbol, desde un punto de vista cultural, es algo muy fuerte. Desde el patio del colegio. Recuerdo que con ocho a?os jug¨¢bamos un partido a muerte en los diez minutos que duraba el recreo. ?Volv¨ªamos a clase desfigurados! El desprecio social que sientes cuando pierdes te hace pensar que perder est¨¢ muy mal. El que no triunfa no es nadie. En Argentina perder es un drama, y ganar est¨¢ bien solo porque implica que no has perdido. Importa m¨¢s no perder que ganar. Esto es una diferencia cultural, que no s¨¦ si es positiva o negativa, pero que nos hace competitivos. La otra es que nos adaptamos a todas las circunstancias¡±.

¡°En nuestro pa¨ªs no tenemos grandes infraestructuras¡±, lamenta. ¡°La mayor¨ªa sentimos que el f¨²tbol es un camino de crecimiento en la vida. Esa adaptaci¨®n al medio es distintiva. La competencia entre nosotros es tan dura que nos basta con encontrar un poco de respeto para adaptarnos. A cualquier pa¨ªs que vayas encontrar¨¢s varios argentinos trabajando. Estamos en Estados Unidos, en M¨¦xico, en Centroam¨¦rica, en las selecciones de Per¨², Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile... Brasil es uno de los pocos pa¨ªses en los que no hemos estado apenas, y lo mismo pasa con Portugal¡±.

Las metodolog¨ªas, los estilos y los gustos difieren. Pero las trayectorias de Pellegrino en el Alav¨¦s, Simeone en el Atl¨¦tico, Berizzo en el Celta y Sampaoli en el Sevilla, tienen un punto en com¨²n. Ninguno de sus equipos pasa inadvertido, ni en Champions, ni en Liga, ni en Copa. Santiago Solari, entrenador del Castilla, observa que existe una combinaci¨®n muy productiva cuando se mezcla la obsesi¨®n por el juego que alientan sus paisanos y la formaci¨®n acad¨¦mica espa?ola: ¡°La ense?anza que ofrece la escuela de la federaci¨®n es excelente¡±.

¡°La competencia entre nosotros es tan dura que nos adaptamos a todo¡±

Solari, como Pellegrino, como Mauricio Pochettino, t¨¦cnico del Tottenham, o como Eduardo Berizzo, entrenador del Celta, estudiaron bajo la supervisi¨®n de la escuela de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol. Su director, Gin¨¦s Mel¨¦ndez, habla orgulloso de sus promociones: ¡°Desde que lleg¨® el presidente Villar en la federaci¨®n se han formado 10.000 t¨¦cnicos de m¨¢ximo nivel¡±.

Ense?ar a ense?ar

¡°Aparte de la gran formaci¨®n espa?ola, en el caso de los argentinos se une su gran personalidad¡±, dice Mel¨¦ndez. ¡°Son hombres con mucho conocimiento del f¨²tbol y mucho car¨¢cter. De los alumnos argentinos que he tenido, Pochettino ha sido el mejor con diferencia: con una manera de expresarse, de trabajar en las pr¨¢cticas¡­ ?Eso se ve¨ªa! Ahora tengo a Fernando Redondo y me parece que va por el mismo camino. Yo a Redondo no le voy a ense?ar a golpear un bal¨®n con el interior pero s¨ª le puedo ense?ar c¨®mo tiene que ense?arlo ¨¦l¡±.

Simeone y Sampaoli, que obtuvieron sus t¨ªtulos en Argentina, tambi¨¦n dan fe de una buena preparaci¨®n. El responsable acad¨¦mico de los cursos de la Asociaci¨®n de T¨¦cnicos del F¨²tbol Argentino (ATFA), Enrique Borrelli, habla de una edad dorada: ¡°Las escuelas de entrenadores en Argentina se han modernizado y estamos a la cabeza mundial con respecto a la educaci¨®n. Luego sucede algo importante: en Argentina, salvo en casos excepcionales, los clubes tienen problemas de infraestructura, de log¨ªstica y de organizaci¨®n. Esto hace que cuando lleguen a lugares organizados tengan un plus. Creo que es el mejor momento que estamos viviendo los argentinos en el mundo¡±.

¡°Mi formaci¨®n es espa?ola. Cuando entren¨¦ en mi pa¨ªs me dec¨ªan ¡®espa?ol¡±

Pellegrino reflexiona con nostalgia de las contradicciones que determinan su identidad. ¡°Empec¨¦ a hacer el curso de entrenador en 1999 cuando estaba en Valencia¡±, dice. ¡°Durante toda mi carrera siempre fui tratando de formarme por curiosidad. Empec¨¦ en L¡¯Eliana, en el f¨²tbol base del Valencia, y toda mi formaci¨®n acad¨¦mica fue espa?ola. Pero por temperamento me siento m¨¢s argentino. Ahora, claro, cuando fui a Argentina y empec¨¦ a jugar con 4-2-3-1, all¨ª era algo que no muchos equipos empleaban. Me dec¨ªan ¡°espa?ol¡±. Fue algo que me lastimaba mucho. Cuando pasas mucho tiempo fuera te conviertes en extranjero en tu tierra y aqu¨ª tambi¨¦n. Eso es algo doloroso¡±.