El Bar?a se aferra a su suerte de la mano de Tomic

El Barcelona se ha convertido en un equipo intermitente, imprevisible, capaz de aunar lo mejor y lo peor en un mismo partido, en un abrir y cerrar de ojos. Lo demostr¨® en Mil¨¢n, en un duelo donde parec¨ªa ir camino del desastre, luego de resolverlo como un cicl¨®n y en el que acab¨® sufriendo a pesar de la renta que lleg¨® a acumular (59-74). As¨ª es este Bar?a, desconcertante. Al fin y al cabo, de una manera u otra, gan¨® al colista, un rival igualmente extra?o, que acaba de ganar la Copa de Italia, pero que en algunos minutos pareci¨® una caricatura. El Barcelona sue?a todav¨ªa con una clasificaci¨®n para la que deber¨ªa completar una recta final de ensue?o. En Mil¨¢n dio un primer paso, obtuvo una victoria fuera de casa, algo que en la Euroliga no consegu¨ªa desde el 2 de noviembre en la cancha del Maccabi.

Tomic, con 19 puntos y nueve rebotes, Koponen y Vezenkov hicieron caja una vez que su equipo corrigi¨® el despilfarro de las p¨¦rdidas de bal¨®n ¡ª13 en la primera parte, cinco en la segunda¡ª y defendi¨® con una m¨ªnima intensidad en un partido que no se distingui¨® precisamente por la batalla f¨ªsica.

El inicio del Barcelona volvi¨® a desesperar a su entrenador Georgios Bartzokas. Su equipo, con todos los atenuantes que se quiera, con las bajas de Navarro, Perperoglou, Doellman y compa?¨ªa, volvi¨® a demostrar su inconsistencia, sus bajones, su asombrosa manera de perder balones. Por momentos es capaz de enlazar dos, tres, cuatro minutos, no mucho m¨¢s, con firmeza defensiva y buenos porcentajes. En Mil¨¢n, sus momentos lucidos se repitieron m¨¢s que otras veces. El partido invitaba a que los jugadores se expresaran en ataque. El Armani Mil¨¢n es el equipo que m¨¢s puntos recibe en la Euroliga, con diferencia. El estilo de sus p¨ªvots, los serbios Raduljica y Macvan, no responde a su feroz pinta.

El Barcelona empez¨® estiloso. Tomic se comi¨® a Raduljica y anot¨® 13 puntos en nueve minutos. Koponen entr¨® en el partido como una exhalaci¨®n. Y todo y as¨ª, el parcial del primer asalto fue de empate a 22. El motivo esencial es que Rice tard¨® en arrancar y el Barcelona perdi¨® tantos balones, de manera tan incomprensible, que la escuadra italiana, con los triples de Fontecchio y compa?¨ªa y la soltura de Kalnietis al tim¨®n, aceler¨® y se situ¨® con 15 puntos de renta (45-30).

El desastre se cern¨ªa de nuevo sobre el Barcelona, con el agravante de que el Mil¨¢n no impresionaba especialmente. Tras el descanso, Rice tom¨® el mando de las operaciones y le cambi¨® la cara a su equipo. El Mil¨¢n se atasc¨®. Se pas¨® m¨¢s de cinco minutos sin anotar. El Barcelona le endos¨® un parcial de 0-16. El marcador pas¨® de un 45-30 a un 45-46. El p¨²blico, adem¨¢s, la tom¨® con Raduljica.

El Barcelona empez¨® a encontrarse a gusto, a anotar con fluidez, a arredrar a la escuadra milanesa, a sumar ejecutores. Tomic y Rice ya no estaban solos, se les a?adieron Koponen y Vezenkov. Y el Barcelona lleg¨® a devolverle la moneda al Mil¨¢n y a dominar por 15 puntos (59-74). Faltaban seis minutos. El Barcelona ten¨ªa a su rival en la lona. Ni por esas. Volvi¨® a enredarse. El Milan, con un triple de Macvan se situ¨® a cuatro puntos. Quedaba algo m¨¢s de un minuto. Gan¨® el Barcelona, pero con una dosis extra de sufrimiento en un partido en que se lo pod¨ªa haber ahorrado.