Al Real Madrid no le basta con un arrebato contra Las Palmas
Los canarios, valientes y con muy buen pie, someten a un rival p¨¢lido que solo se aferr¨® a la ¨¦pica final y que pierde el liderato de la Liga
Un partido con un final apote¨®sico dej¨® con el ce?o fruncido al Real Madrid y al Las Palmas. A los blancos por el patinazo y su poca sustancia salvo un do de pecho final. A los canarios porque se vieron ganadores en Chamart¨ªn por primera vez en su historia y no lograron la gesta con todo a favor. Nadie brind¨®, pese al punto para los canarios y el empate rascado por un Madrid, m¨¢s heroico que fluido y firme, que de nuevo tuvo que recurrir a la ¨¦pica. Y con diez, por la faena que le hizo un Bale descontrolado sin motivo.
Fue un reto de puertas abiertas. Paso a paso Las Palmas, con el turbo el Real Madrid. Dos estilos, muy elogiable el del equipo canario, bizarro, con gusto por la pelota, sin amarras, nada taca?¨®n, le cueste lo que le cueste. Uno de los animadores de la Liga, de esos conjuntos que dan vuelo al torneo, dispuesto a improvisar la gloria del modesto, que explora un rasgo diferenciador. Un equipo de pensamiento propio, el de Seti¨¦n, decidido a desmentir que la creatividad conspire contra la eficacia. Suceda lo que suceda, no se achica ni a tiros, ni en Chamart¨ªn, donde fue Las Palmas, sin m¨¢s.
Le cost¨® al Real Madrid dar con el hilo, de nuevo con muchos altibajos, nada regular, con mucho que mejorar. Hasta que sonaron los tambores ya al borde del precipicio. Ni siquiera encontr¨® una lanzadera con el madrugador gol de Isco, que, como si no tuviera pulso, resolvi¨® con tanta precisi¨®n ante Javi Varas como geom¨¦trica fue la asistencia de cirujano de Kovacic. El gol, que a tantos hubiera destemplado en semejante escenario, no sacudi¨® al Las Palmas. Ni siquiera los dos goles anulados a Morata por fuera de juego, un par de dedos, no m¨¢s. En un parpadeo respondieron los canarios, se?al de que van a lo suyo. Tana se las ingeni¨® para sacar la cadena a Sergio Ramos y lanzar un zapatazo imposible para Keylor Navas.
El empate de los chicos de Seti¨¦n reflej¨® el equilibrio en el juego, sin un gobernador claro. Bale era la mejor bala local, no solo por su tremenda zancada, sino tambi¨¦n por algunas espantadas defensivas de Jes¨¦, que tuvo con Carvajal el duelo de la noche. Como a tantos de sus colegas, a Jes¨¦ le cuesta vigilar por el retrovisor. Las Palmas es un equipo de dos miradas: al frente y a la pelota.
M¨¢s all¨¢ del gal¨¦s, el Real Madrid apenas encontr¨® v¨ªas, sin carrete Cristiano hasta el trecho final, diluido Isco. Y con Morata siempre al l¨ªmite del fuera de juego, con los centrales amarillos m¨¢s predispuestos al juego que al choque, el sello del equipo. Las Palmas se articula a partir del bal¨®n. Con ¨¦l es capaz de poner el tiempo entre par¨¦ntesis. Tiene gente para ello, de Roque Mesa a Viera y Tana. Ello le permiti¨®, sobre todo enganchado a Viera, que lo bord¨® en todos los sentidos, amedrentar al Madrid, al que hizo correr a menudo detr¨¢s de la pelota. No tiene ca?ones en ataque, pero abrocha y abrocha el bal¨®n para incordio de su adversario, se llame como se llame. Tan contracultural es este equipo de Seti¨¦n que resulta m¨¢s peligroso en el medio campo que en los metros finales.
Aturdido el Real Madrid, Bale revent¨® el partido de forma inopinada. En un partido limpio, sin dientes de sierra, el gal¨¦s sufri¨® un cruce de cables injustificable. De vuelta del descanso tir¨® una patada a Viera, que resisti¨® el embiste y luego se encar¨®. El ¨¢rbitro ya llevaba la amarilla al viento. Un bledo le import¨® al brit¨¢nico, que replic¨® al canario con un empuj¨®n. Un espasmo desconocido en Bale, m¨¢s bien de pecho fr¨ªo.
La expulsi¨®n descamis¨® al Real Madrid, como qued¨® plasmado en el penalti de Sergio Ramos apenas diez minutos despu¨¦s. El andaluz hizo de Keylor en un avance de Sim¨®n. A la parada del capit¨¢n blanco respondi¨® Viera con el 1-2 de penalti.
Al grupo de Zidane solo le quedaba una tromba, un arrebato de a¨²pa. M¨¢s que eso desde que Boateng, partiendo de campo propio, dej¨® atr¨¢s a Marcelo, super¨® a Keylor en su salida a tumba abierta y anot¨® el 1-3. No se rindi¨® el Madrid, desesperado por el tercer tanto anulado a Morata, esta vez por una leg¨ªtima posici¨®n del punta. El error arbitral coincidi¨® con el mejor asalto de la noche de los madridistas, reconvertidos, ya sin Isco, con Benzema, Lucas y James. No tuvo cuerda suficiente, por su inferioridad num¨¦rica y porque Las Palmas no cej¨® en su querencia por la pelota. Ni siquiera ante su primera victoria en el Bernab¨¦u renunci¨® a sus se?as. Mantuvo el pulso y no se arrug¨® en el golpe por golpe.
Hubo oportunidades de todos los colores para unos y otros, una cascada de ocasiones. Un remate al larguero de Ramos, otra de Lucas, otra de Cristiano, otra de Benzema... Y las r¨¦plicas de Jes¨¦. Hasta que Castellano meti¨® la mano y Cristiano dio vidilla al Madrid, m¨¢s a¨²n con su cabezazo para el 3-3. El duelo ya exig¨ªa una camisa de fuerza, desatado como estaba. Un partido de locos, emotivo, pasional, con dos equipos sin dep¨®sito neg¨¢ndose la rendici¨®n. Heroico era para Las Palmas y para un Madrid con diez. Pero todos se fueron con mala cara.
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