La noche m¨¢s negra del Sevilla, eliminado de la Champions en Leicester
El campe¨®n ingl¨¦s elimina al equipo de Sampaoli, fundido y sin recursos, que fall¨® un penalti con el 2-0 y ya no tuvo opciones para contrarrestar el potente juego f¨ªsico de los de Shakespeare
Noche negra del Sevilla en Leicester, donde cav¨® su tumba europea ante el campe¨®n ingl¨¦s, mucho m¨¢s intenso y poderoso, con un f¨²tbol de verdad que acab¨® con un Sevilla fundido y con poco acierto. Perdido ante la intensidad del rival, los de Sampaoli apenas lucieron momentos de f¨²tbol de ensue?o, del toque y el desborde que le ha llevado a pelear por la Liga y alcanzar estos octavos de final, la meta donde siempre cae en la Champions. Este Sevilla, desfigurado, parece desangrarse sin remedio, justo en el momento crucial de la temporada.
Sampaoli deber¨¢ reflexionar por qu¨¦ un equipo a priori inferior acab¨® con el sue?o del Sevilla. Fue, en todo caso, una eliminatoria maldita. Marcada por los errores en los lanzamientos de penalti de Correa en la ida y de N'Zonzi en esta frustrante vuelta con 2-0 en el marcador y cuando restaban 11 minutos para el final. Tambi¨¦n por la roja que vio Nasri, que dej¨® a su equipo en inferioridad en el tramo final del partido por una acci¨®n est¨²pida, impropia de su clase. En la baja forma del franc¨¦s residen tambi¨¦n buena parte de los problemas de este Sevilla que, probablemente, perdi¨® una oportunidad hist¨®rica de meterse entre los ocho mejores equipos de Europa. Un fiasco este adi¨®s europeo del Sevilla, que pintaba tan bien, que se derrumba sin que nadie le sujete.
No fue mala la puesta en escena del Sevilla. Sampaoli, consciente de la falta de frescura de su equipo, meti¨® a Iborra e intent¨® que Sarabia entrara por la banda derecha. El equipo andaluz, reconocible, se hizo con el bal¨®n, mandando en un inicio prometedor. Quiz¨¢s por esa jerarqu¨ªa en el juego Nasri se encontr¨® con un gran bal¨®n de Ben Yedder en el ¨¢rea. A los cuatro minutos, Schmeichel, ya decisivo en la ida, realiz¨® un parad¨®n. Sin duda, fue una de esas jugadas que marca el desarrollo de los partidos. El Leicester, que hab¨ªa preparado a conciencia el encuentro durante 11 d¨ªas, dio un paso adelante en la presi¨®n, comandado por un buen Ndidi. A las ¨®rdenes del poderoso centrocampista, el Leicester fue llevando al encuentro a donde m¨¢s le conven¨ªa. Es decir, a anticiparse a cada acci¨®n de un Sevilla con escasa capacidad para tener el bal¨®n en zona peligrosa. Los de Sampaoli cometieron el pecado de confundir el control del juego con una lentitud desesperante, sin desborde ni cambio de ritmo. Jugar sin velocidad y sin capacidad para ir a los espacios es un pecado a estas alturas de una competici¨®n como la Champions. Solo Sarabia volvi¨® a inquietar la meta del Leicester en un primer tiempo muy flojo de los andaluces.
Escudero, a la cruceta
El Leicester, mucho m¨¢s vivo, mucho m¨¢s intenso, apret¨® en la salida de bal¨®n ante un Sevilla escaso de intensidad, perdedor en todos los duelos individuales. Y el campe¨®n ingl¨¦s lo es por algo. Por ejemplo, por aprovechar las faltas laterales, producto de sus r¨¢pidas transiciones en ataque. As¨ª, una buena falta de Mahrez fue rematada no se sabe muy bien c¨®mo por el gigante Morgan, que le gan¨® a Mercado en la jugada. Un gol muy ingl¨¦s, encajado por un Sevilla desconocido, que acentuaba las preocupantes sensaciones que ven¨ªa desprendiendo su f¨²tbol en las ¨²ltimas semanas. El Leicester, muy recuperado, se impon¨ªa en cada cruce, con la pierna fuerte, consciente de su indudable superioridad f¨ªsica ante un rival cascado.
Sampaoli movi¨® sus piezas. Meti¨® a Jovetic y Mariano, buscando la ansiada frescura, adelantando a Iborra a la mediapunta. Sin quererlo, el Sevilla cay¨® en la trampa del Leicester. Los ingleses se replegaron y fueron de verdad ante el toque inocuo del Sevilla. Si bien es cierto que Escudero lanz¨® un formidable lanzamiento al larguero, se trat¨® de una acci¨®n aislada. El partido se jugaba a lo que propon¨ªa el formidable Leicester. Lleg¨® un contragolpe, Rami despej¨® a la frontal y Albrighton hizo el segundo. El pase requer¨ªa ya ciertos tintes ¨¦picos. Y estos llegaron.
En una noche oscura, Nasri vio la roja y N'Zonzi fall¨® un penalti que pudo significar la pr¨®rroga. Otra vez Schmeichel, que ya detuvo otro en la ida. Un desastre el Sevilla con los penaltis, un desastre en global para llorar una eliminaci¨®n europea de un equipo que necesita regenerarse.
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