Oribe Peralta, el goleador que siempre tiene prisa
El ¨ªdolo mexicano ganador de la medalla de oro en Londres 2012, es el principal artillero del Am¨¦rica, equipo que enfrenta este s¨¢bado el derbi contra Pumas
Son las 13:36 horas en las instalaciones del Club Am¨¦rica, el sol est¨¢ en plenitud. Los jugadores terminan de entrenar, excepto un grupo de cuatro que pelotean con el bal¨®n en una especie de tenis con los pies. Uno de ellos es Oribe Peralta (Coahuila, 1984). Es el ¨²ltimo en salir. Los pocos aficionados que siguen all¨ª le piden, gritan por una selfie. As¨ª pasa los d¨ªas Oribe, un goleador de pueblo.
¡°Lo solicitan mucho para entrevistas, es el m¨¢s requerido¡±, comenta el jefe de prensa de las ¨¢guilas. Peralta huye de las peticiones con la prensa, una semana, dos, hasta un mes. ?l s¨®lo piensa en jugar al f¨²tbol. El d¨ªa acordado se escurre junto con sus otros compa?eros para asistir a una firma de aut¨®grafos de la marca que le patrocina. ¡°?Quince minutos? Mejor ocho, ?siete!¡±, bromea y regatea con los minutos para hablar con ¨¦l mientras se fuga en su camioneta negra por la puerta trasera del lugar.
El Oribe de fuera de la cancha parece un s¨ªmil del rapero Justin Bieber por su forma de vestir: unos pantalones ajustados, camiseta blanca y una chamarra de cuero. ¡°Es el ¨²ltimo en salir del vestidor¡±, comenta el vigilante del club. El d¨ªa de la entrevista llega con la mochila al hombro y el m¨®vil en la mano, tiene bien medido el tiempo.
¡°La verdad todo sali¨® de mi pap¨¢. Siempre estaba pegado a ¨¦l, los fines de semana ten¨ªa partidos¡±, comenta el delantero que naci¨® en el pueblo de La Partida en el municipio de Torre¨®n, Coahuila, al norte de M¨¦xico. Su padre, Miguel ?ngel Peralta, trabaja en el sistema de agua potable en la municipalidad. En sus tiempos libres jugaba en ligas locales y de all¨ª el peque?o Oribe supo que pegarle el bal¨®n era lo suyo. Su aspiraci¨®n era jugar en el extinto estadio Corona con la camiseta de Santos Laguna.
Peralta jugaba en el pueblo con Los Vagos, un equipo de sus amigos. ¡°Casi todos est¨¢n trabajando en una f¨¢brica, otros se fueron a Estados Unidos¡±, menciona. Pero a los 17 a?os se fractur¨® la tibia y el peron¨¦ y lo mantuvo lejos del f¨²tbol. Un a?o despu¨¦s ya se le ve¨ªa en un equipo de Durango, hizo unas pruebas con el popular Chivas y no se qued¨®. Pero su verdadera oportunidad estuvo con los Monarcas de Morelia, a m¨¢s de 800 kil¨®metros de distancia.
¡°Yo no sab¨ªa lo que significaba ser futbolista profesional. Siempre lo tuve muy claro. La perseverancia fue lo que me llev¨® a ser lo que ahora soy. Mi pap¨¢ me dijo que si hay talento, hay que sobresalir, pero tiene que haber un esfuerzo¡±, comenta el mexicano quien no mira a su interlocutor.
Oribe tard¨® hasta los 27 a?os para demostrar su capacidad goleadora. Deambul¨® por cinco equipos de la liga mexicana hasta que encontr¨® su acomodo en Santos Laguna en 2006.¡°No era lo que se esperaba, lleg¨® con un bajo perfil¡±, comenta Alberto Ruiz, periodista de Claro Sports, quien cubre al club desde el 2002.
En las capacidades f¨ªsicas ¡°no me costaba nada. Siempre fui de mucha movilidad y creo ¨C suelta una peque?a risa ¨C por eso he sobresalido¡±. A partir de 2011 el nombre de Peralta empez¨® a ganar terreno al ganar la liga con Santos y tambi¨¦n el erigirse como su goleador. Eso le vali¨® para dar un salto a la selecci¨®n mexicana. Fue en los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012 cuando se consagr¨® como un ¨ªdolo mexicano al marcar un doblete, en la final, contra el Brasil de Neymar. La medalla de oro es su m¨¢s preciado galard¨®n.
Oribe afront¨® crueles bromas con respecto a su aspecto f¨ªsico. Le llamaban Horrible Peralta por usar brackets y tener un corte de cabello similar a un cepillo, hasta que una campa?a publicitaria de Pepsi le convirti¨® en el Hermoso. Si algo le caracteriza es su capacidad para aferrarse por el bal¨®n al grado de abrirse la frente y fracturarse la nariz. ¡°No me importa, siempre y cuando sea jugando al f¨²tbol, son mis ganas de querer m¨¢s, ese coraje¡±, menciona.
¡°Perd¨®n, pero me tengo que ir, g¨¹ey. Si me van a multar, ?t¨² pagas? Son 5.000 pesos. Si t¨² los pagas yo me quedo aqu¨ª¡±, dice entre reclamo y cachondeo. Posa para la c¨¢mara unos segundos, toma su mochila y pega una carrera al comedor del equipo. Peralta lo ha dejado claro: no le gusta hablar, ¨¦l es un adicto al f¨²tbol, ese que lo sac¨® de La Partida. Han pasado solo 238 segundos desde que empez¨® la entrevista.
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