¡®Big data¡¯, gran ciclista
El Movistar acumul¨® m¨¢s de 20 millones de datos de sus corredores solo en la pasada Vuelta a Espa?a
El ciclista perfecto no existe, ni existir¨¢, aunque algunos lo hayan parecido (Anquetil, Merckx, Indurain...). Pero las nuevas tecnolog¨ªas van dibujando el ciclista cient¨ªficamente perfecto, es decir, el que conoce su fuerza y su flaqueza y las gestiona con el mayor provecho y el menor da?o, respectivamente. En la Vuelta a Espa?a del pasado a?o, el programa Luca de big data del equipo Movistar manej¨® entre 22 y 25 millones de datos de ocho de sus ciclistas relativos a su comportamiento en carrera. ¡°Y eso con un protocolo a¨²n limitado a 100 o 200 metros de cobertura entre ciclista y ordenador que reduce el nivel de datos por el estiramiento del pelot¨®n, los puertos de monta?a, las dificultades de recepci¨®n de datos¡±, afirma Pedro de Alarc¨®n, cient¨ªfico senior de datos del programa Luca. Si a esos datos se a?aden los acumulados en los entrenamientos y el resto de carreras, la cifra resulta mareante.
Conocer el rendimiento del ciclista para poder mejorarlo, es decir, utilizarlo en su mejor momento, es el objetivo de esos datos que, fundamentalmente, recogen ¡°la potencia, en relaci¨®n a distintas variables: trazado, dificultad, etc¨¦tera, el ritmo card¨ªaco para poder calcular la intensidad y la eficiencia¡±, seg¨²n Pedro de Alarc¨®n. Tras el marasmo de datos, subyace solo la idea de conocer la respuesta de cada corredor, ¡°de forma que el ciclista sepa en cada momento responder a la pregunta ?qu¨¦ me est¨¢ pasando?¡±, explica De Alarc¨®n. Durante la preparaci¨®n de la temporada ¡°un ordenador port¨¢til en la bicicleta recoge los datos de los sensores que acumulan datos al ritmo de una muestra por segundo. Todo eso se vuelca a un PC y se env¨ªa por internet¡±.
El control del corredor es casi total en un ciclismo ya altamente tecnificado. ?Y se pueden meter las sensaciones en el ordenador? Ese es el reto, establecer modelos matem¨¢ticos que eval¨²en esas sensaciones f¨ªsicas y an¨ªmicas que experimenta un ciclista. Algo que, en cierto modo, ya sucede con los potenci¨®metros, tan popularizados por la mirada cabizbaja de Chris Froome viendo el poder de sus vatios por pedalada, que le indican si va a cazar o va a ser cazado. Pero el big data va m¨¢s all¨¢. En la medida que se ampl¨ªe su cobertura, las sensaciones del ciclista estar¨¢n m¨¢s controladas y avaladas por la experiencia no solo del momento sino de todo el proceso de entrenamiento seg¨²n cada corredor ¡°porque a cada ciclista le afectan diferentes variables y su eficiencia e intensidad son diferentes. No es lo mismo Valverde que Nairo, son ciclistas distintos con objetivos a veces distintos¡±.
Datos atmosf¨¦ricos
Ese nivel de datos se incrementar¨¢ mediante el desarrollo cient¨ªfico de la tecnolog¨ªa y la superaci¨®n de adversidades. ¡°Porque en esos datos habr¨¢ que incluir cuestiones atmosf¨¦ricas como la humedad, la presi¨®n, etc¨¦tera, para que la muestra sea a¨²n m¨¢s expl¨ªcita¡±. La transmisi¨®n y conocimiento de datos en carrera en tiempo real cerrar¨¢n este primer ciclo de la ciencia de datos aplicada al ciclismo, ¡°que no ha hecho sino comenzar¡±, explica De Alarc¨®n.
Y entre sensores y ordenadores, vive el ciclista, que al parecer ha aceptado de buen grado las nuevas tecnolog¨ªas a pesar del estereotipo de rudos deportistas. Si el ciclista perfecto no ha llegado, s¨ª se le espera. En un deporte tan definido por los impulsos y los imponderables, el ciclista cient¨ªfico est¨¢ a la vuelta de la esquina. Los datos le definen. Aunque siempre mandar¨¢n sus piernas.
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